La escuela, la tecnología y una oportunidad para las mujeres

La falsa creencia de que los hombres son mejores que las mujeres para la tecnología determina que un menor número de chicas se interesen en las áreas de ciencia y tecnología

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Una adolescente programando (Shutterstock)
Una adolescente programando (Shutterstock)

Desde siempre, han habido espacios reservados para los varones. La tecnología es uno de esos. Sin embargo, el talento no conoce de géneros. ¿Cómo cambiar una situación tan estereotipada que viene desde hace tanto tiempo? ¿Cómo acercar a las chicas al mundo tecnológico?

En el ámbito educativo, una innovación disruptiva es aquella que rompe con el currículo, las metodologías y las modalidades de transmisión del conocimiento, abriendo nuevas alternativas de aprendizaje. Necesitamos una educación disruptiva que reenfoque el aprendizaje. Es decir, ir a la escuela a aprender, en vez de ir a aprobar. En vez de ir a “aprobar”, necesitamos que los chicos vayan a la escuela “a probar”, y que de ese probar surja la curiosidad, las ganas de investigar, de aprender, de saber.

Los chicos nacen con una motivación natural. ¿Qué niño no abría cajones y daba vuelta carteras o bolsas de chiquito? Sin embargo, la triste realidad, es que a medida que los chicos avanzan en sus estudios en la escuela, esa misma curiosidad va decreciendo hasta que, en muchos casos, desaparece y se convierte en indiferencia, apatía y ansiedad. Y tiene sentido. Después de todo, el mensaje en muchas escuelas y hogares sigue siendo “sentate derecho y prestá atención”. A algunas personas les sigue costando entender que los chicos aprenden mucho más cuando los involucramos cognitiva y emocionalmente. Es decir, cuando lo que pasa en la clase es interesante.

Una adolescente programando (Shutterstock)
Una adolescente programando (Shutterstock)

Lengua por un lado, matemática por el otro

Cuando nuestros alumnos comiencen a trabajar en alguna empresa u organización, verán que el mundo no está dividido en compartimentos estancos. Como dijo José Martí en un artículo publicado en La América en 1884: “Cuando se estudia por un buen plan, da gozo ver cómo los datos más diversos se asemejan y agrupan, y de los más varios asuntos surgen, tendiendo a una idea común alta y central, las mismas ideas”.

Con más razón aun hoy, más de 135 años después de esos dichos, vivimos en un mundo complejo e interconectado. Frente a ese panorama, ¿qué harán nuestros alumnos cuando entren a ese escenario si toda la vida estudiaron cada materia por separado?

El sistema educativo, que sigue poniendo énfasis en la transmisión, no prepara a los alumnos para un mundo globalizado y complejo. Si tenemos en cuenta el contexto social en el que vivimos, los planes de estudio tan rígidos y estructurados, carentes de flexibilidad, necesitan ser transformados, para preparar a los alumnos para la vida, con una visión integrada de la realidad.

Es necesario que los alumnos puedan ver, de manera integral, cómo se relacionan las diferentes disciplinas, es decir, contextualizar la educación. Al hacerlo, les permitimos una comprensión más amplia que les permite resolver problemas, plantearse nuevos interrogantes, crear productos o generar soluciones, y otros logros que tal vez desde una sola disciplina no podrían realizar.

En vez de poner el foco solo en las materias tradicionales, debemos hacerlo en un aprendizaje más integral y más contextualizado. No podemos seguir teniendo solamente materias separadas, sino pensar en grandes temas para que los alumnos utilicen todas las habilidades de las diferentes asignaturas, al mismo tiempo.

El objetivo de la escuela debe ser proporcionar una formación cuya base sea amplia y no que fomente aprender de memoria asignaturas individuales.

La escuela debe poder ofrecerles a los alumnos diseños curriculares, actividades metodológicas y acciones didácticas tendientes a fomentar el trabajo interdisciplinario entre asignaturas.

Una niña frente a la computadora (Shutterstock)
Una niña frente a la computadora (Shutterstock)

Hacer se aprende haciendo

Desde hace un tiempo a la fecha se está trabajando en algunos colegios del mundo, el concepto de STEAM. STEAM es el acrónimo de las siglas en inglés de Science (ciencia), Technology (tecnología), Engineering (ingeniería), Arts & Humanities (arte y humanidades), Maths (matemática).

Se trata de un nuevo modelo de aprendizaje basado en la enseñanza de las cinco disciplinas de manera integrada en lugar de áreas de conocimiento separadas, con un enfoque interdisciplinar y aplicado. El STEAM propone trabajar por proyectos integrados entre áreas para que nuestros alumnos aprendan a desarrollar la creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el diseño, como por ejemplo, el arte digital. ¡Los mejores antídotos contra la desmotivación!, y además, una sólida preparación para un mundo que va a necesitar mucho talento en un escenario en donde la tecnología cambia y se transforma a pasos agigantados.

El punto de partida para esto son los makerspaces o espacios para crear. Los makerspaces son espacios físicos en los que un grupo de alumnos, o varios grupos, se reúnen para compartir recursos y conocimientos, colaborando con la finalidad de elaborar productos. Es generar las condiciones para que los alumnos puedan diseñar, construir y dar forma a sus propias ideas.

¿Para qué? Para…

- Explorar

- Experimentar

- Diseñar

- Construir

- Hacer

- Inventar

- Crear

- Reflexionar

Lo que buscamos desde la escuela es:

- Activar la creatividad y la imaginación.

- Promover la resolución de problemas.

- Estimular la mente.

- Combatir el tiempo frente a las pantallas.

- Desalentar la apatía.

- Favorecer el trabajo colaborativo.

- Mantener las mentes activas por horas.

La falsa creencia de que los hombres son mejores que las mujeres para la tecnología determina que un menor número de chicas se interesen en las áreas de ciencia y tecnología. La escuela debe permitirles a las chicas explorar, crear y soñar para que puedan convertirse en futuras líderes  en el mundo de la ciencia y la tecnología. El trabajo en los makerspaces les provee el escenario ideal para soñar, crear, innovar, resolver problemas y más. Un mundo tan cambiante, volátil, incierto y ambiguo no puede darse el lujo de contar solo con varones en el campo de la tecnología. Necesitamos más mujeres derrochando su talento en la esfera digital.

Laura Lewin es autora, capacitadora y especialista en educación. Es oradora TEDx y ha escrito numerosos libros, entre los cuales podemos destacar su más reciente libro, La Nueva Educación, de editorial Santillana (2020). Facebook: @LauraLewinOnline. Instagram: @lauralewinonline

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