
El mercado inmobiliario no da tregua a nadie. Aunque las transacciones de compraventa de viviendas bate récords y registra los mejores datos de los últimos años, con más de 357.000 compraventas en lo que llevamos de año, la mayoría de los españoles no pueden ni cubrir la entrada para una casa con hipoteca. Y ante los precios de compra tan elevados, y la poca oferta para tanta demanda, el alquiler tampoco es una opción.
En varias ciudades europeas, alquilar una casa se ha convertido en una quimera, una inversión que ya consume la mayor parte, o incluso la totalidad del salario medio mensual de sus ciudadanos. Según el último informe de Deutsche Bank Research Institute, publicado hace unas semanas, el coste del alquiler ha alcanzado niveles que dificultan el acceso a la vivienda para familias, jóvenes y trabajadores, y sitúa a Europa en el epicentro de una crisis de asequibilidad habitacional.
Alquiler y compra de vivienda en Madrid y Barcelona: cada vez más lejos del salario medio
En ciudades españolas como Barcelona y Madrid, aunque los precios se mantienen en niveles algo inferiores que los de Londres, París o Ámsterdam, el rápido aumento de los alquileres está dificultando el acceso a la vivienda para residentes con ingresos medios. En ambas, el precio del alquiler de un departamento estándar consume entre el 34% y el 39% del salario neto mensual.
Para poder vivir de alquiler en la capital, los españoles deben destinar, de media, unos 16.823 euros, lo que serían más de 1.400 euros al mes. En cuanto a Barcelona, durante un año se pagan aproximadamente 15.976 euros, unos 1.332 euros mensuales. Aunque los salarios medios son más elevados, el sueldo más común se acerca bastante al precio del alquiler: en España, el salario mediano es de 1.935,5 euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Para la compra de vivienda, el precio por metro cuadrado en Madrid es de 2.694 euros y en Barcelona de 2.358 euros. Estas cifras se sitúan por debajo de Londres o París, pero suponen un esfuerzo considerable para el ciudadano medio en España.
Salarios que no llegan a pagar el alquiler: el dilema de la vivienda en las principales ciudades europeas
El estudio detalla que en ciudades como Londres, París, Ginebra y Zúrich, el precio mensual de un apartamento de tres habitaciones en el centro iguala o supera el ingreso neto medio. Por ejemplo, en Londres, el alquiler de este tipo de vivienda se sitúa en torno a los 4.785 euros, mientras que el salario medio neto es de unos 3.420 euros.
En París, el alquiler alcanza los 3.092 euros frente a un salario medio de 3.124 euros. Ginebra y Zúrich, aunque cuentan con algunos de los salarios más altos del mundo (6.871 y 6.703 euros respectivamente), también figuran entre las ciudades con los alquileres más elevados, con 4.039 euros y 4.265 euros mensuales. Frankfurt, por su parte, ha escalado posiciones en los rankings de calidad de vida y asequibilidad relativa, pero el alquiler de una vivienda de tres habitaciones ya supera los 2.391 euros, mientras que el salario medio ronda los 3.883 euros.

El análisis también revela que Nueva York encabeza la lista mundial en cuanto a alquiler de casas de tres habitaciones, seguido de Singapur, Boston, Londres y San Francisco. Pero en Europa, la relación entre el coste del alquiler y el salario medio es mucho menos favorable que en otras regiones. Ciudades como Ámsterdam, Viena y Helsinki también presentan una gran brecha entre ingresos y precios de alquiler, una situación que agrava la presión sobre los hogares.
Acceder a una casa digna se complica en todo el mundo y pone en jaque a las clases medias
Fuera de Europa, la situación no es más favorable. Hong Kong, por ejemplo, está a la cabeza de la lista de las ciudades más caras para comprar una vivienda, ya que cuenta con el precio por metro cuadrado más caro, pese a haber registrado una caída de aproximadamente el 20% en los últimos cinco años.
Aun así, las ciudades europeas suelen destinar más porcentaje del salario al alquiler que muchas urbes de Estados Unidos o Asia. Ciudades como San Francisco, Nueva York, Boston y Chicago están entre las ciudades con los salarios más altos, aunque el coste de vida puede absorber buena parte de esos ingresos. En Tokio, aunque los precios también son muy elevados, la parte del sueldo que va a pagar el alquiler es menor.
Y esta dificultad para acceder a una vivienda digna también tiene un impacto social, especialmente en las familias, los jóvenes y la clase trabajadora con ingresos medios y bajos. La presión sobre el mercado del alquiler ha llevado a que muchos hogares se vean obligados a destinar la mayor parte de sus ingresos a la vivienda, lo que ha reducido su capacidad de ahorro y consumo en otros ámbitos. Además, la escasez de opciones asequibles ha incrementado la competencia por los pocos inmuebles disponibles, lo que a su vez alimenta el alza de los precios.
Entre los factores que explican este fenómeno, el estudio señala: la inflación de los últimos años, la evolución desigual de los salarios y las pocas políticas de vivienda sacadas adelante para responder a la crisis. De igual manera, la fortaleza de monedas como el franco suizo y el euro, junto con la estabilidad macroeconómica de países como Suiza y Alemania, han contribuido a mantener altos los precios inmobiliarios. Sin embargo, la inflación y el encarecimiento de la energía, especialmente tras la invasión rusa en Ucrania, han agravado la situación, lo que ha elevado no solo los alquileres sino también los costes de servicios básicos.
La brecha entre lo que se gana y lo que cuesta vivir se agranda: qué pasará de cara al futuro
Según el Deutsche Bank Research Institute, en la última década, los precios de la vivienda y los alquileres han crecido a un ritmo superior al de los salarios en la mayoría de las ciudades europeas incluidas en el estudio. En Londres, el precio por metro cuadrado para comprar una vivienda en el centro ha aumentado un 49,6% en cinco años, mientras que el alquiler de un apartamento de tres habitaciones subió un 41,1% en el mismo periodo. En París, el incremento del alquiler ha sido del 17,2%, y en Ginebra, del 28,6%. Esta tendencia se repite en otras capitales y grandes urbes europeas.
De cara al futuro, el análisis advierte que los cambios en los ciclos de las monedas y las políticas económicas podrían alterar el panorama global de los precios de la vivienda. Además, plantea la posibilidad de que las ciudades estadounidenses, actualmente en la cima de muchos rankings de coste de vida y alquiler, pierdan posiciones en los próximos años, como ya ocurrió en décadas anteriores con ciudades como Tokio. Esta evolución podría modificar el equilibrio internacional, pero la presión sobre el acceso a la vivienda en Europa, según el informe, seguirá siendo un gran problema para millones de personas.
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