El dólar tarjeta se transformó en la cotización más cara del mercado: qué impuestos lo afectan

Mientras que el dólar libre se paga a $207, los consumos en el exterior, con la aplicación de diversos impuestos, se pagan a $211 por dólar

Compartir
Compartir articulo
El dólar libre es el más barato de todos.
El dólar libre es el más barato de todos.

El dólar más barato de todos es el “blue”, el informal, a 207 pesos para la venta. El dólar libre no solo quedó debajo de los negociados a través de activos bursátiles -y legales-, el “contado con liquidación ($210) y el MEP ($209), también vale menos que el “solidario”, a un promedio de $209,14 para la venta al público en bancos, y que el dólar “tarjeta”, que es el “solidario” más el pago de 1,2% en concepto del Impuesto a los Sellos, que se aplica en la Ciudad de Buenos Aires, Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Chaco, San Luis y Tierra del Fuego. hoy en los 211 pesos.

El dólar libre cotiza hoy debajo de los $208 del cierre de 2021 y para los ahorristas produjo una importante pérdida de capital, habida cuenta del avance de la inflación, que creció 30% en lo que va de 2022.

¿Por qué no sube el dólar libre?

Según reveló una fuente del mercado financiero a El Cronista, “hay muchas pequeñas y medianas empresas argentinas subfacturando exportaciones” y utilizan a Paraguay “para vender al mundo desde ahí, para ganarse no sólo la brecha cambiaria, sino también evitar las retenciones”.

“Paraguay exporta más granos de los que produce”, comenta un operador de las mesas de dinero. “Hay tanta subfacturación de exportaciones que está todo el mundo trayendo para pagar gastos, y obviamente lo tienen que hacer por blue al no estar declarado de antemano”, revelan en las mesas.

La semana pasada, el empresario inmobiliario Eduardo Costantini había brindado un argumento similar para explicar el atraso del dólar blue ante la inflación y apuntó contra algunos de sus pares del mundo corporativo que realizan maniobras de sobre y subfacturación de comercio exterior.

“Hay mucha gente, empresarios, que hacen sobrefacturación de importaciones y otros que subfacturan exportaciones y generan dólares blue”, aseguró a La Nación. “Entonces, hoy el mercado baja por esa oferta que no va al Banco Central y mantiene al dólar en un valor más bajo, independientemente de la situación económica de la Argentina”, analizó Costantini. Sin embargo, enfatizó que “la generación de valor del dólar es multicausal”.

Alta salida de dólares del sistema pese al “cepo”

Más allá de la inusual situación donde el dólar libre es el más barato de todos los segmentos del mercado cambiario, hay otros cuatro datos más relevantes a tener en cuenta en el panorama cambiario.

El primero es el de la ajustada convergencia de precios que se da en el presente, algo que nunca había sucedido en los regímenes con “cepo”. El mercado está convalidando un valor próximo a los $210 por dólar en todos los segmentos, una paridad a tener en cuenta como referencia de producirse una flexibilización de los controles hacia un tipo de cambio flotante.

Aunque en lo que va de 2022 la demanda de dólar “solidario” superó los USD 3.000 millones, los depósitos privados cayeron casi USD 300 millones

El segundo punto y seguramente el más importante es que todos los dólares vienen perdiendo por mucho contra la inflación, dinámica que está incubando un nuevo atraso cambiario tal como sucedió en el anterior cepo (31 de octubre de 2011 a 16 de diciembre de 2015).

En 2022, el dólar libre está por debajo de su valor de cierre de 2021 ($208), el dólar mayorista (que fija el precio del “solidario” y el “tarjeta”) gana un 18,2%, el “contado con liqui” sube 2,4%, y el MEP, un 5,6 por ciento. Todas estas son tasas muy inferiores a la de la inflación acumulada, del orden del 30 por ciento.

El tercer punto es la creciente demanda de dólar en bancos, producto de este “atraso”. Según estimaciones en base a datos de AFIP, entre enero y mayo las ventas brutas de divisas según la recaudación del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), donde se incluye demanda de divisas por turismo y consumos en el exterior, alcanzó los USD 3.055,7 millones entre enero y mayo, un 186% más que los USD 1.068 millones del mismo período del año pasado.

El cuarto punto es que se sostiene la formación de activos externos del sector privado no financiero, lo que se llama en la jerga “fuga de capitales”. Pese a la demanda minorista por más de USD 3.000 millones en 2022, los depósitos privados en dólares en efectivo cayeron casi en USD 300 millones, el resto salió del sistema financiero local. A fin de diciembre, los depósitos privados en moneda extranjera sumaban unos USD 15.751 millones, mientras que el 31 de mayo se contabilizaban USD 15.486 millones.

Esta salida de fondos aplica, en parte, a la dificultad que tiene el Banco Central para incrementar reservas, pues la mayor parte de los depósitos se contabilizan como activos internacionales.

Consecuencias nocivas del “cepo”

La aplicación de un control de capitales férreo en la Argentina es el trasfondo que explica esta distorsión entre los distintos tipos de cambio -formales e informales- que conviven en la economía. Y fruto de la consecuente brecha de precios del 70% entre los tipos de cambio libres del “cepo” y el oficial es que se idean maniobras para hacerse de divisas y obtener de ellas el mayor rédito posible a través del mercado “negro”, donde además se evaden impuestos.

El economista Daniel Oks, ex gerente del Banco Central y ex funcionario del Banco Mundial, explicó que “con una brecha cambiaria de cerca del 100%, el cepo actúa como un impuesto a las exportaciones y un subsidio a las importaciones de bienes y servicios. Con reservas netas negativas el control de cambios limita la inversión en bienes de capital importados y la producción en sectores que dependen de insumos importados. ¿Porqué el programa no propone al menos una gradual reducción del cepo permitiendo en paralelo una mejora del tipo de cambio real -que se atrasó un 20% en el último año-, por ejemplo, bajo un sistema de flotación administrada del tipo de cambio?”.

“Ello destrabaría el potencial exportador de bienes y servicios -incluidos turismo y conocimiento-, desincentivaría importaciones -especialmente las especulativas-, la sobre facturación de importaciones, sub facturación de exportaciones, y el ‘goteo’ de dólares mediante turismo y micro ventas de dólares por el Banco Central. Contribuiría así a la reactivación económica y a la reducción de la brecha cambiaria entre el mercado libre y el oficial. Otro beneficio de desprenderse del crawling peg es que el mismo incorpora la expectativa de devaluación en la tasa de interés y otros precios de la economía impactando negativamente sobre la oferta de bienes. La mejora en la oferta de divisas sería un factor estabilizante del mercado cambiario, la restricción externa, la demanda de dinero y, tras el shock inicial, de las expectativas de inflación”, añadió Daniel Oks.

SEGUIR LEYENDO: