El nuevo dato de inflación no impactó en el dólar libre, que terminó sin cambios, a $203,50

La divisa informal resta $4,50 o 2,2% en 2022, a pesar de la inflación por encima del 20% en lo que va del año

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El dólar sigue calmo pese a la aceleración inflacionaria.
El dólar sigue calmo pese a la aceleración inflacionaria.

Tras revertir una baja de un peso que predominó la mayor parte de la rueda, el dólar libre cerró operado sin variantes este viernes a $203,50 para la venta, en la reducida plaza informal, con pérdida de un peso. En 2022 el precio de la divisa sigue unos 4,50 pesos o un 2,2% debajo de los valores de cierre de 2021.

En tanto, el dólar mayorista finalizó a $117,43, con ganancia de 18 centavos. La brecha cambiaria respecto del dólar “blue” se ubica en el 73,3 por ciento.

“Tras el dato de inflación minorista, el BCRA incrementó su tasa de referencia por quinta vez en lo que va de 2022, esta vez en 200 puntos básico hasta 49% anual, en busca de acercarse al compromiso oficial asumido con el FMI de ofrecer un rendimiento positivo en términos reales”, indicó Research for Traders. El nuevo valor de la tasa de interés para el plazo de 28 días, equivale a una tasa efectiva anual de 61,8 por ciento.

Con un stock de pasivos remunerados por el BCRA que supera los $5,5 billones, la suba de tasas implicará un incremento de dicho stock de $3,4 billones en los próximos doce meses solo por la renovación de vencimientos.

“El Banco Central capitaliza los intereses, esto implica que se está armando una bola de nieve de gran magnitud que implicaría un pasivo enorme del Banco Central. Si las reservas no aumentan en igual magnitud, el valor de los dólares alternativos habrá que buscarlo en niveles superiores a $300 para fin de año”, vaticinó el consultor y analista Salvador Di Stefano.

Más pesos en la calle

Mientras se acelera la inflación a la zona del 58% acumulado en doce meses y el Gobierno se prepara para “recalibrar” las metas establecidas en el el acuerdo con el Fondo Monetario, el regreso de la emisión monetaria como estrategia para equilibrar las cuentas públicas vuelve a atentar contra la estabilización de los precios en el futuro.

Dentro de los puntos que considera el entendimiento rubricado por el Directorio del FMI a fines de marzo está el de reducir la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro Nacional, con metas del 1% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2022; 0,6% en 2023 y 0% en 2024.

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En ese marco, el BCRA informó en su Informe Monetario que el pasado 6 de mayo volvió a girar fondos al Tesoro a través de la emisión de $83.730 millones en concepto de Adelantos Transitorios.

En lo que va del año la asistencia del BCRA al Tesoro llega a los $285.730 millones, cuando la meta del segundo trimestre tiene previsto no superar los $438.500 millones, lo que acota el margen que tiene el Gobierno recibir dinero de la entidad emisora por 152.770 millones de pesos.

Por ende, ya luce ajustado el único objetivo del acuerdo con el organismo en el que Argentina estaba holgado, dado que lo había sobre cumplido en el primer trimestre.

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Hay que señalar que en el mismo período del año pasado, los giros efectuados por el BCRA al Tesoro alcanzaron los $240.000 millones: $190.000 millones por Adelantos Transitorios más otros $50.000 millones por Transferencia de Utilidades. Es decir que la asistencia monetaria para cubrir el déficit de la administración central crece este año un 19% interanual, aún bien por debajo de la inflación del período, por encima del 50 por ciento.

Portfolio Personal Inversiones recalcó que “en el momento menos deseable, en el que la inflación tocó máximos en veinte años -6,7% en marzo y una desaceleración marginal en abril-, el Banco Central volvió a prender la ‘maquinita’. Luego de estar inactivo durante más de tres meses, el BCRA le giró fondos al Tesoro dos veces en apenas una semana”.

“Las razones por las que el Tesoro tuvo que recurrir al financiamiento del BCRA, lo que rápidamente complicó la meta monetaria, hay que encontrarlas en un claro sesgo expansivo de la política fiscal y un rollover en las licitaciones de abril de 90%”, pues “no sólo no se consiguió financiamiento neto, sino que no se cubrieron los vencimientos”, agregaron desde Portfolio Personal.

La emisión de moneda para pagar gastos corrientes amenaza con extender el período de alta inflación

La expectativa de los agentes del mercado se concentra ahora en la licitación de bonos del Tesoro dentro de una semana. El nivel de renovación de deuda que emite el Gobierno para financiar el déficit será determinate para evitar el recurso de emisión espuria del Central para cerrar las cuentas públicas.

“En un contexto en el que todavía es prematuro confirmar la desaceleración de la inflación, dada la aceleración de la velocidad de circulación del dinero, lo menos aconsejable que podría hacer la política económica oficial sería llevar al límite la meta monetaria -y mucho menos, romperla-, ya que podría deteriorar las expectativas y retroalimentar el proceso inflacionario”, completaron desde Portfolio Personal.

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