La desopilante descripción de "Wanchope" Ábila sobre la "guerra de egos" en el vestuario de Boca

El delantero también realizó una encendida defensa de su amigo Carlos Tevez, hoy sin titularidad asegurada: "La gente sigue pagando la entrada para verlo"

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Con su tonada y sus declaraciones sin filtro, Ramón Ábila suaviza cualquier tópico. El delantero, de 28 años, es íntimo amigo de Carlos Tevez, hoy algo relegado en la pelea por un lugar en la alineación titular de un Boca que, tras dos triunfos consecutivos (ante Libertad y Vélez) despejó las nubes por los roces internos. Sin embargo, el cordobés les inyecta humor a sus declaraciones sobre dos temas sensibles en el mundo xeneize.

En este inicio de temporada, con las llegadas de Mauro Zárate y Sebastián Villa y la recuperación de Darío Benedetto, el Apache, de 34 años, llegó a pasar dos partidos sin minutos; incluso, frente a Huracán ni siquiera fue al banco de suplentes. La situación, lógico, generó ruido mediático. Y Wanchope ensayó una encendida defensa de su compañero.

"Hablamos mucho, concentramos juntos. Él está muy bien, con ganas de sumar, y ese es un mensaje fuerte, porque un tipo como él, que ganó tanto, que jugó tres finales de Champions, va al banco y no dice nada. Entonces, si te toca a vos no podés decir nada", se explayó en charla con TyC Sports.

"Hay un sector de la prensa que dice que Carlitos no da más. Y la gente sigue pagando una entrada para verlo, entonces no creo que sea descartable. Los que estamos acá sabemos lo que él da", reforzó su respaldo.

El hecho de la escasez de acción de Tevez tiene base en la constelación de estrellas que Guillermo Barros Schelotto intenta gestionar. Una de ellas es Mauro Zárate, con el que, ya en el primer partido, Ábila tuvo una discusión futbolera. "A Mauro ya lo conocemos, no la largaba en Europa, la va a largar acá. Pero es un tipo bárbaro y suma en el grupo", bromeó.

Eso sí, la "guerra de egos", que ya dejó algunos cortocircuitos, surge en situaciones particulares. Por ejemplo, a la hora de determinar quién se hace cargo de un tiro libre con fragancia a gol. "Se tiran todos de cabeza: lo pueden patear Mauro, Cristian (Pavón), Carlitos… Un día van a jugar al piedra, papel o tijera o le van a pedir al árbitro que haga un sorteo. Hasta en los entrenamientos se matan. Yo me pongo en la barrera, de espaldas, para ver cómo entra la pelota", concluyó su stand up.

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