“Puan”, la “comedia filosófica” premiada en San Sebastián, llega a los cines argentinos

El cine argentino sigue demostrando su excelente nivel y capacidad para contar historias, documentales, ficciones, películas con grandes presupuestos o más independientes, dicen presente en los festivales más importantes del mundo y son aclamadas por la crítica especializada. Un claro ejemplo de estas virtudes es Puan, una comedia dirigida por la dupla conformada por María Alché y Benjamín Naishtat. El film acaba de obtener los premios a “mejor actor” (para Marcelo Subiotto) y “mejor guion” en el Festival de Cine de San Sebastián, ha sido seleccionada para representar a Argentina en los españoles Premios Goya y es firme candidata para hacerlo también en los Oscar (esto será anunciado este lunes 2 de octubre).

Ahora el film, que cuenta con un elenco de lujo encabezado por Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia, acompañados por figuras como Julieta Zylberberg, Alejandra Flechner, Cristina Banegas, Andrea Frigerio, Mara Bestelli y Héctor Bidonde, se estrenará en las salas argentinas este jueves 5 de octubre.

La historia se centra en Marcelo, un apasionado profesor de filosofía en la Universidad de Buenos Aires, cuya vida da un giro inesperado tras la muerte de su mentor. La posición de titular de Cátedra parece destinada para él, hasta que surge un nuevo contendiente: Rafael, interpretado por Leonardo Sbaraglia, un colega carismático y seductor que regresa de Europa para competir por el codiciado puesto. Lo que sigue es un hilarante duelo entre ambos personajes, desencadenando un espiral de caos en la vida de Marcelo. Se trata de un film bien porteño que muestra distintos escenarios de la ciudad haciendo hincapié en la extraordinaria geografía y dinámica que tiene la Facultad de Filosofía y Letras y todos los personajes que la habitan.

Si bien Puan es principalmente una comedia, muestra varias caras que reflejan de una manera sincera aspectos de la realidad argentina, como la problemática de los docentes que deben tener pluriempleos para alcanzar un sueldo razonable, mientras luchan por seguir dando clases que logren captar la atención de sus alumnos en un sistema que empuja cada vez más a desfinanciar la educación pública. También se permite ahondar en la amistad, el compañerismo y en las relaciones padre e hijo.

La película es el resultado del trabajo conjunto de dos talentosos cineastas argentinos. María Alché, reconocida directora y actriz, ha dejado una marca indeleble en la industria cinematográfica con su aclamada película Familia Sumergida (2018), que recibió múltiples premios en festivales de renombre. Por su parte, Benjamín Naishtat, graduado de la Universidad del Cine de Buenos Aires, ha conquistado la escena cinematográfica internacional con películas como Rojo (2018), que obtuvo la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián.

Infobae Cultura entrevistó a los directores de esta comedia que es uno de los estrenos más esperados del año de la cinematografía argentina.

—¿Cómo nace esta idea de hacer esta película en conjunto?

María: —Empezamos a pensar en la idea de escribir una película sobre el mundo de la filosofía. Yo había cursado algunas materias en Puán, Benjamín vino a verme y puso su mirada sobre algunos detalles de ese lugar que no había reparado antes. Empezamos a imaginar algo en ese universo y el contrapunto entre el edificio, que es una vieja fábrica de cigarrillos, y sus características, la dinámica de los profesores que van y vienen para dar clases y el universo de abstracción que tienen las clases en sí mismas. Nos parecía que ahí había algo cinematográfico entre esos dos tiempos, el de la velocidad del mundo y el de detenerlo para reflexionar. Por otra parte, teníamos un deseo muy grande los dos de escribir algo para Marcelo Subiotto y vimos en él a este profesor de filosofía al que le ocurren cosas. Luego la pandemia, su encierro y su tiempo detenido nos permitió finalmente escribir el guión. La primera idea fue la problemática que enfrenta una cátedra al morir este gran maestro.

Benjamín: —Queríamos adentrarnos en el mundo de la comedia, fue una aventura porque no veníamos con experiencia en la materia, pero a su vez somos muy fanáticos del género y parecía un lindo desafío tratar de escribir una comedia con estos elementos tan particulares, tan argentinos y tan porteños.

—Si bien parece una película muy porteña, se plantean temas muy universales

Benjamín: —Hay algo muy particular que parte del título de la película, Puan es un lugar en el mundo, es la Facultad de Filosofía y Letras, que está acá en Caballito. A su vez hay, tiene algo que es súper universal, que surge cualquiera sea tu trabajo, siempre hay alguien con el que estás compitiendo, porque así se da la dinámica de la vida. Todos entendemos que es tener celos o pequeñas miserias en los ámbitos de trabajo o querer ocupar un sitio que no te lo terminan de dar y se lo dan a otro qué creés que no lo merece. Nadie está salvado de pasar por esas situaciones y un poco establecen la dinámica dramática de la película. Después nos metemos con la filosofía, que aunque no parezca, también es algo que es absolutamente universal a todos, aunque algunos no lo sepan, porque la filosofía trata, como dice Marcelo en una escena, de hacerse preguntas ¿para qué estoy acá? ¿A qué vine al mundo? ¿Hacia dónde vamos?. La escribimos con esa idea.

—Además del nombre de Marcelo Subiotto, ¿qué tuvieron en cuenta para el resto de elenco?

María: —Primero apareció el nombre de Marcelo, que había un deseo de escribir algo para él y después el segundo desafío era encontrar un coprotagonista antagónico. Ahí tuvimos muchas ideas cambiantes hasta que vimos la película Errante corazón que protagoniza Leo Sbaraglia, lo vimos en un registro muy interesante y nos pareció que podía ser por su histrionismo, su presencia, su peso, el perfecto contrincante para Marcelo en la facultad. Luego fuimos armando todo un elencazo con ayuda de Mariana Mitre y Katia Szejman, las directoras de casting de la película, que fueron proponiendo ideas para los roles que faltaban.

—Una de las problemáticas que se plantean en la película es la defensa de la educación pública, es un tema que en tiempo de elecciones se está discutiendo mucho, ¿cuál es su posición?

Benjamín: —La educación pública es un tema súper interesante y actual. Nosotros escribimos la película hace casi cuatro años, o sea que de ninguna manera podíamos calcular que íbamos a estar estrenando en este particular presente argentino, donde debates que parecían saldados se vuelven a darse a nivel social. La educación pública es imprescindible como factor de movilidad social y de construcción de futuro en nuestro país. No hay futuro sin educación pública, la universidad, en particular, hizo posible que tengamos una clase media, cosa que en el resto de América Latina no pasó porque las universidades son privadas y reservadas a muy poquitas personas. Nuestra película, de alguna manera, sin que lo hayamos calculado ni diseñado, pone en valor la importancia y lo vital que es la universidad pública universal y gratuita como construcción de futuro para un país mejor.

—También se ha discutido mucho la existencia del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), como cineastas, ¿por qué es importante que siga existiendo el apoyo del estado al cine?

María: —Gracias a que existe el Instituto de Cine, hay un cine argentino y hay una historia de ese cine. En ese cine nos hemos visto reflejados y tenemos un pasado que se puede ver en esas películas. También toda ficción del pasado es un documento necesario para construir una memoria colectiva que nos represente.

Benjamín: —Lo que sucede en la Argentina es infrecuente porque no son muchos los países que tienen una cinematografía nacional con el espesor que tiene el nuestro cine a lo largo de sus más de 100 años de producción. El cine es el lugar donde está la memoria y la identidad del pueblo. A principio de año, una película argentina fue candidata al Oscar contando una historia de la recuperación de la democracia, que fue un éxito en todo el mundo. En los festivales más importantes siempre hay películas argentinas presentes. Sin ir muy lejos, en San Sebastián hay 15 películas nacionales. El cine argentino es exitoso, medido en parámetros internacionales, en los mercados, en los festivales, en las críticas, de cualquier forma que lo quieras medir. Es una industria exitosa y virtuosa. Por supuesto, tiene una pata de apoyo en el Estado que es realmente insignificante en términos numéricos. Todos los países que tienen cinematografía, empezando por los Estados Unidos, tienen un gran apoyo de sus estados que fomentan porque saben que tener un imaginario colectivo es algo estratégico. No podés construir una sociedad pujante si es una sociedad que no se piensa, no se conoce, no tiene identidad o no se puede ver reflejada sus costumbres y su historia. Nosotros creemos que es fundamental que haya Ministerio de Cultura y un Instituto de Cine que funcionen, que se hagan películas, que la gente las vea y que Argentina se crea a sí misma.

—A nivel personal, ¿qué significa triunfar en el Festival de Cine de San Sebastián?

María: —Es un honor porque es un festival muy hermoso con el cual ambos tenemos ya una relación, hemos mostrado películas anteriores y lo queremos mucho. Es un lugar donde se valoran las películas y hay una audiencia grande que las puede ver y por eso nos parece también increíble que se haya podido estrenar ahí.

Benjamín: —Estamos contentos. La película ya fue comprada por un distribuidor español y se va a estrenar allá, en Francia y en Brasil, San Sebastián es un puntapié inicial fantástico por todo lo que convoca.