Durante la conmemoración de los 39 años de la catástrofe de Armero, municipio del norte del Tolima que fue arrasado por una avalancha generada por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, lanzó una dura advertencia en relación con la actividad de otro punto que es monitoreado por el Servicio Geológico Colombia (SGC): el volcán cerro Machín, que se ubica entre los municipios de Ibagué y Cajamarca (Tolima) y Calarcá (Quindío).
Jaramillo, que es oriundo del Líbano, una de las poblaciones que sufrió el hecho registrado el 13 de noviembre de 1985, insistió en la necesidad de prestar máxima atención a este volcán para prevenir una catástrofe similar a la ocurrida en Armero. Este volcán se mantiene activo y se encuentra bajo alerta amarilla por el Servicio Geológico Colombiano, pues frecuentemente presenta sismos de baja intensidad, lo que lo convierte en uno de los más peligrosos del país.
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Esta advertencia radica en el peligro que representa el volcán Machín para regiones cercanas como Tolima, Cundinamarca y el Eje Cafetero. De acuerdo con el mapa de amenaza del SGC, una eventual erupción impactaría directamente a estas áreas; motivo por el que Jaramillo no descarta que este suceso pueda reportarse, aun cuando las cuentas indican que cada 800 años se registra una erupción, y el periodo para que se dé este hecho de esta naturaleza ya se cumplió.
“Esto se puede volver a repetir, no aquí, sino en todos los volcanes, tenemos en Ibagué al Volcán Machín, no le paramos mucha atención, uno de los más explosivos, según los geólogos (...)”, precisó el titular de cartera, en declaraciones recogidas por Caracol Radio, como una situación a la que si no se le presta la debida atención podría significar una tragedia de igual o mayores proporciones. “A Cajamarca le podría suceder exactamente lo que sucedió a Armero”, destacó.
Caos en el centro del país ante eventual erupción del Machín
De acuerdo con Jaramillo, que es uno de los hombres de confianza del presidente Gustavo Petro, una eventual erupción del Machín, que a diferencia de los otros volcanes tiene sus tres domos tapados, por lo que es considerado uno de los más peligrosos de Colombia, podría generar un auténtico caos en el centro y occidente del país. Que no incluiría no solo pérdidas humanas y materiales, sino la interrupción de una de las vías más críticas para la conectividad.
“Puede dejar incomunicado el país porque la carretera Ibagué –Cajamarca – Armenia es la más importante”, expresó Jaramillo, en relación con una de las vías que más transita el gremio transportador, pues conecta al puerto de Buenaventura (Valle del Cauca) con la capital de la República. Estas declaraciones fueron respaldadas por las víctimas de lo acontecido en Armero, que fue arrasada por la lava y la avalancha del río Lagunilla, que dejó más de 25.000 muertos.
Para el funcionario, que además fue gobernador del Tolima en la época post-tragedia, en 1987; nuevamente mandatario regional entre 2001 y 2003, y alcalde de Ibagué entre 2016 y 2019, es imperiosa la necesidad de que la región esté preparada y en alerta ante la confluencia de estos eventos volcánicos, que causan una profunda reflexión de cómo el país está gestionando la seguridad ante desastres naturales y qué medidas está tomando para prevenir tragedias futuras.
Cabe destacar que sobre lo ocurrido en Armero durante décadas se han endilgado responsabilidades, pues fue una sucesión de errores que llevó a que esta población, una de las más prósperas del Tolima, en la que crecían cultivos de algodón, arroz y otros productos que abastecían a Colombia, desapareciera del mapa. Entre ellas, las acusaciones al padre del expresidente Iván Duque Márquez, el ya fallecido Iván Duque Escobar, que ofició como ministro de Minas del gobierno de Belisario Betancur.