La pasión por la velocidad de George Lucas y un accidente automovilístico que cambió la vida del padre de Star Wars

Antes de ser cineasta, soñaba con ser piloto de carreras. Pero ese anhelo se esfumó cuando un Chevy Impala chocó de frente el pequeño Autobianchi Bianchina que conducía en Modesto, California. Ahí, el rumbo de la galaxia cambió para siempre

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George Lucas en pleno rodaje de la primera trilogía de Star Wars con el personaje C3PO.
George Lucas en pleno rodaje de la primera trilogía de Star Wars con el personaje C3PO.

Se le atribuye a George Lucas haber imaginado con La guerra de las galaxias (Star Wars) una historia alineada cronológicamente para luego desarrollarla en un orden aleatorio. Por eso, la primera trilogía consta de los episodios 4, 5 y 6, y la segunda, en forma de precuela, aparece desde el 1 al 3. Claro que esa sagacidad para planificar tanto lo que sucedía en una galaxia muy, muy lejana no pudo aplicarla a su propia vida: el adolescente que soñaba con ser piloto de carreras se encontró con un hecho que cambió radicalmente su destino, y entonces su guion cambió para siempre. Para beneficio de los fanáticos de la saga galáctica. Y, viendo el éxito y los millones de dólares que atesora, seguramente también para el suyo.

El martes 12 de junio de 1962, cuando sólo faltaban tres días para graduarse de la escuela secundaria Thomas Downey, en California, Lucas regresaba a su casa en la ciudad de Modesto después de haber estado algunas horas en la biblioteca de la escuela. Iba conduciendo un Autobianchi Bianchina, un pequeño auto acorde con su edad, pero completamente alejado de sus pretensiones de máxima velocidad. El tránsito estaba tranquilo en las calles californianas hasta que un Chevy Impala se le apareció de golpe a Lucas, volando desde la dirección opuesta, y el golpe fue tremendo. Pero hay más detalles que se agregan al guion de la vida del, entonces, joven Lucas: se le soltó el cinturón de seguridad y voló del auto justo antes de que éste quedara completamente doblado e irreconocible después de dar contra un nogal.

George Walton Lucas Jr. nació por primera vez el 14 de mayo de 1944. Y volvió a nacer ese martes 12 de junio de 1962.

El testimonio de la tapa del diario de la ciudad natal de Lucas, registrando el accidente.
El testimonio de la tapa del diario de la ciudad natal de Lucas, registrando el accidente.

El Autobianchi Bianchina era un coche pequeño, basado en el Fiat 500, de unos tres metros de largo y motores de 500 centímetros cúbicos, que se produjo entre 1957 y 1970. Con ese autito chocó Lucas el día que le cambió la vida.

Al día siguiente, aquel accidente fue tapa del diario local Modesto Bee. La escena había sido brutal. Al golpear contra el pavimento, Lucas quedó inconsciente, y hasta llegaron a creerlo muerto en el lugar. En ese estado desesperante fue trasladado al hospital local. En la ambulancia vomitaba sangre. Sufrió varias fracturas y lesiones en los pulmones, pero al volver en sí, ya en la cama del centro asistencial, entendió que la había sacado barata.

Un modelo de Autobianchi Bianchina, el auto que conducía el cineasta cuando sufrió el accidente.
Un modelo de Autobianchi Bianchina, el auto que conducía el cineasta cuando sufrió el accidente.

“No respiraba porque me había lastimado los pulmones, y los médicos no me encontraban el pulso. El auto estaba destrozado y todos pensaban que había muerto por cómo había quedado luego de los siete u ocho giros que dio antes de estrellarse contra un nogal”, relató el propio Lucas en un documental, años más tarde.

En los cuatro meses en los que permaneció internado, después de haber dado varias vueltas alrededor del accidente, si fue causalidad o casualidad, y cómo su vida podría estar guionada de antemano, supo que la Fuerza lo acompañó; decidió que no iba a ser piloto de carreras y decantó su preferencia por otra de sus pasiones: el cine.

Pero la velocidad siguió corriendo por sus venas. Y su amor por los autos se mantiene. Tanto que, en 2012, cuando anunció su retiro de Lucasfilm después que Disney comprara la productora, dijo que se iba a su garaje.

En el camino, el joven Lucas se topó con Haskell Wexler, un fotógrafo 22 años mayor que él con quien compartía la pasión por los autos. Se conocieron en carreras a las que ambos iban a sacar fotos. Y fue Wexler quien le dio ánimo para que ingresara a la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. Años más tarde, el cineasta californiano le pidió a su consejero que trabajara con él en una película que terminaría marcando el primer punto de inflexión de su carrera.

Lucas con Harrison Ford, Mark Hamill y Billy Dee Williams, tres actores que estuvieron en la primera trilogía de Star Wars y volvieron en la tercera. (Reuters)
Lucas con Harrison Ford, Mark Hamill y Billy Dee Williams, tres actores que estuvieron en la primera trilogía de Star Wars y volvieron en la tercera. (Reuters)

Y no se trató de Star Wars, ni mucho menos de THX 1138, su primer film, de 1971, que ya mostraba el afán del cineasta por la estética futurista. El primer gran éxito de Lucas fue American Graffiti (en español se la conoció como Locura de verano), una película de 1973 que contaba la que sería la última noche de un grupo de adolescentes en Modesto, ya que al día siguiente cada uno iba a emprender su camino después de la secundaria. Era una noche de 1962, y los autos dominaban buena parte de las escenas en la película dirigida por Lucas y producida por un Francis Ford Coppola que ya sabía del suceso logrado con El Padrino, un año antes.

Trailer de El ascenso de Skywalker, la película que pone final a la saga de Star Wars.

Con esa obra, una autobiografía en la que mostraba su amor por la cultura hot-rod, Lucas dio el gran salto al estrellato. La protagonizaron los jóvenes Richard Dreyfuss, Ron Howard y Harrison Ford. Aunque la producción costó menos de un millón de dólares, se convirtió en un clásico de la cultura adolescente de gran éxito: recaudó 50 millones de dólares y cosechó cinco Premios Óscar, incluido el de Mejor Director.

Posteriormente, y siempre con los consejos de Coppola y de Wexler, el ya barbado Lucas empezó a moldear su mejor obra, el guion que iba a cambiar su historia e iba a marcar la vida de millones de fanáticos. Y con Star Wars, cuyo estreno del Episodio 4 fue en 1977, no abandonó la velocidad: en cada uno de las películas en los que intervino, especialmente en las dos primeras trilogías, abundan las vertiginosas persecuciones de naves en el espacio.

Incluso en Episodio I, el niño Anakyn Skywalker, luego devenido en el temible Darth Vader, se luce como un precoz corredor, no de autos de carrera, sino de podracers, unos vehículos sin ruedas que funcionaban con turbinas. Ese chiquilín, que era esclavo en el planeta llamado Tatooine, consiguió su propia libertad al ganarle una carrera a Sebulba, una criatura ladina que dominaba las competencias, pero se encontró con la pericia del niño. La escena de esa carrera está plagada de guiños para los amantes de los fierros.

George Lucas junto al cineasta J.J. Abrams, quien dirigió los episodios 7 y 9 de Star Wars.
George Lucas junto al cineasta J.J. Abrams, quien dirigió los episodios 7 y 9 de Star Wars.

Si aquel terrible accidente no lo alejó de los autos, menos lo iban a hacer la fama y el éxito tras Star Wars. Lucas fue una cara conocida y reconocida en distintos eventos automovilísticos, como espectador pero también como protagonista.

De hecho, tuvo algunas participaciones en la carrera llamada Celebrity Race, que hasta 2017 organizó la subsidiaria estadounidense de Toyota en el circuito californiano de Long Beach. Incluso se vio involucrado en un incidente: en 2007 chocó con su auto contra el que conducía la actriz Emily Procter, entonces estrella de la serie de televisión CSI Miami.

Después de ese hecho, pero en especial tras haberse retirado del universo Star Wars, Lucas no tuvo en los últimos tiempos muchas apariciones públicas, a excepción de los momentos en que fue requerido para algún evento especial relacionado con su gran creación, entre ellos los estrenos. Y no resulta entonces llamativo que de cara al estreno de Episodio 9: El ascenso de Skywalker, George Lucas aparezca alejado de la película final de la tercera trilogía. Sí es lo escuchó con críticas, ya que dijo estar en desacuerdo con algunos giros, como por ejemplo la aparición del Emperador Palpatine, el Sith más siniestro, conocido también como Darth Sidious, al que Luke Skywalker mata en Episodio 6, El regreso del Jedi, en colaboración con un redimido Darth Vader, o Anakyn Skywalker, su padre.

Aunque, y tal como lo pensó el propio Lucas, Sidious conocía la fórmula para volver de la muerte a través de su conocimiento del Lado Oscuro y el manejo de los midiclorianos, pequeños seres vivos que habitan en los cuerpos de los seres, según la mitología de Star Wars, el cineasta considera que el ciclo de Palpatine estaba cerrado. O tal vez quería menos competencia en esa rara habilidad de volver del más allá, tal como le pasó a aquel adolescente el martes 12 de junio de 1962, cuando la historia de la galaxia cambió para siempre, y por un accidente automovilístico.

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