Pedro Castillo se reunió con el ministro de Educación como representante sindical del FENATE

Pedro Castillo dejó de lado su investidura como presidente de la República y hoy mantuvo una misteriosa reunión con el ministro de Educación en la sede de la institución de San Borja, donde se registró como representante del Fenate Perú, de acuerdo al portal Transparencia.

La reunión con Carlos Gallardo duró aproximadamente 20 minutos en el que se habrían tocado temas respecto al Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú y al término de esta junta Pedro Castillo no respondió a las preguntas de la prensa y abordó rápidamente el vehículo dirigiéndose a otro lugar desconocido, ya que la agenda oficial de hoy, miércoles 3 de noviembre, se mantiene en blanco y no tiene registradas las actividades que hoy cumplirá el mandatario.

El ministro Gallardo también mantuvo silencio cuando se le preguntó por qué Castillo Terrones se registró como FENATE y no como presidente de la República. Solo habló unos segundos sobre el próximo retorno a clases.

Pedro Castillo ha mantenido un silencio preocupante desde hace varios días respecto a los principales problemas que aquejan a nuestro país y solo se ha pronunciado hace menos de 24 horas sobre la renuncia de Luis Barranzuela, pero no se manifiesta por la paralización de la minera Antamina, los conflictos sociales en el interior del país, mucho menos por el escándalo que provocó la salida del ahora extitular del Interior.

Asimismo, hasta el momento no da luces de la juramentación del nuevo ministro del Interior, el mismo que se realizará tras el Consejo de Ministros programada para las 3:00 p.m.

CRISIS MINISTERIAL

Luis Barranzuela es el tercer ministro renunciante en menos 100 días del gobierno de Castillo. El primero fue el exfiscal, Juan Carrasco, quien integró el gabinete de Guido Bellido.

Previo a su renuncia, Barranzuela y Castillo se reunieron y tras una larga conversación el saliente ministro negó en todo momento haber realizado una fiesta e, incluso, siguió manteniendo la postura de la ‘reunión de trabajo’ pese a que hay imágenes de personas llegando a su vivienda tras el toque de queda.

Sin embargo, la presencia de Barranzuela en el gabinete “era una situación insostenible” tras la ola de críticas que ha recibido desde que fue anunciado como ministro del Interior y sus conflictos de interés con el caso de los ‘Dinámicos del Centro’ que involucran al jefe del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, de quien fue abogado.

Diversas bancadas del Congreso de la República dieron un ultimatum al Gobierno y exigieron la renuncia del ministro del Interior de lo contrario no darían el voto de confianza al gabinete de Mirtha Vásquez, quien también pidió explicaciones sobre la fiesta del escándalo en la casa de Barranzuela.

100 DÍAS DE GOBIERNO

Este viernes, Pedro Castillo cumple 100 días desde que asumió la Presidencia de la República. Dentro de estos días que ha cumplido dentro del gobierno se han producido una serie de desafortunados anuncios y nombramientos que han debilitado la credibilidad del Gobierno y han deteriorado las perspectivas de crecimiento del Perú para los próximos años.

En su campaña electoral y como parte del plan Perú al Bicentenario el presidente presentó una serie de medidas que serían implementadas en sus primeros 100 días de administración. En materia económica, planteó la reactivación del empleo y la economía popular, el lanzamiento de una segunda reforma agraria y la implementación de un nuevo impuesto a las sobre ganancias mineras.

El plazo para cumplir las promesas fue limitado. Si bien se implementaron algunas medidas paliativas como el bono Yanapay y los subsidios a los combustibles, la reactivación de la economía de los hogares es aún esquiva, debido, en parte, a la baja atención que ha recibido la promoción de empleos de calidad.

Pero en el área tributaria, recientemente se han solicitado facultades legislativas para, entre otras medidas, aumentar tasas a las personas y modificar el régimen fiscal de la minería. Sin embargo, esto último podría derivar en una menor competitividad del sector que ya posee una carga impositiva del 47% de sus utilidades, mayor a la de otros países mineros como Australia (44%), Chile (41%) y Canadá (36%).

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