La compañía finlandesa GlobalConnect informó este martes que uno de sus cables de telecomunicaciones que conectan Finlandia y Suecia sufrió daños en dos puntos distintos, provocando la interrupción del servicio en el lado finlandés.
Según explicó la empresa en un comunicado, la avería se detectó en la tarde del lunes y fue localizada en el tramo terrestre de un cable de fibra de vidrio entre los dos países nórdicos, en los municipios de Espoo y Vihti (sur de Finlandia).
“Dos cortes separados en el cable causaron una gran interrupción en Finlandia. Los cables submarinos no han sufrido daños”, señaló la compañía en el comunicado.
La ministra de Transportes y Comunicaciones de Finlandia, Lulu Ranne, confirmó en la red social X que se ha iniciado una investigación para esclarecer las causas de la avería.
“Las autoridades están investigando el asunto junto con la empresa. Nos tomamos la situación muy en serio”, escribió la ministra.
El corte afectaba a 6.000 clientes particulares y alrededor de 100 clientes empresariales, según la empresa afectada por el último incidente en el cable entre Suecia y Finlandia, Global Connect, señaló el medio nacional sueco Sveriges Radio.
El suceso ocurrió después de la ruptura de dos cables de datos en el fondo del mar Báltico el mes pasado. Uno va de Finlandia a Alemania y el otro de Lituania a Suecia, y ambos resultaron dañados en aguas suecas.
Las autoridades finlandesas, suecas y alemanas han iniciado investigaciones.
El ministro alemán de Defensa dijo entonces que el daño parecía deberse a un sabotaje, aunque actualmente no hay pruebas.
La semana pasada, Suecia pidió formalmente a Beijing que cooperara en la pesquisa sobre la ruptura de los cables de datos en el Báltico, donde se había avistado un buque con bandera china.
Vigilancia de la OTAN
El 18 de noviembre, horas después de que se cortaran dos cables de comunicaciones en el mar Báltico, 30 buques de la OTAN y 4.000 militares se dirigieron a la zona para realizar uno de los mayores ejercicios navales del norte de Europa.
El simulacro “Freezing Winds”, de 12 días de duración, formó parte de un esfuerzo por reforzar la protección de las infraestructuras de la alianza transatlántica de defensa en unas aguas por las que circula el 15% del tráfico marítimo mundial y que se consideran cada vez más vulnerables a los ataques.
El mar Báltico está bordeado por ocho países de la OTAN y Rusia. Desde 2022, cuando Rusia invadió Ucrania, se han producido al menos tres incidentes de posible sabotaje de los 40 cables de telecomunicaciones y gasoductos críticos que discurren por su fondo marino relativamente poco profundo.
“La OTAN está intensificando las patrullas. (...) Los aliados están invirtiendo en tecnologías innovadoras que pueden ayudar a proteger mejor estos activos”, dijo el comandante Arlo Abrahamson, portavoz del Mando Marítimo Aliado de la OTAN.
Tras pasar años detonando minas de la época de la Segunda Guerra Mundial en el lecho marino del Báltico, la OTAN está reutilizando su flota de seis buques cazaminas para vigilar también actividades submarinas sospechosas, con su sonar montado en el casco escaneando el lecho marino, drones capaces de tomar fotografías y vídeo bajo el agua y buzos especializados.
(Con información de EFE y Reuters)