Qué fue la Noche Triste y por qué fue importante en la conquista de Hernán Cortés

En junio de 1520 los conquistadores tuvieron que salir huyendo de Tenochtitlan

Compartir
Compartir articulo
Bastante de leyenda hay alrededor de la llamada "Noche Triste"
Bastante de leyenda hay alrededor de la llamada "Noche Triste"

La noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, hace 500 años, ocurrió la primera y única derrota de las tropas del conquistador español Hernán Cortés y sus aliados indígenas a manos del ejército mexica en México-Tenochtitlan.

La leyenda cuenta que esa fue la “Noche Triste” en la que Cortés lloró la derrota frente a un árbol, un añejo ahuehuete ubicado en la calzada a Tacuba, en la Ciudad de México.

La referencia corresponde al cronista español Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.

“Volvamos al Pedro de Alvarado, que como Cortés y los demás capitanes, le encontraron de aquella manera y vieron que no venían más soldados, se le saltaron las lágrimas de los ojos”, escribió Díaz del Castillo.

El árbol de la Noche Triste, que cambiará de nombre a “Calzada de la Noche Victoriosa” (Foto: Cuartoscuro)
El árbol de la Noche Triste, que cambiará de nombre a “Calzada de la Noche Victoriosa” (Foto: Cuartoscuro)

Para el historiador mexicano Antonio García de León, gran parte de este acontecimiento “está un poco construido por los cronistas, pero en sí la ‘Noche Triste’ es una derrota por una retirada táctica”.

“Como los españoles no podían seguir tomando la ciudad tienen que abandonarla y en su salida sufren una derrota militar importante porque gran parte de los soldados y las tropas tlaxcaltecas, aliadas a Cortés, fueron muertos en una serie de incidentes que Cortés llamó la ‘Noche Triste’”, apuntó García de León en entrevista con Efe.

Posteriormente, Cortés, los españoles y sus aliados se reforzaron y poco más de un año después, el 13 de agosto de 1521, tomaron Tenochtitlan, “conquista que no hubiera sido posible sin los aliados indígenas de Cortés”, señaló el también investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

EL INICIO DE LA GUERRA

La historia refiere que el 22 de mayo de 1520, frente al Templo Mayor, muy cerca del Zócalo, los mexicas realizaron una fiesta en honor de Tóxcatl. Ante la ausencia de Cortés, Pedro de Alvarado había permitido la celebración, pero ordenó, sin embargo, una masacre que “rompió la frágil paz que había entre mexicas y españoles”, que había construido Cortés con sus dotes “diplomáticas”, afirmó a Efe Enrique Ortiz García, escritor y divulgador de la historia de México.

Danzantes realizan rituales y danzas frente al Árbol de la Noche triste  en Ciudad de México (México). EFE/José Méndez
Danzantes realizan rituales y danzas frente al Árbol de la Noche triste en Ciudad de México (México). EFE/José Méndez

“A partir de ese momento cambia la relación y comienza la guerra total entre españoles y mexicas que tiene un punto clave en la noche del 30 de junio”, remarcó Ortiz, especialista en recreaciones históricas relacionadas con la cultura prehispánica,

LOS MITOS DE LA HISTORIA

Los aztecas estaban enojados y sitiaron a los españoles, quienes en su huida se refugiaron en Tacuba. “La leyenda cuenta que Cortés, frente al árbol, se sentó a llorar su derrota. Es un tanto legendario y romántico ese episodio, pero la historia se construye de mitos”, señaló García de León.

Hernán Cortés  (Foto: INAH)
Hernán Cortés (Foto: INAH)

El también catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recordó que aquella noche muchos españoles cayeron en su huida en uno de los canales de agua y se ahogaron.

“Los aztecas aprovecharon la noche para atacar, en su escape los españoles trataban de llevarse el tesoro de Moctezuma, de hecho, algunos se meten entre las ropas pedazos de oro, que previamente había sido fundido en tejos (especie de lingotes)”, agregó García de León.

“Y para quien no vio aquella noche la multitud de guerreros que sobre nosotros estaban, y las canoas que de ellos andaban arrebatar nuestros soldados, es cosa de espanto”, relató Díaz del Castillo. El cronista agregó que en aquella sangrienta batalla murieron más de 800 soldados españoles y unos mil 200 indígenas tlaxcaltecas, los principales aliados de Cortés.

EL TEJO DE ORO

A inicios del año pasado y tras estudios realizados con tecnología de punta, especialistas del INAH confirmaron que un tejo de oro hundido hace 500 años en los canales de Tenochtitlan era un vestigio del expolio español correspondiente a la “Noche Triste”.

El lingote de oro que sería del tesoro de Moctezuma
El lingote de oro que sería del tesoro de Moctezuma

El lingote de 1.93 kilos fue descubierto a mediados de 1981 durante la construcción del edificio de la Banca Central (Bancen). Uno de los trabajadores, Francisco Bautista -quien falleció en 2019 y tuvo la oportunidad de participar en varias excavaciones arqueológicas- lo encontró a 4,8 metros de profundidad y lo entregó a los arqueólogos. Los expertos señalaron que lo interesante del hallazgo era que la ubicación concordaba con el camino seguido por Cortés y sus hombres en aquel episodio.

El director del Proyecto Templo Mayor del INAH, Leonardo López Luján, destacó que la pieza es “clave” en el rompecabezas de ese suceso histórico, pues coincide con la descripción que Díaz del Castillo hizo de los “tejos de oro” obtenidos de la fundición del “tesoro de los antepasados de Moctezuma”. “Bernal refiere que los tejos medían tres dedos de ancho, equivalente a 5,4 centímetros, y aunque no lo crean, eso mide el lingote hallado en 1981”, según explico entonces el arqueólogo del INAH.

CAMBIO DE NOMBRE

A más de 500 años de aquellos sucesos, la mañana de este miércoles la jefa de gobierno de Ciudad de México anunció que la zona donde se encuentra el Árbol de la Noche Triste cambiará de nombre.

“Dejamos de nombrar al Árbol de la Noche Triste y hacemos una “Calzada de la Noche Victoriosa”. Porque si bien es cierto que hace 500 años fue la derrota de México-Tenochtitlan, también es cierta la resistencia de los pueblos originarios y no debemos olvidar lo cruento que fueron esos años de la llegada de Hernán Cortés”.

*Con información de EFE

SEGUIR LEYENDO: