Quiénes son los implicados en el asesinato y descuartizamiento de dos niños en el Centro Histórico

Se cree que Alan y Héctor fueron asesinados en dos vecindades que son controladas por La Unión, una de ellas está ubicada a tan solo unos pasos de donde vivían con sus padres

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Cuartoscuro
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La madrugada del 1 de noviembre, en la esquina de República de Chile y Belisario Domínguez, en pleno corazón de la Ciudad de México, un par de policías observaron cuando a un hombre que empujaba una carretilla con un tambo azul y dos cajas se le cayeron dos bolsas negras.

Cuando los agentes se acercaron para ayudarle a levantar las bolas, se dieron cuenta que desprendían un hedor difícil de respirar. Adentro estaban los restos de Yair (12) y Héctor Efraín (14), dos hijos de indígenas mazahuas y comerciantes ambulantes.

El hombre que llevaba las bolsas fue identificado como Édgar “El Zúñiga", de 39 años, y aunque al principio trató de engañar a los policías diciéndoles que solo era un indigente al que le habían pagado dos gramos de cocaína por tirar la supuesta “basura”, más tarde se confirmó que es un ex presidiario que opera para Eduardo Ramírez “El Chori” y José David Herrera “El Chayan”, presuntos cabecillas de la Unión Tepito.

Se cree que Alan y Héctor fueron asesinados en dos vecindades que son controladas por La Unión, una de ellas está ubicada a tan solo unos pasos de donde vivían con sus padres.

 Yair tenía 12 años y Héctor Efraín, 14 (Foto: alerta amber)
Yair tenía 12 años y Héctor Efraín, 14 (Foto: alerta amber)

La de la calle Belisario Domínguez es controlada por la familia de Irving Herrera Segura, El Irving, mientras que la otra es controlada por la familia de Omar Sánchez Oropeza, El Oropeza o El Gaznate. Según el periodista Carlos Jiménez, los dos fueron detenidos ya en algún momento por la Policía capitalina; sin embargo, quedaron en libertad.

Los dos formaban parte del grupo de hombres cercanos a Roberto Moyado Esparza, El Betito, jefe de La Unión.

La madre de los niños negó que sus hijos tuvieran algún tipo de vinculo con el crimen organizado y pidió que por favor ya “no les ocasionen más problemas” a ella y a su familia. Sin embargo, la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, no descartó la hipótesis de un ajuste de cuentas por temas de narcomenudeo.

Los niños desaparecieron la noche del 28 de octubre, luego de que fueron “a dar gracias” a San Judas Tadeo en su día. Posteriormente Héctor y Yair irían a unos “arrancones”, pues eran aficionados a las motos de pista.

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El periódico mexicano El Universal señaló que Héctor le habría pedido a Yair que lo acompañara con su novia a los “arrancones” de motos, donde supuestamente habían planeado verse. Sin embargo, no llegaron a su destino porque fueron torturados, asesinados y descuartizados.

Por estos hechos dos vecindades del Centro Histórico que supuestamente son controladas La Unión, son investigadas por las autoridades capitalinas. Autoridades de la Fiscalía General de Justicia (FGJCDMX) revelaron que, anoche, personal de la dependencia se preparaba para realizar distintos cateos en los inmuebles a fin de ubicar algún indicio que los lleve a saber quiénes fueron los asesinos de los menores.

Hasta el momento habría tres principales líneas de investigación sobre el caso. La primera es que quedaron atrapados en medio de una confrontación entre la Unión Tepito y la Anti-Unión, dos de los cárteles delictivos más grandes de la capital.

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En segundo lugar se encuentra la posibilidad de que el móvil tuviera que ver con una disputa amorosa, pues Héctor, de acuerdo con el medio mexicano, habría estado cortejando a una adolescente de 14 años, cuya pareja se dedicaba a vender drogas.

Finalmente, las autoridades tienen la hipótesis de que la muerte podría haber tenido que ver con que la madre de Héctor trabaja en el área de derechos humanos de la alcaldía Cuauhtémoc.

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