En el regreso de la actividad en la Liga de España tras el parate navideño, el Barcelona apenas rescató un empate 1-1 como local ante el Eibar. De hecho, estaba perdiendo, hasta que a los 67 minutos de acción Ousmane Dembelé marcó la igualdad. Antes, Martin Braithwaite falló un penal y le anularon un gol. Su humilde adversario acumulaba seis derrotas consecutivas en el Camp Nou.
Lionel Messi, con licencia especial y reponiéndose de una dolencia en uno de sus tobillos, vivió el partido desde la platea, muy abrigado y protegido con un barbijo ante la pandemia de coronavirus. La transmisión oficial lo mostró en varios momentos del encuentro. En la mayoría se lo vio como un simple espectador; en varios, alentando a sus compañeros. La decepción final envolvió a todos, incluido el capitán. Es que, con el empate, quedó a siete unidades del líder Real Madrid. Y las ilusiones de volver a pelear por el título van quedando cada vez más lejos para los aficionados culé.
La primera vez que la TV enfocó a Messi fue a los tres minutos. Luego, volvió a aparecer en pantalla a los 6.30, instante en el que el árbitro sancionó el penal. Es la Pulga, precisamente, el encargado de ejecutarlos, pero se le hizo imposible desde las tribunas. Braithwaite falló (¿por qué no shotearon Griezmann, Pjanic o Coutinho) y el partido se le hizo cuesta arriba a los blaugranas.
Fue a partir del empate que el argentino, recién arribado desde tierra albiceleste, donde pasó la Navidad, se lo vio más activo en su asiento. A los 67, aplaudió con ganas la conquista de Dembele, entusiasmado con la posibilidad del triunfo. Y a los 83 lo exhibieron expectante ante el empuje del Barcelona. Ya en tiempo cumplido, acompañado por Jordi Alba, Sergi Roberto y Ansu Fati, se lamentó con vehemencia ante una oportunidad dilapidada por Francisco Trincao.
En el final se pudo advertir toda su frustración. A los 93′ 30″, ya parado y poniendo proa hacia el vestuario, meneó la cabeza repetidamente, en señal de disconformidad. Y desandó el camino para apoyar al plantel en camerinos.
En las redes sociales y en los medios españoles, su presencia fuera el campo de juego se hizo notar. “¿Y los iluminados que decían que el Barça jugaba mejor sin Messi”, desafió Josep Pedrerol, conductor del programa de TV El Chiringuito. “Suerte que Antoine Griezmann y Philippe Coutinho tenían que tirar del carro frente al Eibar en ausencia de Lionel Messi. Apaga y vámonos”, firmó Francesc Aguilar, periodista del diario Mundo Deportivo.
“¿Ahora es culpa de Messi también que no ganó?”, escribió un usuario de Twitter. “Hoy el Barcelona sin Messi no existe”, agregó otro, indignado. El domingo, los blaugranas visitarán al Huesca: se supone que ya con Messi dentro del campo, para renovar las esperanzas de los aficionados.
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