Pionero de la champeta se convirtió en predicador de la palabra de Dios

Javier Siris Bárranla fue uno de los pioneros de la champeta en Barranquilla. Ahora, predica la palabra de Dios a los jóvenes de la región.

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Javier Siris Bárranla Tomada de Facebook
Javier Siris Bárranla Tomada de Facebook

Nacido en el barrio Las Nieves, en Barranquilla, Javier Siris Bárranla, conocido anteriormente por ser parte de la agrupación "Javier y sus Nenas', abandonó, desde hace 15 años, el mundo de la champeta, la algarabía y la música para adentrarse en un ambiente acompañado de la palabra de Dios y cumplir con su tarea como pastor misionero.

El ahora llamado ‘Caimán’ se dedica a trabajar por los jóvenes de los sectores Manuela Beltrán, Soledad y La Candelaria, en el departamento del Magdalena.

Desde 2005, Javier se dedica a predicar la palabra en templos del sector o en una sala de radio de la emisora web “Soledeña Stereo”, donde habla de individualidad y espiritualidad.

En entrevista con El Heraldo, el exintegrante de ‘Javier y sus Nenas’ recordó que fue uno de los pioneros del género de la champeta en Barranquilla y tuvo una etapa musical muy exitosa entre el año 2000 y 2005, con éxitos como “Todavía la quiero” y “Dame un besito”. Tanto fue su reconocimiento, que la disquera Sony lo incluyó en un álbum de champeta que llegó a países tan distantes como España.

Su propuesta era combinar el género de la champeta con la samba, y acompañarlos con coreografías realizadas por sus “cuatro nenas”: Danicka Esquivia, Ingrid Benedetti, Claudia Rodríguez y Diana Jiménez.

La vida del barranquillero, antes de entrar en el camino de la religión, estaba definida por las fiestas. De hecho, cuenta que iniciaba el año en Sincelejo, amenizando las fiestas del 20 de enero, y culminaba en Cartagena, el 11 de noviembre, en las fiestas de Independencia. Sin embargo, en uno de esos eventos, asegura, una señal le cambió el rumbo de su vida.

“En medio del desfile de Corralejas, en Sincelejo, una mujer se me acercó y me entregó un papel, yo lo recogí y lo metí al bolsillo. En la noche lo leí y decía ‘Cristo te ama’. Salí al balcón del hotel y al frente había una iglesia. Allí dije ‘están en todas partes’ y desde entonces comenzó el llamado de Dios. Luego una mujer en pleno Festival de la Cerveza en el Romelio Martínez me dijo: ‘tú algún día vas a hablar de Dios, vas a predicar su palabra’, eso me dejó mudo”, recordó Siris Barraza en entrevista con El Heraldo.

Desde ese momento, empezó su proceso de transición a la vida religiosa. Sin embargo, fue tras un accidente de tránsito ocurrido en la ciudad de Bogotá, después de realizar un concierto junto a la agrupación española ‘La Oreja de Van Gogh’ y la cantante colombiana Maía’, cuando definitivamente sintió lo que él considera el llamado. “Una voz interior que me decía: ‘Javier, hasta cuándo te voy a esperar’, y desde entonces le pedí a Dios que moldeara mi vida y eso ha hecho”, explicó.

El ahora religioso asegura que fueron los problemas de su hermano, involucrado en el consumo de drogas, la separación de sus padres y la compra de bienes que en realidad, no necesitaba, los puntos de partida que lo hicieron reflexionar para acercarse más a Dios. “Yo trabajaba para pagar un apartamento que no habitaba, solo para aparentar que vivía en el norte de la ciudad. No era fácil para mí. Duraba tres meses de giras, pagábamos una camioneta y guardaespaldas que no necesitábamos, lo hacíamos para seguir aparentando. Hoy vivo de manera humilde, pero lleno de felicidad”, dijo el pastor, egresado del programa de Producción de Radio y Televisión de la Universidad Autónoma del Caribe.

Ahora, Javier se dedica a predicar la palabra, luego de haber recibido varias señales enviadas por Dios: “acepté el reto que Dios me puso y aquí estamos trabajando entre Candelaria (Magdalena) y Manuela Beltrán, donde hemos creado la emisora web ‘Soledeña Stereo’, en la que los sábados de 8 a 10 de la mañana tengo un espacio de reflexión”.

La última cosa que Javier tiene para decirle a las personas que le preguntan por qué no está con la música es: “Javier está agarrado de la mano de Dios, él trazó un camino y lo estoy recorriendo”.