Haití está a pocos metros de Turquía, un poco más adelante está Suecia y no muy lejos, España. Portugal está exactamente al lado de Bélgica y este último limita con Polonia. No se tratan de delirios geográficos, sino algunas de las embajadas que están en Palermo Chico, una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de Buenos Aires. Diseñado por el paisajista Carlos Thays, reúne construcciones destacadas y otras enigmáticas.
Este sábado 2 de junio, la Embajada de Polonia abrirá sus puertas al público por única vez en el año. Con visitas organizadas junto al Ente de Turismo porteño, de 10 a 16 hs. se podrá recorrer el interior de la casona. Esta actividad es una manera de celebrar el 100° aniversario de la recuperación de la Independencia con el Armisticio de Compiegne.
El gobierno polaco compró el palacio ubicado en la calle A. M. Aguado en 1957. Antes había pertenecido a la familia Lanús -que le da su tradicional nombre- y había funcionado como hotel.
La construcción se remite a principios del siglo XX siguiendo el estilo ecléctico con influencia francesa que caracterizó a tantos edificios de la época. El arquitecto fue René Sergent, quien ideó la obra desde su Francia natal y jamás visitó Buenos Aires. También fue el mentor del vecino Palacio Errázurz (actual Museo de Arte Decorativo), el Palacio Sans Souci en San Fernando y el Palacio Bosch (actual residencia del embajador de Estados Unidos).
El frente de tres pisos es imponente al verlo desde la calle. En lo más alto tiene una mansarda que culmina en una terraza. En 1915 fue premiada por la Municipalidad de Buenos Aires como la mejor fachada. En su interior todos los detalles son lujosos. El hall de ingreso es de mármol de Carrara blanco y en las terminaciones de las paredes predomina el color verde. La iluminación en este espacio, como en cada uno de los salones, depende de arañas que no pasan desapercibidas con sus llamativos caireles.
Hacia la izquierda está el salón comedor, donde entran cuatro sillas por lado y suelen organizarse las cenas protocolares. La vajilla tiene pinceladas doradas que aportan el glamour de la escena. En una pared está el cuadro de Enrique III de Francia, también conocido como Enrique de Valois. En 1573 fue coronado como el primer monarca de la República de las Dos Naciones (Polonia-Lituana), aunque duró menos de un año por el boicot de los lituanos.
En la pared de enfrente hay un cuadro de Juan II Casimiro, quien durante su reinado marcó el fin de Polonia-Lituana como gran potencia. Luego, abdicó tras perder con los ejércitos de suecos y húngaros y falleció en 1866.
Por la ventana se ve el jardín, uno de sus mayores atractivos. Una galería sostenida por columnas y un parque con frondosa arboleda hacen olvidar por unos minutos que el Palacio Lanús está en plena Ciudad de Buenos Aires. Allí también hay cinco mesas alineadas con arabescos y elementos decorativos que refieren al águila, su símbolo en la bandera.
La Embajada tiene una sala de música. Si se lo comparara con otras residencias se podría decir que es discreta. Tiene dos puertas. Una que conecta con el hall central y la otra lleva hacia un living. Delante de la chimenea y el espejo, presiden el espacio dos banderas: una de Polonia y la otra de la Unión Europea. Los sillones y una pequeña mesa redonda en el centro también son parte de la reunión.
Detalles de la visita
¿Cuándo? 2 de junio de 2018, de 10 a 16 horas, visitas guiadas cada 20 minutos.
¿Dónde? Palacio Lanus, Embajada de Polonia en Buenos Aires (A.M. Aguado 2870)
¿Cómo? Gratis. Requiere inscripción previa. No se suspende por lluvia
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