Marina Halac: la economista argentina que triunfa en el mundo

Oriunda de Buenos Aires e instalada en Estados Unidos desde el 2002, recibió uno de los mayores galardones de su profesión. Qué se siente ser una mujer exitosa en un campo dominado por hombres, y qué recomienda a las jóvenes que aspiran a destacarse en el universo de la Economía

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Marina Halac fue la ganadora del Elaine Bennett Research Prize
Marina Halac fue la ganadora del Elaine Bennett Research Prize

Marina Halac es profesora en la Universidad de Columbia y tiene 36 años. Vivió en Buenos Aires hasta el año 2002, cuando decidió instalarse en Estados Unidos. Siempre le encantó la matemática, desde que tiene memoria, y su interés por la economía empezó a instalarse desde muy chica. Su primera clase de economía la tomó en el secundario, en el Carlos Pellegrini. Cuenta que también le había gustado la clase de filosofía, especialmente todo lo que tenía que ver con el razonamiento y la lógica. Recuerda con cariño las charlas con su profesora de matemática, a quien menciona como "la gran Nuria Susmel", sobre qué carrera seguir. La decisión terminó siendo muy simple, y no hubo marcha atrás.

Este año, Halac fue la ganadora del prestigioso galardón para mujeres destacadas en el campo de la economía: el "Elaine Bennett Research Prize". El Comité para el Estatus de las Mujeres en la Profesión de la Economía (CSWEP, según sus siglas en inglés) de la American Economic Association entrega de manera anual para reconocer, apoyar y fomentar las excelentes contribuciones de mujeres jóvenes en un mundo tradicionalmente dominado por hombres.

"Se reconoce a la Profesora Halac por sus impresionantes contribuciones al campo de la teoría microeconómica y a nuestro entendimiento de los incentivos dinámicos y a los problemas de agencia. Su investigación se focaliza en cómo los incentivos se construyen a partir del ambiente de la información, y ella ha desarrollado modelos analíticamente rigurosos para estudiar problemas como la estructura y dinámica de las relaciones laborales, cómo motivar la experimentación e innovación, y el diseño de regulaciones fiscales para ajustar el gasto estatal", explicaron desde el comité.

Este premio fue establecido en 1998, y fue bautizado en honor a Elaine Bennett, quien contribuyó de manera significativa en la teoría económica y en la experimental, además de incentivar el trabajo de jóvenes mujeres economistas. El requisito, además del trabajo continuo en pos del avance de su campo en particular, es que hayan recibido hace menos de siete años su doctorado.

Es argentina pero actualmente vive en Nueva York y enseña en la prestigiosa Universidad de Columbia
Es argentina pero actualmente vive en Nueva York y enseña en la prestigiosa Universidad de Columbia

En diálogo con Infobae, Halac contó cómo fue su trayectoria y su vida desde que comenzó a dedicarse a la economía, cuáles son los obstáculos y las ventajas de ser mujer en esta profesión, y por qué recomienda de manera ferviente que las jóvenes opten por estudiar esta carrera.

-¿Cómo comenzó su trayectoria académica?

-Estudié Economía en la Universidad del Cema, que me ofreció media beca para que pueda desarrollar allí mis estudios. Y fue bárbaro. Estaba en una clase pequeña, por lo que recibíamos mucha atención de los profesores. Aprendí no sólo de economía sino también de la experiencia de los profesores que en su mayoría habían estudiado en Estados Unidos. Me permitió aprender de un mundo académico que era bastante desconocido para mí. Y en lo personal fue maravilloso, y allí también conocí a mi marido, Guillermo Noguera.

En el 2001 Guillermo y yo nos graduamos del Cema y unos meses después, en marzo del 2002, nos fuimos a Washington DC a trabajar en el Banco Mundial como asistentes de investigación. Esos años fueron muy ricos también: yo trabajé en particular con Sergio Schmukler y aprendí un montón. Luego, en el 2004, nos fuimos a la Universidad de California, Berkeley a hacer el doctorado en economía. Fue una experiencia única. Me expuso a un nuevo nivel de análisis y conocimiento. Allí encontré mi pasión por la teoría de contratos y la teoría de juegos, que son las áreas en las que me especializo. Me atrajo el poder usar modelos matemáticos para estudiar problemas de agencia y de provisión de incentivos que son centrales en muchas aplicaciones. Me dediqué cinco años allí a formarme e investigar y tuve la fortuna de tener profesores y tutores de tesis realmente excelentes.

-¿Qué significó para usted ganar el Elaine Bennett Research Prize?

-Sentí una gran felicidad y emoción. Es un honor enorme, especialmente unirme al grupo impresionante de mujeres que han ganado este premio en el pasado. ¡Leo la lista de las ganadoras previas y todavía no puedo creerlo!

-En su opinión, ¿el campo de la Economía, continúa siendo un mundo dominado por hombres?

-Y sí, es tradicionalmente un campo de hombres. Por eso el objetivo de este premio es alentar y reconocer el trabajo de mujeres en esta profesión. La composición fue cambiando en el tiempo. Por ejemplo, hoy en día las mujeres pueden representar fácilmente la mitad de una clase de doctorado de economía en una universidad top de Estados Unidos. Pero las diferencias siguen estando en niveles más altos de profesor. Y también varía por especialidad; en lo que yo hago, teoría microeconómica, las mujeres son una marcada minoría. A veces voy a conferencias donde hay más de 30 personas, y no más de dos o tres mujeres, ¡contándome a mí!

Marina Halac, una mujer que triunfa en un mundo de hombres
Marina Halac, una mujer que triunfa en un mundo de hombres

-¿Sufrió algún obstáculo por el hecho de ser mujer?

-En general no. Tuve la fortuna de estudiar y trabajar con gente excelente no sólo como economistas sino también como personas. Mis tutores de tesis y mi coautores son todos hombres y nunca sentí que hicieran una diferencia porque soy mujer. Al contrario, siempre me apoyaron, respetaron, y alentaron muchísimo, y lo mismo es cierto con respecto a mis otros colegas y la profesión en general. Sí tuve algunas experiencias menos felices, presentando mi trabajo por ejemplo, donde un par de veces sentí un trato despectivo hacia mí por ser mujer. Y a veces es más difícil relacionarse simplemente por el hecho de que una tal vez comparte menos cosas – por ejemplo no podría ir con otros economistas hombres a jugar al fútbol. Así que sí es algo que está presente, pero en mi caso no ha sido un obstáculo por suerte.

-¿Qué les diría a chicas jóvenes que quieren seguir carreras relacionadas con la Economía?

-¡Que lo hagan! Las universidades están tratando de aumentar la participación de las mujeres en estas disciplinas, y por ejemplo en Columbia hay un esfuerzo claro por considerar gente que pertenece a minorías cuando contratamos profesores. Les diría a las chicas jóvenes que traten de buscar un mentor que pueda guiarlas, alguien que las respete y entienda sus intereses y objetivos. Para mí el rol del mentor ha sido y sigue siendo muy importante; hay muchas decisiones difíciles que tomar a medida que una avanza en la carrera y es muy útil tener a alguien con quien discutirlas. Si bien las mujeres siguen siendo una minoría en esta profesión, su participación ha ido aumentando en el tiempo, y yo espero que esto ayude para abrirle la puerta a nuevas mujeres jóvenes.

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