Comenzaron sus carreras siendo muy jóvenes y rápidamente alcanzaron la fama y el reconocimiento mundial. Pero esta escalada tan precipitada provocó en algunos casos que los caminos de estos actores casi se esfumaran y quedaran en el olvido. Pero también son ejemplo claro de reinvención y de buenas decisiones, algunas de ellas tomadas por sus representantes y otras por puro instinto. A estas tres estrellas los rescató el mundo de las series, género que al inicio de sus carreras era considerado menor.
Les presentamos entonces cuatro casos de estrellas de Hollywood que supieron dar el “volantazo” a tiempo.
Winona Ryder
Los 90 fueron de ella sin lugar a dudas. La actriz de 48 nacida en Minnesota, dio sus primeros pasos en el film de Tim Burton, Beetlejuice junto a Geena Davis, Alec Baldwin y Michael Keaton. Llegaría luego Grandes Bolas de fuego junto a Dennis Quaid. Allí Winona interpretó a la novia de 13 años del cantante Jerry Lee Lewis. Comenzaba a despegar su carrera y todos los productores habían puesto el ojo en esta chica de 1,60 con cara angelical.
Nuevamente fue convocada por Burton, en este caso para ser la enamorada del protagonista del film El hombre manos de tijera. Allí conoció a Johnny Depp, con quien tuvo una relación que duró varios años. Ryder formaba parte ya del jet set de Hollywood y ese mismo año se dio el lujo de rechazar la oferta de Francis Ford Coppola para ser la hija de Michael Corleone en El Padrino III (ese rol fue tomado finalmente por la hija de Francis, Sofia Coppola).
A pesar de esta decisión que muchos la notaron algo extraña, Winona filmó Mi madre es una sirena junto a Cher y una pequeña Christina Ricci, que le valió un nominación al Globo de Oro como mejor actriz de reparto.
Los 90 llegaban con mucho trabajo para Winona y Coppola la convocó nuevamente para formar parte de Drácula y darle vida a Mina junto a Gary Oldman y Keanu Reeves. Los directores más prestigiosos de la industria querían a Winona en sus películas y así fue como Martin Scorsese le acercó el proyecto de La edad de la inocencia. Allí fue la esposa dulce e inocente del personaje de Daniel Day-Lewis, quien en realidad estaba enamorado de la condesa que hacía Michelle Pfeiffer.
Todo parecía ir sobre rieles en la carrera de esta joven y entonces llegó la participación en La casa de los espíritus, junto a Meryl Streep, Antonio Banderas y Jeremy Irons. Su participación en Generación X junto a Ben Stiller y Ethan Hawke la terminó de colocar en el umbral de las actrices que mejor representaban a las actrices de su edad. Para el final de la década en 1999, Winona filmó Inocencia interrumpida con Angelina Jolie quien opacó totalmente, sin proponérselo, a la figura de Ryder y se llevó un Oscar por esa actuación.
El suceso del robo en una tienda de ropa en Beverly Hills en el año 2001, -las cámaras de seguridad mostraban cómo sustraía prendas en su cartera por un valor de 5500 dólares-marcó el principio del ocaso de su carrera. Y si los 90 habían sido sus años más productivos, los comienzos del 2000 no le generaron muchas ganancias a esta actriz.
Estar en los titulares de los diarios de la época por un escándalo de tal tamaño, generó repudio dentro de la industria, y las participaciones de Winona fueron cada vez menores en films que no eran éxitos de taquilla.
Pero la llegada del streaming, más que nada de Netflix al mundo del espectáculo, le generó a esta mujer de ya unos 40 y tantos, volver a estar en las portadas de las revistas y lo mejor de todo: aparecer en las alfombras rojas de todas las premiaciones de la industria.
El estreno de la serie Stranger Things en 2016 donde ella interpreta a Joyce Byers, una madre que busca desesperadamente a su hijo, le valió el regreso a los focos. Logró una nueva nominación a los Globos de Oro y la participación en nuevos proyectos como la serie de HBO The plot against America. La carrera de Ryder volvió a tomar color y logró dejar en el pasado aquellos años sombríos marcados por aquel robo que casi la expulsa de Hollywood.
Christian Slater
Si buscáramos un paralelo en masculino al caso de Winona Ryder ese sin duda sería el de Christian Slater. Su primera participación en la pantalla grande fue en el film La leyenda de Billie Jean en el año 1985. Slater tenía esa mezcla de chico lindo con mezcla de joven rebelde que le permitió acceder a diversos roles.
Al año siguiente, llegaría un film que le abrió las puertas de Hollywood y que logró que lo tomaran como un actor en serio. Esta película fue El nombre de la rosa basada en la novela de Umberto Eco, en la que compartió cartel junto a Sean Connery. Así inmediatamente, este actor se convirtió en el chico del momento y ganó el fanatismo de los adolescentes que transitaban los años 90.
Suban el volumen junto a Samantha Mathis lo puso en el primer puesto de los actores de su generación. Así llegaría Demasiado jóvenes para morir junto a un elenco enorme como Kiefer Sutherland y Emilio Estevez. Luego fue el hermano de Kevin Costner en Robin Hood que tuvo un éxito arrollador en todo el mundo. Un par de películas románticas lo tuvieron como protagonista como Corazón indomable en la que enamoraba a Marisa Tomei, hasta llegar a la gran Entrevista con el vampiro de la mano de Brad Pitt y Tom Cruise.
Pero los finales de la década no fueron años muy positivos para Slater que tuvo muchos conflictos con la ley por sus adicciones. Fue arrestado por portación de armas y por hechos de violencia. Su carrera parecía ir esfumándose y sus participaciones eran cada vez más secundarias. Sin embargo, la llegada de un gran proyecto para la televisión, lo puso de nuevo en las primeras ligas. Hablamos de la serie Mr Robot junto al ganador del Oscar Rami Malek (Rapsodia Bohemia).
Esta serie fue muy alabada por la crítica por su planteo tecno thriller sobre conspiraciones informáticas. Gracias a este papel logró una nominación a los Globos de Oro y lo más importante, volvió a formar parte de las listas de convocados por las productoras más exitosas de la industria.Próximamente lo vamos en la segunda parte de la serie Dirty John en Netflix, junto a Amanda Peet. Un dato de color: participó en el film argentino La cordillera junto a Ricardo Darín y Dolores Fonzi.
Laura Dern
En la última entrega de los Oscar, Laura Dern se alzó con el premio a mejor actriz de reparto por su participación en Historia de un matrimonio. Este galardón fue la culminación de una vida llena de esfuerzo, subidas y bajadas. Porque la vida laboral de esta artista estuvo llena de vaivenes.
Comenzó a trabajar en la industria a mediados de los 80 en la película Máscara y luego se convirtió en la musa del director David Lynch (Terciopelo y Corazón Salvaje). Pero la fama internacional de Laura llegaría en 1993 de la mano de Steven Spielberg cuando protagonizó Jurassic Park, y así el nombre de Dern comenzaría a resonar en todo el planeta. Ese año también filmó junto a Kevin Costner Un mundo perfecto. Pero en 1997 todos señalan que fue el año que llevó a esta actriz a caer casi en el olvido.
Laura participó de la serie Ellen y en uno de los episodios su protagonista, Ellen DeGeneres, le contaba que era gay. Muchos afirman que las puertas pacatas de la industria de cine en esos años se le fueron cerrando por considerar que ella era lesbiana y que eso podía alejarla de Hollywood.
Aunque nadie pudo afirmarlo, la carrera de Laura comenzó a mermar y sus trabajos después de esa participación fueron poco relevantes. Recibió amenazas de muerte, incluso en el set donde estaba grabando una película. De repente pasó de ser la actriz a la que le ofrecían el oro y el moro, a participar de películas para televisión sin ninguna trascendencia.
Así sin quererlo, Laura Dern ingresó en una especie de lista negra de Hollywood que la excluyó de todos los proyectos importantes. Casi diez años duró este parate profesional hasta que David Lynch la rescató en 2006 para grabar Inland Empire. En las entrevistas que concedió luego de su Oscar, afirmó que fueron años muy duros y que pensó que su carrera había entrado en el ocaso.
Pero la llegada al mundo de las series la rescató del olvido. Así llegó a su vida Enlightened en 2011 y luego un proyecto que finalmente la llevaría a la cima: Big Little Lies, en HBO. Su personaje, Renata Klein, fue fantástico y le valió el reconocimiento de sus colegas y productores. Marriage Story le valió varias nominaciones y premios para finalmente llevarse el premio mayor del cine: El Oscar.
Así como el ave fénix que renace de sus cenizas, estos actores supieron aggionarse a los nuevos tiempos y tomaron las decisiones correctas en el momento indicado para renovar sus aires y continuar con estabilidad laboral en una industria que puede ser muy injusta.
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