Juana Viale, a solas con Teleshow: la cuarentena con sus hijos, el desafío de reemplazar a Mirtha y cómo vive su nuevo noviazgo

“Estoy aprendiendo a tener más seguridad en la mesa”, confía la actriz, que no solo conduce los dos programas de su abuela por El Trece sino que también está al frente de tres ciclos en vivo a través de su cuenta en Instagram

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Juana Viale, mano a mano con Teleshow: "Estoy aprendiendo a tener más seguridad en la mesa"

Juana Viale navega en contra de la corriente de la cuarentena: mientras los famosos se quedan en sus casas y solo tienen contacto con la gente a través de sus redes sociales, la actriz debe salir de su hogar para cumplir con su trabajo. La sensata decisión de Mirtha Legrand de preservar su salud a pesar de que, si quisiera, podría seguir conduciendo sus programas de televisión por ser considerada una tarea esencial, ubicó a su nieta en el momento de mayor exposición pública de su carrera, justo en estos meses tan particulares para todos.

Voy aprendiendo y evolucionando para tener más seguridad en la mesa”, asegura Juana desde su casa vía Skype, en esta entrevista virtual con Teleshow. Sin una gota de maquillaje y a lo largo de 40 minutos, cuenta cómo está viviendo la pandemia y abre su corazón sobre la cuarentena con sus hijos y su nuevo noviazgo. “Me toca trabajar un montón en este momento tan particular para la Argentina y el mundo. Justo estaba por empezar a rodar una película y se frenó. A partir de eso empezaron a surgir otras posibilidades y situaciones de trabajo”, dice.

La labor de Juana en televisión es por duplicado (La Noche de Mirtha, sábados a las 21, y Almorzando con Mirtha Legrand, domingos a las 13.30, ambos por El Trece). Pero en realidad a su agenda también se sumaron los tres ciclos nuevos que conduce desde su cuenta oficial en Instagram. Uno es Mesaza en casa, donde expone las historias de diferentes personas, quienes cuentan cómo las afecta la pandemia en diferentes aspectos de su vida. Otro se llama Las Recetazas de Juana, en el que recibe a un chef distinto en cada emisión, quien le enseña a cocinar una receta de su autoría. Y el último es Sesiones de casa, una transmisión que cuenta con la presencia de músicos en vivo.

A pesar de tener tantas responsabilidades se las ingenia para cocinar, hacer la tarea y bailar con sus hijos Ámbar, Silvestre y Alí, con quienes comparten el aislamiento junto a sus tres perros y su gato.

—¿Se te está haciendo larga la cuarentena?

—Sí, muy larga. Más con el anuncio del Presidente, que la extendió tres semanas más. Es como un letargo tremendo. Más allá de la actividad, yo estoy haciendo el programa de mi abuela en El Trece pero salgo solamente los sábados de casa y después me quedo adentro. Hay como una necesidad de juntarse con amigos, de compartir, de poder expresarse con otros. Es dificilísimo eso, ¿no?

—¿Con quién la estás pasando?

—Estoy en casa con mis tres hijos, con mi perra Tota, con otros dos perritos que adopté, y con Oslo, que es el gato. Arrancamos todas las mañanas con clases virtuales para los chicos. Y después con el más chico tengo que hacer tarea yo porque nos mandan audios pero no hace clase virtual, así que tengo que estar ahí con él. Mucha manualidad. Forma parte de esta experiencia nueva también de homeschooling.

—¿Estás disfrutando hacer el reemplazo de tu abuela en televisión?

—Es un re desafío. Es un programa que justamente el miércoles pasado cumplió 53 años en el aire con una misma conductora. Tiene su tradición. La productora de mi hermano (Nacho Viale) hace el programa y él me ofreció suplantar a mi abuela por el tiempo que tenga que estar guardada por el COVID-19. Es muy difícil ocupar un lugar que no es el tuyo pero yo también tengo mi impronta, mi manera de ser, y voy aprendiendo. Viste que no es fácil preguntar, estar constantemente enchufada... No es un mano a mano. Por supuesto tenés que estudiar un montón sobre todos los personajes que se sientan, ya sean políticos, escritores, artistas, inventores. Estudio mucho... Siento que había mucha expectativa. No nos olvidemos de que supuestamente eran dos semanas de cuarentena, y se fue extendiendo. Entonces, todos los fines de semana es un desafío. No es que ya estoy cómoda, es como que siento que siempre tengo que estar muy afilada en el tema.

Juana Viale se redescubre en la conducción de cinco ciclos en cuarentena, en los que realiza entrevistas a diferentes personalidades: desde médicos y emprendedores hasta chefs consagrados como Fernando Trocca o Mauro Colagreco, y músicos como Hernán Cattáneo o Natalie Pérez,
Juana Viale se redescubre en la conducción de cinco ciclos en cuarentena, en los que realiza entrevistas a diferentes personalidades: desde médicos y emprendedores hasta chefs consagrados como Fernando Trocca o Mauro Colagreco, y músicos como Hernán Cattáneo o Natalie Pérez,

—¿Cómo te preparás para cada programa?

—Con el tema de la cuarentena es complejo tener cuatro invitados, porque hay muchos que no salen de sus casas. Por supuesto me hacen como unas tarjetas con la información de cada uno y después yo empiezo a estudiar bastante sobre ellos: quiénes son, cuál es su historial laboral, cuáles son sus pensamientos, veo entrevistas que hayan hecho... No hace falta tener televisión para informarse, porque yo no tengo tele pero sí tengo otros medios para tener toda la información.

—¿Cuáles son?

—Mucha radio, y con la computadora hago un trabajo de investigación. El otro día vino María O’Donnell, que había lanzado su libro (Aramburu, Planeta), y por supuesto me lo leí para saber lo que había escrito. A Carlitos Rottemberg, por ejemplo, lo conozco mucho en la vida personal pero al estar en la mesa tengo que saber todo de él como productor, como teatrista. Se han sentado políticos: lo tuve a (Nicolás) Trotta, que es el ministro de Educación, también lo tuve al de Desarrollo Social (Daniel Arroyo). Es informarse, y después uno tiene como una guía de preguntas. Pero a lo largo que va pasando la mesa van surgiendo temas o a mí me surgen incertidumbres que las pregunto sin ningún problema, ¿viste? Y ahí uno también aprende a callar. A veces algo que dice un invitado es el puntapié para que otro le pueda hacer una pregunta. Es complejo.

Juana Viale no solo continúa con el legado de su abuela, sino que también explora un nuevo tipo de conducción de la mano de las nuevas tecnologías y adaptándose al contexto actual que atraviesa el mundo entero.
Juana Viale no solo continúa con el legado de su abuela, sino que también explora un nuevo tipo de conducción de la mano de las nuevas tecnologías y adaptándose al contexto actual que atraviesa el mundo entero.

—¿Sentís que te están poniendo a prueba al ocupar ese lugar tan legendario?

—Si tuviese esa conciencia constante de que me están poniendo a prueba no sé si podría hacerlo. Creo que también hay que animarse y poder equivocarse, es la única manera de aprender. Nací sin saber nada: ser madre se aprende en el camino, ser mujer se aprende en el camino, así como hay que aprender a ocupar ese lugar. Igual siento que es mucho más fácil sentarse a criticar en lugar de usar palabras más compasivas sobre el esfuerzo que hace una persona cuando la ponen en ese lugar. Pero la crítica no es algo que me intimide, no lo ha hecho nunca y no lo va a hacer ahora.

—Las soportás...

—Hacen mella las críticas negativas, pero creo que nunca son los suficientemente arrasadoras como para denostar el trabajo que uno está haciendo. Sé el esfuerzo que hago, soy una madre que cría a sus hijos y que, lamentablemente por la situación en la que estamos todos los argentinos y el resto del mundo, ellos no pueden estar con su papá porque vive en Chile. Entonces, también hay una contención emocional acá. Me tengo que ir los sábados, pero es un esfuerzo. Voy para adelante. No me puedo detener ante una crítica negativa. Y la verdad es que no hago el trabajo excelente, no soy periodista, soy actriz. Pero voy aprendiendo y creo que voy evolucionando para un lado más de la seguridad, de tener más consistencia, más peso en la mesa.

—¿De chica te imaginabas que ibas a seguir el camino de la actuación o que podías conducir el programa de tu abuela?

—No, la verdad es que de chica nunca me lo imaginé porque no era un lugar donde quería estar. Tampoco como actriz: me refiero a la vida pública en general. Todo lo contrario, tenía a mi tío Daniel que era veterinario y siempre me tiró mucho el tema de los animales, del medioambiente, de proteger, de cuidar. Quería estudiar biología marina. Y el mundo me fue llevando para acá. Y fui descubriendo y encontrando un lugar re lindo de expresión. Al final me crié en este mundo del teatro, el cine, mi abuelo, mi tío abuelo, mi abuela... Creo que era como un lugar muy... ¿cómo puedo decirlo? como muy natural, pero que yo no sabía que estaba ahí. No era muy consciente de todo eso. Y después la vida me empezó a llevar por este carril, que fue una elección también mía. Y así fui formándome, aprendiendo y trabajando.

Juana Viale, figura de la televisión en medio de la cuarentena
Juana Viale, figura de la televisión en medio de la cuarentena

—¿Tenías prejuicios antes de entrar a este mundo?

—No, siempre tuve mucho miedo. Soy muy autocrítica, entonces siento que todo siempre se puede hacer mejor. Pero prejuicio, no.

—¿Cómo te definís como madre?

—Soy muy compañera de mis hijos y estoy mucho con ellos. No solamente en esta época cuarentenística, que estoy un montón, siempre los acompaño en el aspecto emocional, en sus decisiones, ayudándolos a formar una personalidad. Tienen tres personalidades completamente distintas y respeto cada una de ellas. Entiendo que fui mamá muy joven -yo a los 20 años ya era mamá- tengo una relación como muy cercana, de mucho diálogo. No sé si soy estricta, sí tengo como ciertas cosas que pienso y por ahí las transmito y ellos lo heredarán. Ahora en la cuarentena estoy intentando que mantengamos un orden. Pero no soy estricta, sino todo lo contrario: siento que cada uno tiene que expresarse y manifestar sus voces internas.

—Hablame de cada uno de ellos...

Ámbar es una persona mágica, sensible y muy observadora. Muy soñadora también, estudiosa y mega creativa. Silvestre es muy sensible, se acompleja mucho con los cambios, las mudanzas, los cambios de clima... Ya con que haga frío se quiere quedar siempre adentro de la casa y no quiere salir. Ámbar es mucho más expresiva. Y Alí, el más chiquito, es muy creativo. Tiene mucho mundo interno, muy mamero también. No sé, creo que ellos tendrían que hablar por mí como mamá y no yo tanto como mamá.

—¿Cuáles son los desafíos de ser madre?

Para mí el mejor plan es ser mamá. Como que elegiría siempre ser mamá. Me gusta, soy mucho de los chicos, los perros, los bolsos, no tengo ningún drama ni nada me ha complejizado como para no decir “bueno, vamos juntos, vámonos de vacaciones, vamos en carpa, carguemos la camioneta” y nos vamos. Nunca fue limitante trabajar: he llevado a mis hijos al trabajo, he trabajado embarazada, he ensayado con mis hijos en brazos. Entonces creo que por ahí la única dificultad habrá sido no volver a dormir (risas).

Juana Viale y la imagen que subió junto a su novio (Foto: Instagram)
Juana Viale y la imagen que subió junto a su novio (Foto: Instagram)

Si bien siempre prefirió preservar su intimidad de los medios, recientemente confirmó en uno de los programas de su abuela que está en pareja con Agustín Goldenhorn, un arquitecto y guitarrista de 42 años. En las redes sociales se limitó a subir en una ocasión una foto junto a él a bordo de su auto, junto a la frase “medio y medio armamos un universo”. Y poco se supo después sobre su nuevo novio, cuarentena mediante.

—¿Seguís en pareja?

—Sí, ya no sé cuánto pero estoy en pareja hace ya un tiempo. No soy mucho de contar pero estoy muy bien, muy feliz. Me tocó en un momento de mi vida muy importante. Encontré una persona hermosa y nos acompañamos mucho.

—¿Pasan la cuarentena juntos?

—No porque él tiene hijos, entonces está con ellos. A veces viene a casa visitarme cuando deja a su hijo con la mamá. Pero no, no mucho.

—¿Cómo se conocieron?

Fue una cita a ciegas por un amigo en común. Le pasó mi número de teléfono y bueno, me escribió. Pero él no sabía que yo me llamaba Juana, no sabía ni que tenía tres hijos. No sabía nada. Y un día me dijo “bueno, encontrémonos”. Así que quedamos en vernos, me pasó a buscar, y cuando salí me dijo: “Ah, sos vos” Y le respondí: “Hace 37 años que soy yo”. Ahí empezamos a salir y no nos separamos más.

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