Entrevista a Ben Mendelsohn, el nuevo villano de Hollywood

El actor australiano se ha transformando en un rostro recurrente de las grandes producciones provenientes de La Meca del Cine, sobre todo encarnando al "malo de la película"

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Pisando los 50 años de vida, y con más de treinta de carrera Ben Mendelsohn ha logrado en los últimos años convertirse en un cotizado intérprete, solicitado para papeles en superproducciones a las órdenes de grandes directores. Al igual que el austriaco Christoph Waltz (al que se parece físicamente), se ha transformado en un especialista a la hora de ponerse en la piel del villano de turno.

Conquistó a los fans de Star Wars como el despótico Orson Krennic en Rogue One; atrajo la atención de Steven Spielberg quien lo dirigió en Ready Player One, y acaba de interpretar al malvado Sheriff de Nottingham en la versión de Robin Hood que aún se mantiene en cartel. En Nueva York, el actor habló de su último desafío en la pantalla grande.

Ben, tu personaje en Robin Hood es muy tenebroso e intimidante. ¿Cuál fue tu primera reacción cuando leíste sobre este personaje en el guión?

—Creo que lo que me gustó es la fuerza de Nottingham y la conspiración de esta fuerza, eso me atrajo mucho. También cuando vas entrando más en profundidad con este guión y aprendés más, de dónde viene el alguacil, ese tipo de cosas jugosas. Si encotrás ese tipo de cosas, puede ser divertido.

Hay muchas versiones de Robin Hood y recuerdo muchos actores que han interpretado a este personaje.

—Sí.

Por ejemplo, Alan Rickman…

—El número uno…

Robert Shaw… ¿Cuál fue tu inspiración para interpretar al Alguacil de Nottingham?

—No creo que tenga que ver con la inspiración en sí misma, sino con tratar de entender la vibración que el director está buscando y luego intentar cosas que vayan hacia ese lugar. Creo que él buscaba que la audiencia reciba un buen tono, incluso cuando ese tono a veces fuera… entendés los que quiero decir… Que la gente reciba todo el potencial.

En tu carrera interpretaste a muchos villanos, todos muy distintos, ¿qué es lo mejor de ponerse en la piel del malo?

—Siempre pensé que es un complemento. Cuando crecí, el clásico villano de Hollywood era un actor inglés con importancia, era alguien que entretuviera y tuviese algo especial en él. Que tuviera cualidades que hagan que la gente ame verlo. Acá podés pensar en Vincent Price en fabulosos clásicos. Siempre lo pensé como un complemento y con esta idea de que el valor del villano hace que todo lo demás se eleve si es lo suficientemente fuerte.

En la película compartís escenas con veteranos de la actuación como F. Murray Abraham y también con actores jóvenes como Taron. ¿Cómo te sentís trabajando con distintas generaciones de actores?

—Los actores mayores y los más jóvenes, como es el caso de Abraham y de Taron traen una mezcla de energías y cosas así. Pero estamos todos encaminados hacia el mismo lugar que hace que este tipo de cosas funcionen. Estar junto a alguien como F. Murray Abraham, un veterano así, un gran actor consumado, que también interpretó a grandes villanos, cualquiera piensa en Scarface y sabe cuan placentero puede ser. Esta mezcla, esperemos que funcione como dinamita.

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