Rosario: un preso se tragó una bombilla de mate y tuvieron que operarlo

Ocurrió en el Complejo Penitenciario. El recluso, que está en situación de encierro desde 2016 y condenado por abuso sexual, quedó internado

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La placa radiográfica que develó
La placa radiográfica que develó por qué le dolía la panza

Un preso que está alojado en el Complejo Penitenciario de Rosario, ubicado en 27 de Febrero al 7800, en el extremo oeste de la ciudad, se tragó una bombilla de mate en la noche del pasado domingo. Tuvo que ser trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde fue operado con éxito, ya que los médicos lograron sacarle el elemento.

De acuerdo a los datos que recolectó Infobae, Oscar Fabián Rodríguez (35), oriundo de Venado Tuerto, pidió asistencia médica a causa de una dolencia estomacal, y fue llevado de urgencia hasta el hospital, donde se corroboró en una placa radiográfica que había ingerido una bombilla que había quedado atravesada transversalmente en la zona toracoabdominal.

Rodríguez, luego de haber sido intervenido quirúrgicamente, quedó internado en observación. Se espera que este miércoles, de evolucionar favorablemente, pueda evaluarse su traslado al penal provincial.

El recluso, por la información que recolectó este medio, cayó preso el 5 de febrero de 2016 por un hecho de abuso sexual con acceso carnal, robo, tentativa de robo simple, hurto simple y amenazas simples. En un primer momento, fue alojado en la cárcel de Piñero, pero luego fue derivado a otro predio penitenciario.

Por el cúmulo de acusaciones del Ministerio Público de la Acusación recibió una condena cuya pena vencerá en 2029, según indicaron desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe.

Por el momento, desde el Servicio penitenciario no se emitieron declaraciones sobre las causas que llevaron al interno a tragarse la bombilla. El caso de Oscar Fabián Rodríguez abrió interrogantes sobre si se trató de un accidente o un intento de autolesión, práctica que, en algunos contextos carcelarios, busca forzar traslados a hospitales para evadir condiciones de encierro.

Murió el preso más temido del sistema penitenciario mendocino

Enrique Montuelle fue hallado muerto
Enrique Montuelle fue hallado muerto en su celda del módulo 5 del Complejo Penitenciario N°3 Almafuerte en Mendoza

Después de pasar 22 años tras las rejas y acumular múltiples condenas por homicidios cometidos dentro de la cárcel, Enrique Hugo Montuelle Masmouk, de 45 años, fue hallado sin vida en su celda del Complejo Penitenciario N°3 Almafuerte, en Cacheuta, Luján de Cuyo. La muerte ocurrió a finales de julio, durante el recuento de internos del módulo 5.

Los agentes del Servicio Penitenciario de Mendoza advirtieron que Montuelle no respondía a los llamados desde el interior de su celda. Estaba sentado en la cama, en posición normal, pero inmóvil. Ante la falta de reacción, se solicitó la presencia de personal médico, que confirmó su fallecimiento.

La Fiscalía de Homicidios informó que en el lugar no se detectaron signos de violencia ni indicios de intervención de terceros, como tampoco evidencias de suicidio. Todo apunta a una muerte natural, aunque será el Cuerpo Médico Forense quien determine con precisión la causa del deceso una vez finalizada la necropsia.

La última vez que su nombre apareció en los medios fue en febrero de 2018, cuando la Tercera Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario de Mendoza ordenó al Estado provincial indemnizarlo con $350.000. Según la resolución, el preso había sufrido “daños físicos y agravio moral” durante su estadía en el penal de Boulogne Sur Mer.

Sin embargo, su nombre ya era conocido desde mucho antes. En 2004, Montuelle participó de uno de los episodios más estremecedores registrados en la historia reciente del sistema penitenciario mendocino: el asesinato y posterior descuartizamiento de Sergio Salinas, un preso de 24 años, corpulento, de más de 110 kilos y 1,90 metros de altura. La noche del 3 de diciembre, mientras Salinas se preparaba para lavar su ropa en una lavandería del penal, fue abordado por nueve compañeros de pabellón que habían ingerido alcohol y pastillas recetadas habitualmente a pacientes con Parkinson.

Las múltiples condenas acumuladas por Montuelle lo convirtieron en una figura “célebre” en el ambiente penitenciario mendocino. Su vida estuvo marcada por episodios de violencia extrema, tanto contra otros internos como contra sí mismo. El paso por distintas unidades penitenciarias, los aislamientos prolongados y los múltiples enfrentamientos dejaron una huella en su salud física y mental.