Escándalo en el juicio por el crimen de Lucas González: un abogado se fue durante el alegato de Gregorio Dalbón

Se trata de Martín Sarubbi, parte de la dupla defensora de los tres policías implicados directamente en el homicidio, quien interrumpió la exposición del representante de las víctimas y dejó la sala. El comentario socarrón y el pedido de sanción. “Estamos frente a la mafia”, advirtió Dalbón

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Gregorio Dalbón con el papá de Lucas González (Adrián Escándar/Archivo)
Gregorio Dalbón con el papá de Lucas González (Adrián Escándar/Archivo)

Después de cuatro horas de audiencia, la primera jornada de alegatos del juicio por el crimen de Lucas González (17) terminó de manera violenta e inesperada: el abogado Martín Sarubbi, defensor de los tres policías implicados directamente en el homicidio, interrumpió la exposición de Gregorio Dalbón, representante de las víctimas, y abandonó la sala.

El hecho, inédito, obligó a suspender el primer alegato, a un cuarto intermedio hasta el próximo martes, y a que Dalbón no pudiera alcanzar a pedir las penas para los 14 imputados en el homicidio del futbolista de Barracas Central y posterior encubrimiento, ocurridos el 17 de noviembre de 2021.

“Se escapó”, bramó el fiscal del juicio Guillermo Pérez de la Fuente, y reclamó a los jueces del Tribunal Oral y Criminal 25 porteño que lo sancionen.

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Cuando Dalbón estaba concluyendo su alegato, sobre el que ya había prometido dar una versión “turbo”, según sus propias palabras, para no demorar más la audiencia que había iniciado con la ampliación de la declaración indagatoria de dos policías acusados, Sarubbi se levantó intempestivamente y, desde la puerta de la sala de audiencias, se disculpó: “Deténganme con la Policía, pero me tengo que ir, me esperan mis hijas”. Dio un portazo y salió.

Martín Sarubbi, defensor de los tres policías implicados directamente en el homicidio de Lucas González junto a Fernando Soto
Martín Sarubbi, defensor de los tres policías implicados directamente en el homicidio de Lucas González junto a Fernando Soto

“Es una falta de respeto, insólito, tenga hijas o no, no puede dejar a su representado indefenso”, se quejó la única jueza mujer del Tribunal, Ana Dieta de Herrero, a la vez que Dalbón les pidió al resto de los defensores de los 14 policías que “no hagan la canallada” de irse ellos también. El comentario del representante de las víctimas provocó la reacción de algunos defensores que, simultáneamente, solicitaron a los magistrados una sanción para Dalbón.

Sarubbi es, junto a Fernando Soto, defensor de Gabriel Alejandro Issasi, Juan José Nieva y Fabián Andrés López, los tres policías de la Brigada 6 de la Policía de la Ciudad, que aquella mañana de noviembre asesinaron a Lucas González cuando junto a tres amigos salían de entrenar en una cancha que el club Barracas Central alquilaba en los márgenes de la villa 21.24 porteña.

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El abogado había advertido una hora antes que no podía quedarse más allá de las 15.45. “Con todo respeto, me tengo que ir”, interrumpió a Dalbón a las 15.30. Su colega le respondió que le quedaban “pocas hojas” y le recordó que ya había hecho el esfuerzo de acortar su alegato para no tener que exponerlo en la siguiente audiencia. A unos pocos metros veían la escena Héctor González, papá de Lucas, Ricardo Zuñiga, papá de Joaquín, uno de los sobrevivientes, y Horacio Pietragalla, secretario de Derecho Humanos, que fue a presenciar la audiencia.

Sin embargo, pasaron 15 minutos y Sarubbi se levantó de su silla y se fue. “Nunca vi una cosa así, alguien que se escape. Si ya el doctor tenía un llamado de atención, voy a pedir que se lo vuelva a sancionar. La escala de sanciones no sería menor al apercibimiento. La falta de respeto a ustedes, a sus colegas, a nosotros, la falta de defensa, merece un pedido de sanción”, expresó, visiblemente incómodo, el fiscal Pérez de la Fuente.

La imagen de los dos policías acusados por plantar el arma
La imagen de los dos policías acusados por plantar el arma

“Estamos frente a la mafia”

Hasta el escándalo, Dalbón había ocupado casi una hora con su alegato. “Estamos frente a la mafia. Es un juicio contra la mafia policial. Por primera vez en la historia de mi carrera me encontré con imputados que son mafiosos, que matan, que colocan un arma, que fueron capaces de perseguir, de elegirlos, los miraron por la ventanilla, tuvieron tiempo, los eligieron, los esperaron a 50 metros, cuando el auto tardó un poco, esta parte de la mafia, que fueron los que quitaron la vida a Lucas y quisieron matar a los otros tres, Lopez, Issasi y Nievas, esperaron que pase la Suran para cazarlos. Porque los eligieron, los vieron, vieron que eran fáciles, cuatro chicos que salían de la villa. Pero casualmente no, estaban saliendo de la cancha Cacho, y no eran cuatro morochitos de la villa ni nada por el estilo”, comenzó el abogado una exposición sentida en la que por momentos, hasta pareció quebrarse en llanto.

Dalbón no alcanzó a pedir las condenas, aunque es de suponer que contra los tres principales implicados pedirá la pena máxima, que en este caso sería a reclusión perpetua. Eso lo hará el próximo martes en una audiencia fijada para que arranque a las 11, por lo que comenzará una hora después fiel a la impuntualidad judicial.

Issasi, López y Nievas están acusados como coautores del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”. Además, enfrentan cargos por las “tentativa de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”, en el caso de los amigos de Lucas.

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Señores jueces los eligen por su color de piel, porque son fáciles, porque los van a matar, les van a meter cocaína, armas, van a decir que fueron cuatro abatidos, y casi lo fueron. Al otro día los diarios salieron con que se trató de un enfrentamiento y un abatido”, remarcó Dalbón, convencido de que “si hubiera sido un Audi en lugar de un Volkswagen y si hubiesen tenido ojos claros no les habría pasado nada”.

¿Qué cosa peor que matar a un hijo? Hacer que un hijo parezca un delincuente. Eso hicieron estas carmelitas descalzas, que ahora vienen a pedir la escupidera. Quisieron hacer que pareciera un delincuente. ‘El acompañante esgrime un arma’, dicen las modulaciones. Es parte de una mafia dispuesta a matarlos a los cuatro. A eso fueron. A matarlos”, dijo Dalbón en uno de los varios momentos en los que Héctor González y Ricardo Zuñiga no pudieron contener el llanto.

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La referencia a la “escupidera” tuvo que ver con que antes de su alegato pidió ampliar su declaración indagatoria el subcomisario Roberto Inca, el segundo de la División Brigadas, a quien la semana pasada el inspector Héctor Cuevas señaló como quien le dio la orden a Issasi de plantar el arma falsa en el auto de las víctimas para simular un enfrentamiento. También lo hizo el comisario Rodolfo Ozán, expuesto en una escucha donde habla con otro policía de que a los chicos “les volaron el frasco”, que los policías se “mandaron un mocazo”, y pide “emprolijar este quilombo”.

Los policías no aportaron detalles sustanciales para cambiar el rumbo del “ataque” que les propició Cuevas la semana pasada. Ozán dijo que para él lo que hicieron los policías de la Brigada “fue un mocazo”, tal como lo relató en el audio que se filtró horas después del crimen, esencialmente porque hubo disparos contra el auto de los chicos “por la espalda”. E Inca, con ciertas dificultades para hilvanar los hechos, aseguró que él no le dio ninguna orden a Issasi para plantar el arma.

Lucas González fue asesinado en noviembre de 2017 en Barracas
 / Franco Fafasuli
Lucas González fue asesinado en noviembre de 2017 en Barracas / Franco Fafasuli

Dalbón continuó, con un tiro por elevación contra Ozán e Inca: “¿Hoy vinieron a tratar de justificar? El audio prueba encubrimiento y los videos prueban el asesinato. Está filmado el asesinato y grabado el encubrimiento. Entre ellos se grababan, típico de la mafia, nadie confía en nadie. Además de mandarse barbaridades. Me quedo con el audio de Cuevas. Es el único que vi realmente compungido”.

Antes de que se complicara con Sarubbi (un abogado que además defendió a integrantes de Revolución Federal, el grupo sospechado en la trama del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner), Dalbón había sido irónico con las defensas de los imputados.

“Hay gente que defiende policías asesinos que tiran de atrás”, comentó. Es que no sólo hubo disparos de atrás en el crimen de Lucas. Fernando Soto, socio de Sarubbi, fue quien defendió al policía Luis Chocobar, condenado por matar por la espalda a un joven que minutos antes había robado y acuchillado a un turista en el barrio de La Boca.

Luego, Dalbón explicó por qué él considera que el crimen de Lucas no es un caso de “gatillo fácil”: “Los gatillos no son fáciles, hay que apretarlos. Se puso ese nombre por un policía que en vez de darle la posibilidad de tener un proceso a un delincuente le tiró. Pero en este caso no había delincuentes. Acá no hay gatillo fácil, hubo un fusilamiento, lo fusilaron a Lucas, le tiraron a dos metros. A la cabeza, a zonas vitales. Le tiraron de frente, de adelante hacia atrás, oblicuo y de atrás hacia adelante”, describió. Fue otro momento en el que el papá de la víctima no pudo contener el llanto.

El auto que manejaban los policías de la Ciudad que balearon a Lucas González en Barracas
El auto que manejaban los policías de la Ciudad que balearon a Lucas González en Barracas

Luego, el abogado apuntó contra el comisario Ozán: “Vino a decir que el disparo de atrás estuvo mal. ¿Y lo de adelante estuvo bien? Sin identificarse, sin poner la sirena. La baliza y la sirena funcionaban. ¿Por qué no las usaron? Porque eran delincuentes mafiosos. No estaban para trabajar de policías, estaban para hacer otra cosa”.

Según la hipótesis de Dalbón, los tres integrantes de la Brigada acusados atacaron el auto en el que viajaba Lucas sin orden judicial “porque no era una brigada”. Y preguntó ante el Tribunal: “¿Quiénes eran estos tres que 13 tipos se jugaron la vida para encubrir ese hecho? ¿Quién es Issasi? ¿Quién es Nievas? ¿Quién es López? ¿Quién es tan importante? ¿Repartían la plata? ¿Les daban de comer? ¿Qué pasó?”.

El juicio continuará el próximo martes. Dalbón deberá terminar su alegato, que incluirá el pedido de penas para los 14 imputados. Y luego será, probablemente, el turno del alegato del fiscal Pérez de la Fuente. En casos como estos, normalmente los pedidos de pena del Ministerio Público suelen ser la guía para imaginar qué tipo de decisión podría tomar el Tribunal. El veredicto se espera para finales de julio.

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