
En las escuchas que intervinieron los agentes de Prefectura se lo escuchaba tenso. M.C., el prófugo acusado de ser uno de los líderes de la banda narco que intentó traficar 5 toneladas de marihuana desde Misiones al Conurbano bonaerense, debía una suma de dinero millonaria. Los investigadores creen que el sospechoso acarreaba deudas por fallidas operaciones previas, en las que también las fuerzas federales habían secuestrado la marihuana que ingresaba al por mayor desde Paraguay. “20 millones de pesos debía”, dice a Infobae un investigador.
Ahora, el resto de los miembros de la banda están detenidos. Mientras, M.C. es intensamente buscado por los investigadores.
Los seis capturados se sentaron este jueves al mediodía frente al juez federal Jorge Rodríguez, titular del Juzgado Federal N° 2 de Morón, y a su secretario Ignacio Calvi. Se negaron a declarar. Entre los detenidos, están los otros dos presuntos líderes de la banda: Abraham Benítez y Ezequiel Uranga. Ellos, junto al prófugo, están señalados de organizar el ingreso de la marihuana desde el Paraguay. Una de las principales hipótesis de los detectives es que esas cinco toneladas se las compraron a la banda criminal brasileña Comando Vermelho (CV) que opera en ese país, principalmente en las ciudades fronterizas con Brasil, como Pedro Juan Caballero, donde la tasa de homicidios supera al resto de las ciudades paraguayas y los crímenes narcos se apilan.
Los indicios de los investigadores para sospechar que la marihuana le fue comprada al grupo CV son los stickers que aparecieron en los bloques precintados que secuestraron: un gorila rojo, otro negro y un unicornio azul.

M.C., según creen los investigadores del caso, tenía que concretar la operación rápido y bien. El hombre había acumulado una serie de deudas con personas vinculadas al mismo negocio, a las que tenía que pagarles o su vida corría peligro. Por eso, aceleró los tiempos.
De acuerdo a la información que recabaron los agentes de la División de Inteligencia y Narcotráfico de la PNA, él mismo viajó en varias oportunidades a Misiones para asegurarse de que todo estuviera listo. Confirmó al chófer, Leonardo Benítez, al que le pagó cinco millones de pesos por el viaje, y a las personas que seguirían el camión para cuidar la mercadería que iba a trasladar: Pablo Mariano Mamamani, de 36 años; Alberto Otazu Báez (40, Pedro Javier Gamarra Martínez (40) y Jonathan Gamarra Paredes (19), los últimos tres de nacionalidad paraguaya.
En los cálculos de los investigadores, las cinco toneladas de marihuana en la calle, tienen un costo mayor a 720 millones de pesos. Con esa ganancia, M.C. saldaba las deudas y volvía a posicionarse. Pero todo le salió al revés.

La investigación que comenzó hace un año y medio, tras una denuncia anónima, indicaba las maniobras que la banda realizaba: cruzaban la marihuana en barcazas desde de Paraguay, la escondían en camiones y luego la llevaban a la zona Oeste del Gran Buenos Aires, para finalmente distribuirla en distintos puntos del Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires. El informante estaba en lo cierto.
Esta última entrega fue así. La ingresaron desde Paraguay, luego en la ciudad de Apóstoles cargaron el camión y el plan era descargarla en la localidad bonaerense de Moreno. Desde ahí iban a distribuirla para comenzar a venderla a minoristas.
La misma lógica no escapa a otro secuestro similar que se hizo en el último tiempo. El 7 de junio ocurrió lo mismo. Una llamada anónima dio inicio a una investigación que terminó con la detención de Oscar Servián Riquelme, oriundo de Paraguay.
En la investigación descubrieron un campo ubicado en San Andrés Giles donde hallaron cinco toneladas de marihuana con la imagen del gorila rojo. En septiembre de 2021, otro buchón e informante delató al brasileño Carlos Biazuz, prófugo en su país, convertido en transportista de la Triple Frontera. El soplón aseguraba que Carlos vendría desde Misiones en su camión Scania con una megacarga de hierba. Así, la Policía de la Ciudad lo detuvo en la ruta 14 en Entre Ríos con 2.070 kilos marcados con el simio, y lo arrestó.

M.C. vivía en una casilla en la villa Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas, que fue allanada este martes al mismo tiempo que arrestaban al chófer Benítez en Apóstoles con los 189 ladrillos de marihuana y 17 bolsas con cogollos, escondidos en fardos de alfalfa en el camión.
Para ese momento, M.C. ya había escapado. Sus socios, en cambio, cayeron: Uranga, con 180 mil pesos y un arma calibre .22 fue hallado en la localidad bonaerense de Ituzaingó; y Abraham Benítez, en Misiones, cerca del camión.
Ahora, los detectives de la Prefectura están tras su rastro. “Lo mejor que le puede pasar es que lo encontremos nosotros, porque si lo encuentra antes la gente a la que debe dinero, ya tiene escrito el final”, dijo a este medio un investigador.
Así, M.C. apostó su última ficha a sacarse el problema de encima, pero no contaba con que los investigadores ya lo tenían en el radar y simplemente estaban esperando que actuara para ir por él.
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