René, el hijo del referente social asesinado el último domingo en La Matanza, relató de manera estremecedora lo ocurrido aquellos minutos en los que dos jóvenes ejecutaron a su padre en la puerta de su casa. René Mendoza Parra tenía 78 años y recibió 14 disparos. “Lo vi morir, vomitar sangre”, contó entre lágrimas el hombre.
Según cuenta, Mendoza Parra tenía pautada una reunión con el Consulado y la Embajada de Bolivia el viernes junto a otras personas del Barrio San Cayetano, donde era referente vecinal. Tras cancelarse, la reunión se pasó para el domingo.
“La suspendieron para el domingo. Ese día lo llaman y le dicen que no podrá ser tampoco. Cuando se pudo hacer, no pude estar. No sé de qué se trató la reunión. La cosa es que después fui a la casa de él y estábamos tomando mates con toda la familia, con todos los nietos hablando. Lo vi medio cansado y le dije que por qué no se acostaba. Entonces entró a mi casa y en ese momento le dije a mi mamá que yo me iba para volver al otro día”, relató Relé sobre los instantes previos al ataque.
“En ese momento golpean la puerta y abro. Había dos pibes y me dicen: ‘Hola, ¿está don René?’. Les pregunté para qué lo querían. ‘Queremos darle una mano con la reunión. Hoy tuvo una reunión y queríamos darle una mano, si necesita algo para poder ayudar’, respondieron”, continuó René en diálogo con el programa Y Ahora Quién Podrá Ayudarnos (Radio Con Vos).
“Como mi papá estaba con el tema del arreglo de las veredas -siguió el hombre en su relato-, pensé que tenía relación con eso. Entonces le avisé a mi papá que estos pibes lo buscaban. Mi papá agarra, se levanta y va. Yo me fui a sacar a mi hija de su cuarto, cuando mi papá sale de la casa y cierra la puerta y se escuchan los tiros: ¡pa! ¡pa! ¡pa! ¡pa! ¡pa!”.
René cuenta que reaccionó de inmediato. “Yo salí corriendo y abrí la puerta. Cuando salgo a la vereda, veo a los dos pibes que me apuntan y empiezan a disparar. Yo agarré, me agaché y me tiré atrás del coche y seguían tirando sin parar”, recordó.
“Salieron corriendo para el fondo y tirando sin parar. No sé cuántos tiros tiene una pistola ni cuántas pistolas tenían”, enfatizó.
Después de que me tiró al piso, René se tocó el cuerpo y notó que no tenía ningún impacto de bala. Entonces atinó por ir con su padre. “A mi papá lo vi morir ahí, le dije: ‘¡No papá!’. Lo metí y lo veía morir, vomitar sangre”, dijo llorando. “Es una cosa que hay que vivir para sentirlo”, señaló entre lágrimas al no poder expresar con palabras lo sucedido.
René también hizo hincapié en la demora de la policía para llegar al lugar. “No sabíamos qué hacer, llamamos a la policía, a la ambulancia, a todos lados. A los diez minutos me llama la policía y me dice que están a cuatro cuadras de mi casa porque no podían llegar. Cuando llegaron eran siete patrulleros, tengo todo grabado”, contó.
Luego llegó la policía científica. “Cuando descubrieron el cuerpo de mi papá, tenía cinco tiros en un brazo, cuatro en el otro, tenía el pecho todo agujereado, le habían dado uno en la boca que le salió por la cabeza, otro en el cuello. Mi papá tenía 14 tiros”, sostuvo el hombre con la voz quebrada y agregó: “Ahí me di cuenta que mi papá dio su vida para que no me pase nada a mí, abrió los brazos para que no me pegue ninguna bala a mi”.
Sobre los jóvenes que atacaron a su padre, René recordó: “Eran dos pibes, no tengo idea de la edad. Tendrían entre 15 y 18 años, eran pibes”.
René también conectó la reunión que tuvo su padre con lo sucedido. “Según me dijeron, en la reunión pidió que volvieran los patrulleros. Años atrás él había pedido Gendarmería y le hicieron pintadas en las paredes: ‘Boliviano hijo de puta, te vamos a matar’”, detalló.
El hijo del referente social asesinado en La Matanza comentó que el barrio en el que vivía su padre “es una zona donde se vende droga hace bastante, pero mi papá pedía seguridad porque somos gente que trabaja”. “No sé si la policía está comprometida con los que venden drogas. No lo sé, no vivo ahí. Yo iba a visitar a mi papá. Queremos justicia por mi papá”, insistió.
Sobre el crimen de su padre, insistió sobre la inseguridad: “Espero que esto haga que la lucha que tuvo mi viejo no quede en la nada. No podemos vivir con la incertidumbre de no saber si es nuestro último día de vida. Merecemos vivir bien”.
René recordó que su padre era el presidente del barrio San Cayetano y que fue uno de los primeros vecinos que fue a vivir al barrio. También el que “luchó junto a la primera junta vecinal para hacer calles”. “Él decía que el lugar no podía ser una villa, que tenía que ser un barrio”, contó. “Siempre se preocupó para que la gente esté mejor, viva bien y segura”, insistió.
Sobre el rol social de Mendoza Parra, René detalló: “Mi papá quería seguridad para la gente. Él me decía que no podemos vivir así. ‘¿Vamos a esperar que te maten a vos?’, me decía. ‘A las cosas hay que prevenirlas, no hay que agarrar y después lamentar’. Era así, siempre luchaba por la seguridad de los vecinos”.
Sobre su relación con la Policía, el hijo del referente social comentó: “Comisario nuevo que había, comisario con el que mi papá se sentaba con la junta vecinal. Lo hacía para que la comunidad vea, pero últimamente ya no había de esas reuniones porque la gente tiene miedo. Las calles en el barrio son un desierto. Nosotros lo que queremos es seguridad, por lo que luchó mi papá todo el tiempo”.
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