Perpetua para un hombre que mató a su beba de cinco meses delante de sus hijos

Pablo Ariel Cortés la asesinó porque no paraba de llorar. Fueron clave los testimonios de sus nenes de 5 y 6 años

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Mató a su beba. Pero cuando escuchó la sentencia de un Tribunal de San Martín, que lo condenaba a perpetua, el hombre se mantuvo inmutable. Pablo Ariél Cortés (39) condenado este jueves a la pena máxima, por haber golpeado y asfixiado a su hija de cinco meses hasta matarla, un hecho por el que fue descubierto gracias al testimonio de los dos hermanitos de la víctima, de 5 y 6 años, que declararon en contra del asesino.

Cortés (39) fue hallado responsable del "homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía" de su hija, Constanza Cortés Palazzo. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de San Martín, integrado por Julián Descalzo, Germán Saint Jean y Gustavo Varvello, hizo lugar al pedido de la fiscal Ana Armetta y del abogado del particular damnificado, Marcelo Biondi, quienes en sus alegatos habían solicitado perpetua.

Sin embargo, los jueces descartaron que se haya tratado de un "femicido vinculado", es decir, que Cortés haya matado a su hija para causarle sufrimiento a su ex pareja y madre de la niña, Romina Palazzo (39), quien desde el crimen sostuvo ese móvil. "Para nosotros y la fiscal estaba probado el femicidio vinculado, pero hay que esperar los fundamentos. Lo importante es que se pudo llegar a una condena", explicó Biondi.

El abogado recordó que tras el crimen de la beba, "Cortés estaba en libertad y hasta pedía ser particular damnificado en la causa" porque uno de los médicos que intervino apenas ocurrió el hecho decía que Constanza había tenido un paro respiratorio no traumático. Pero después declararon los médicos y, especialmente, el nene de cinco años y un vecino que había escuchado llantos de la beba y el asesino fue detenido.

Durante el juicio, se dio por acreditado que todo comenzó la noche del 28 de marzo de 2015, cuando Palazzo, que estaba separada de Cortés porque la golpeaba, le permitió quedarse al asesino en su casa de Lincoln al 4.000, departamento 1, de San Martín, porque a él lo habían echado de la suya y ella debía irse a trabajar.

De acuerdo con lo que se pudo reconstruir, alrededor de las 3 de la madrugada del día siguiente la beba comenzó a llorar sin parar y entre las 4 y las 6 Cortés la golpeó hasta provocarle la muerte.

La autopsia determinó que la beba sufrió fractura de clavícula y húmero izquierdos, y lesiones contusas intra abdominales, lo que le provocó una severa hemorragia. Además, fue fue sofocada mediante presión en su boca y nariz, lo que le generó un shock hipovolémico, asfixia y finalmente la muerte.

Cortés no fue inmediatamente detenido, sino que esto ocurrió tres meses después, cuando se aceptó la declaración en Cámara Gesell de los hijos de 5 y 6 años de Palazzo. Uno de los nenes contó que la pareja de su madre "pellizcó" a la beba, la tiró al piso y contra la pared porque lloraba y que después le tapó la boca mientras tomaba cerveza. Su hermanita relató que Cortés era muy violento y los trataba mal, pero que nunca habían contado nada porque los tenía amenazados de muerte.

Palazzo, en tanto, dijo que la madrugada en que encontró muerta a su hija luego de volver del trabajo, estaba "fría" y con los labios morados, por lo que ya llevaba muerta algunas horas. Contó que Cortés estaba visiblemente borracho y se encontraba sentado frente a la computadora de la casa.

Un vecino que declaró en el juicio recordó que alrededor de las 3 de esa madrugada escuchó llorar mucho a la beba, pero después todo quedó en silencio e ingresaron a la casa al menos tres personas a las que Cortés habría llamado para que lo ayudaran y se quedaron unos 40 minutos en la vivienda.

Ese hombre llevó a Romina y su beba al hospital, mientras que su esposa se quedó cuidando a los otros niños y después debieron mudarse del lugar, ya que la situación que atravesaron les generó graves problemas psicológicos, especialmente a la mujer.

La defensa había pedido la absolución de Cortés al sostener que cuando éste se fue de la casa de Romina, alrededor de las 6 de la mañana, la beba estaba viva e intentó descargar la culpa en la madre de la niña, pero esa versión fue totalmente descartada. "Ella está muy mal porque el juicio le trajo todo el recuerdo de lo que pasó y a pesar de la condena, siempre me dice 'el ya ganó porque me mató la beba'", concluyó Biondi.