Los Reyes llegan a zonas rurales: el grupo de amigos mendocinos que hace campañas solidarias todo el año

En diciembre le regalaron televisores a las familias que no tenían dónde ver la final de la Copa del Mundo, y ahora en épocas festivas concentran su energía en sorprender a los niños que viven lejos de la ciudad. Vanina Lucero, de Acciones Solidarias Mza, le cuenta a Infobae cómo surgió la iniciativa ciudadana que se convirtió en una tarea titánica

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El año pasado los Reyes Magos pasaron por algunas zonas rurales de la provincia de Mendoza (Foto: Facebook Acciones Solidarias Mza)
El año pasado los Reyes Magos pasaron por algunas zonas rurales de la provincia de Mendoza (Foto: Facebook Acciones Solidarias Mza)

Vanina Lucero y Marcelo Saavedra son padres de dos hijos adolescentes, y por sobre todas las cosas, son una familia mendocina que apuesta a la solidaridad, poniéndole el cuerpo y el corazón a un sinfín de situaciones. Hace tres años conformaron una pequeña organización llamada Acciones Solidarias Mza junto a un grupo de amigos, con la intención de ayudar a escuelas rurales donde hacían falta útiles, pero con el tiempo se dieron cuenta de que también había que conseguir ropa de abrigo para que los chicos fueran a estudiar en medio de las crudas heladas. Más adelante, festividades como Navidad y la llegada de los Reyes Magos, se convirtieron en momentos donde resultaba indispensable sorprender a los niños que ya habían perdido la esperanza de que alguien pase por sus hogares.

Desde General Alvear, Vanina cuenta cómo dieron los primeros pasos hacia la misión de asistir a las zonas más alejadas del centro, donde las calles son de tierra y a veces solo se puede ingresar a pie. “Empezamos con mucho vértigo las campañas, con temor a no lograrlo, pero gracias a que trabajo en una radio siempre estuve en contacto con directores de escuelas rurales, que me iban contando que necesitaban camperas para los alumnos; y en el sur de Mendoza los inviernos son muy crudos, así que arrancamos juntando 18 camperas de abrigo, que para nosotros era un montón”, confiesa.

"Optamos por golosinas en vez de juguetes porque nunca sabés con cuántos chicos te vas a encontrar, y no queremos que nadie se quede sin regalito", explica Vanina Lucero
"Optamos por golosinas en vez de juguetes porque nunca sabés con cuántos chicos te vas a encontrar, y no queremos que nadie se quede sin regalito", explica Vanina Lucero

La primera vez pudieron acercarse a ocho escuelas, y ahora el número ya asciende a 22. A pulmón, asumieron el compromiso social, y gracias a la ayuda de amigos, conocidos y vecinos, las ideas se fueron multiplicando. En total son nueve personas las que se mantienen activas todo el año, y que a modo de voluntariado aprovechan su tiempo libre para colaborar, mientras en paralelo se ocupan de sus trabajos de todos los días. “Mi esposo es docente e informático; dos amigas más atienden comercios; tenemos otra docente más, dos chicas jovencitas que nos ayudan; un señor que se dedica a la limpieza en las escuelas; y después tenemos muchos amigos, que siempre de alguna forma u otra están presentes”, detalla.

“En febrero nos preparamos para el inicio de clases con la campaña de útiles escolares, bajo el lema ‘cartuchera solidaria’, para reunir cartucheras de plástico, biromes, tijeras, reglas, lápices de colores, lo esencial”, revela, y algunas veces también pudieron sumar al kit cuadernos, hojas, mochilas con poco uso, y guardapolvos. “Cuando comienza el frío hacemos la ‘campaña del abrigo’, juntando mantas, ropa, calzado y medias, porque acá tenemos temperaturas bastante más bajas que en el resto de la provincia, y los chicos quizás van con una manga larga finita a la escuela porque no tienen otra cosa”, asegura.

En enero de 2022 los Reyes Magos con los barbijos puestos en una de las entregas para las que se preparan todo el año
En enero de 2022 los Reyes Magos con los barbijos puestos en una de las entregas para las que se preparan todo el año

“Después llega el Día del Niño, y ahí sí recolectamos juguetes en buen estado para después llevárselo a los niños, y elegimos especialmente las escuelas que están en zonas de campo porque hay chicos que comienzan la escuela en abril, cuando termina la temporada de cosecha de algunos frutos locales”, revela. En este sentido, explica que muchos hijos ayudan a sus padres en las actividades agrícolas porque el resto del año ya no se puede cultivar por el invierno, y quizá esos meses de trabajo representan el único ingreso económico de la familia.

Cuando el calendario avanza hasta las vísperas festivas, la labor continúa, y particularmente en estas fechas se preparan para llegada de los Reyes Magos. “En el centro de la ciudad los Reyes suben a una camioneta y les van tirando caramelos a los chicos, que van cayendo al piso, y sino también en algunas plazas, pero como a donde vamos nosotros las calles son de tierra, les armamos unas bolsitas, como si fueran las sorpresitas de un cumpleaños, y se las entregamos casa por casa”, relata Vanina sobre la actividad que este año tendrá lugar el sábado 7 de enero a partir de las 19, porque se espera una ola de calor de 40 grados en Mendoza.

Los Reyes van con sus trajes a darles ese paquete de golosinas, así que por lo menos tiene que haber bajado el sol para ir a las zonas más descampadas, porque en pleno campo tampoco hay mucha sombra”, comenta, ilusionada con que el efecto sorpresa sea el mismo que años anteriores. “Hay mucha gente que no puede traer a los chicos porque viven muy lejos del centro, y por eso nos acercarnos a todos esos lugares donde no hay ni siquiera plazas, donde los Reyes antes no pasaban”, dice conmovida por otra anécdota que viene a su mente.

Vanina y su marido Marcelo forman parte de la organización, junto a sus amigos: Gladys García, Gabriela Ledesma, Mili Bustamante, Mili Chesse, Renata Paglione, Marcelo Kriskyv, Andrea Paña
Vanina y su marido Marcelo forman parte de la organización, junto a sus amigos: Gladys García, Gabriela Ledesma, Mili Bustamante, Mili Chesse, Renata Paglione, Marcelo Kriskyv, Andrea Paña

“Una vez una mamá me dijo que su hija se había quedado dormida llorando la noche anterior porque los Reyes ya habían pasado por el centro y sabía que no iban a venir a su casa; y cuando nos vio la alegría que tenía era inmensa, con esa inocencia y esa ilusión tan linda. No tiene precio poder devolverles eso, y a su vez los pone contentos que sabemos que existen”, sentencia. Esa gratitud tan genuina se convierte en el aliento que los impulsa a tratar de llegar unos kilómetros más allá cada vez que se suben al auto a llevar las donaciones, a donde muchos ya perdieron la fe de que alguna vez pasen a dejarles un regalo.

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“Una vez le entregué a un nene un auto de juguete que era como los de la película Transformers, en pleno 2020 que estábamos en pandemia, y fuimos con barbijo, alcohol en gel, y no podíamos abrazar a los chicos”, rememora sobre un momento que la descolocó hasta las lágrimas. “El nene estaba tan feliz que quería abrazarnos, iba y venía, y nos decía: ‘¡Esto es lo mejor que me pasó en la vida! ¡Gracias! ¡Muchas gracias!’”, recuerda, y cuenta que luego se enteró de que la mamá de ese niño había fallecido hacía un mes y se estaba quedando con su hermana desde la inesperada partida de su madre. “Te quedás pasmado, como que no podés creer todas las situaciones que puede haber detrás de una sonrisa, todo ese cariño con el que te reciben”, reflexiona.

Junto a su marido conforman una dupla que se complementa a la hora de afrontar toda la organización y el tiempo que conllevan las campañas. Tiempo atrás no solo recopilaron ropa casa por casa, sino que también la clasificaron, definiendo cuántas prendas de niña y niño habían conseguido y también por talle. “Fue un trabajo inmenso, una cosa de locos, y mi casa era como un depósito de un local, otras veces es un almacén, después se convierte en librería para la época de clases, en un kiosco para las fiestas, y así sucesivamente”, plantea Vanina con humor.

"La alegría de los chicos cuando les damos las golosinas es hermosa, y la ilusión de ver llegar a los Reyes también. Es un gesto que puede valer mucho", remarca Vanina sobre la importancia de los detalles de generosidad en la infancia
"La alegría de los chicos cuando les damos las golosinas es hermosa, y la ilusión de ver llegar a los Reyes también. Es un gesto que puede valer mucho", remarca Vanina sobre la importancia de los detalles de generosidad en la infancia

Tampoco somos muchos, porque cuidamos que no entre gente que tenga otros intereses, y de esta forma trabajamos con confianza en el grupo, apostando a que vamos a ir a creciendo poco a poco”, proyecta. Coincide, además, en que la solidaridad se subestima, porque así como hay maravillosos instantes donde revalidan la fe en que a lo largo y a lo ancho de nuestro país hay personas dispuestas a ayudar, también hay momentos donde la impotencia es inmensa. “Nos enfocamos en seguir adelante, porque muchas veces se pierde el sentido de mirar para el costado, saber qué le pasa al otro, qué necesita el otro”, señala sobre la falta de empatía.

“Espero que alguien se ponga una mano en el corazón, aquellas personas que tengan esa capacidad de movilizarse, y nos empiecen a ayudar, porque la verdad que sería fantástico tener más colaboración, ya que todo esto es trabajito de hormiga”, anhela, e invita a un llamado a la acción: “Ojalá más gente sepa lo que hacemos, y pueda donar mucho más, porque nosotros vamos a un comercio y capaz nos dan dos bolsitas de caramelos; no es que nos entregan una caja gigante de golosinas, y entonces hay que ir recolectando con tiempo”.

La campaña del televisor en pleno Mundial

A medida que la alegría nacional iba invadiendo todos los hogares de la Argentina en pleno Mundial, Vanina y Marcelo buscaban la forma de que nadie se perdiera la posibilidad de disfrutar de ese sentimiento. Cuando la Selección pasó a la final contra Francia, no tuvieron dudas de que debían hacer algo más. Y así surgió lo que denominaron “la campaña del televisor”, concretada en tiempo récord y con mucha fuerza de voluntad.

Cuando faltaban muy pocos días para la final contra Francia, se propusieron llevar televisores a los hogares que no tenían dónde ver el partido (Foto: Instagram @accionessolidariasmza)
Cuando faltaban muy pocos días para la final contra Francia, se propusieron llevar televisores a los hogares que no tenían dónde ver el partido (Foto: Instagram @accionessolidariasmza)

En retrospectiva, lo comparan con la canción que se volvió un himno, “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, y el objetivo era que todos los vecinos pudieran ver a Messi levantar la Copa dorada desde sus casas. “Si alguien se pregunta si hay gente que no tiene una tele en estos tiempo en los que vivimos, la respuesta es que sí, hay muchas familias que no tenían dónde ver los partidos”, remarca. Comprar una TV moderna pantalla plana para cada hogar de varias zonas rurales era imposible, y menos faltando tan poco para el encuentro deportivo, pero con creatividad, recurrieron a la tecnología en desuso.

“¿Cuánta gente por ahí cambió la tele y guardó ese televisor más viejo, el grandote, que funcionaba perfecto, pero lo archivaron?”, se preguntaron, y tal como imaginaban, muchos tenían alguno almacenado. “En dos días recolectamos 26 televisores, y enseguida empezamos con la entrega, que fue puntualmente casa por casa, totalmente alejadas del centro urbano”, narra sobre aquella maratón que emprendieron.

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“Uno se queja que no llega a fin de mes, que aquello aumentó, que tal cosa ya no se puede comprar, pero después de conocer tantas historias, te das cuenta de que en realidad tenemos tantas cosas, porque ves cómo viven, todo lo que les cuesta llegar a tener cada cosita, y entendés que tenés de sobra”, remarca. Y agrega: “Hay lugares donde sinceramente carecen de todo, y nos hemos encontrado con situaciones totalmente inesperadas”.

Gracias a las donaciones de los vecinos de General Alvear, provincia de Mendoza, pudieron entregar 26 televisores
Gracias a las donaciones de los vecinos de General Alvear, provincia de Mendoza, pudieron entregar 26 televisores

“Esa semana fuimos a la casa de dos hermanas, dos señoras grandes, y una de ellas estaba postrada en la cama, sin posibilidad de levantarse, y no tenían tele, así que se pasó la vida sin mirar nada más que su alrededor”, se lamenta. El agradecimiento de ambas fue inmenso, y cuando les contaron que el televisor ya estaba calibrado para transmitir el canal 10, señal de aire mendocina, y que iban a poder ver la final del mundo, la felicidad las desbordó.

“También estuvimos muchas horas tratando de ubicar a una mamá sola con sus tres niños, que la llamamos y no atendía nadie, la volvimos a llamar, y nada, hasta que cuando ya nos estábamos volviendo nos llamó y nos dijo más o menos dónde estaba su casa, porque no la podíamos encontrar”, rememora sobre otra de las entregas. Cuando finalmente la conocieron, les explicó que a su casa solo se podía acceder después de cruzar un puente caminando y otros 200 metros, así que Marcelo cargó al hombro el televisor de tubo hasta llegar al lugar.

“Los tres nenes estaban súper felices, súper cariñosos, contentos, y justo el día que llevamos la tele, era el cumpleaños de la nena más grande de 9 años, así que fue un momento hermoso; después el director de la escuela rural nos contó que la mamá de los chicos había sufrido violencia de género”, revela. Traza un paralelismo con la película Cadena de favores, donde cada acción cobra un rol clave en un entramado mágico de resultados. “Hay cada problema atrás, porque no solamente es la pobreza, es mucho más que eso; a veces salimos recontra felices, otras nos dejan mucha reflexión, otras salimos tristes y es parte de este camino”, resume.

En carreta o al hombro, como fuese, hicieron llegar los televisores a las familias que viven en zonas muy alejadas de los centros urbanos, que además guardarán el recuerdo imborrable de Messi alzando la Copa dorada (Instagram @accionessolidariasmza)
En carreta o al hombro, como fuese, hicieron llegar los televisores a las familias que viven en zonas muy alejadas de los centros urbanos, que además guardarán el recuerdo imborrable de Messi alzando la Copa dorada (Instagram @accionessolidariasmza)

Otra señora casi no podía caminar cuando llegamos, y le pregunté qué le había pasado. Me dijo que había ido al colegio de su hija para el acto de graduación, y la escuela quedaba en el centro, lejísimos. Había ido en bicicleta, pero a la vuelta le dijo a su hija que volviera en bici, y ella volvió caminando; así que no sé cuánto habrá caminado, pero por lo menos 15 kilómetros a pleno sol hasta llegar a su casa”, cuenta con el mismo asombro e impotencia que sintió aquella vez. Y admite: “A veces uno reniega porque el auto se rompió, ¡pero lo tenemos! No hay que dar por sentado tener un medio de transporte para llegar a un lugar”.

El compromiso de su lema, “organizados para ayudar a los que más necesitan”, se mantiene intacto, y siguen recibiendo donaciones de todo aquel que quiera hacerles llegar golosinas para los más chicos, juguetes, útiles, ropa de abrigo, y mucho más. “A veces me traen cosas a la radio donde yo trabajo, o se las llevan a mis amigas comerciantes, y otras veces las vamos a buscar”, cuenta sobre las diferentes maneras en que van recopilando lo esencial para cada momento del año. En su programa, La noche con Vanina, que se emite de lunes a viernes de 19:30 a 21:30 por Radio 1 Alvear, también va contando sobre las iniciativas para informar a los vecinos sobre cada campaña. A través de sus redes sociales -en Instagram @accionessolidariasmza y en Facebook “Acciones Solidarias Mza”- también le contestan a quienes se encuentren en otras provincias de nuestro país y deseen colaborar a pesar de la distancia.

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