Una médica de 82 años que cultiva cannabis para sus nietos fue la primera compradora de semillas legales de la historia

Ocurrió en la Expo Cannabis, donde el Gobierno inauguró la legalidad del comercio de semillas y plantines certificados para usuarios con Reprocann. Una sexóloga y un cultivador de la vieja escuela, los primeros en llevarse el producto

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Federico Eichhorn, Carmen Segonds y Facundo Meligente, en el momento exacto de la primera compra-venta de semillas de cannabis en Argentina (Gentileza Fotografía/INASE)
Federico Eichhorn, Carmen Segonds y Facundo Meligente, en el momento exacto de la primera compra-venta de semillas de cannabis en Argentina (Gentileza Fotografía/INASE)

Carmen Segonds, una ginecóloga y sexóloga de 82 años que cultiva plantas de marihuana para ella y para sus nietos, entrará en los libros de historia cannábica. Quizás en algún futuro no muy lejano se hable de Antes de Carmen y Después de Carmen: es que esta médica de Cipolletti, Río Negro, fue la primera persona en comprar oficialmente semillas de cannabis legalizadas y autorizadas por el Gobierno, un momento esperado durante muchos años por usuarios y cultivadores en Argentina.

Ocurrió apenas pasadas las 13 de ayer viernes, minutos después de que se abrieran las puertas de La Rural para la primera jornada de la Expo Cannabis. A pasos cortos, del brazo de su hija, Carmen -que desde que usa cannabis abandonó el bastón- se acercó al stand de Sweed Lab, uno de los bancos de semillas que obtuvo la autorización del Instituto Nacional de Semillas (INASE) para producir a gran escala y vender legalmente simientes de una genética nacional, la Tropicana WFC.

“Hola, quiero un paquetito de semillas”, pide con una sonrisa que exponía la conciencia de la importancia del acontemiento. Del otro lado del mostrador estaba el creador de la Tropicana, Facundo Meligene, uno de los fundadores de Sweed Lab, quien le entregó el primer blister con cuatro semillas fuera de la clandestinidad, con código QR y descripción específica, certificado por el INASE. Un acontecimiento impensado hace apenas unos años.

"Me siento sensacionalmente bien", dijo Carmen Segonds en la Expo Cannabis, luego de comprar sus semillas (Gentileza Fotografía/INASE)
"Me siento sensacionalmente bien", dijo Carmen Segonds en la Expo Cannabis, luego de comprar sus semillas (Gentileza Fotografía/INASE)

“Me siento sensacionalmente bien”, le dice Carmen a Infobae en el mismo instante en el que Meligene le entregó el pedido. Segonds cultiva para ella desde hace años, pero también para sus nietos (”prefiero que fumen porro y no tomen alcohol”, advierte) y además trabaja con sus propios pacientes con terapias vinculadas a la planta. De hecho, este sábado a las 15 dará una charla en la Expo sobre “Sexualidades y cannabis: gestión del placer y usos de la planta”.

La ruta del cannabis me cambió la vida. Tengo serios problemas de columna. Caminaba con bastón y me recuperé gracias a la planta, pero también me ayuda mentalmente. Por mi profesión tengo que estar actualizada y el cannabis me permite estar enfocada y seguir estudiando”, cuenta.

Carmen empezó a cultivar marihuana en su casa hace cuatro años junto a sus nietos. Luego empezó a hacer aceites. “A riesgo de ir presa, aunque estaba tranquila porque con más de 70 no podía ir a prisión”, sonríe. Es que no puede creer que llegó el día en que pudo comprar semillas y que le den un ticket fiscal. “Hoy ver esto es una maravilla. Conseguimos mucho en muy poquito tiempo. Cultivo porque me encanta la planta. Prescribo aceites de otros cultivadores que sé que funcionan a mis pacientes”, explica.

Carla VIzzotti y Marcelo Morante, del Ministerio de Salud, explicaron el sistema de regulación estatal para uso medicinal del cannabis el viernes en la Expo (Gentileza Expo Cannabis / Anabela Fernández Coria)
Carla VIzzotti y Marcelo Morante, del Ministerio de Salud, explicaron el sistema de regulación estatal para uso medicinal del cannabis el viernes en la Expo (Gentileza Expo Cannabis / Anabela Fernández Coria)

Las semillas las compró para sembrarlas y tener sus propias plantas en casa. Ella está inscripta en el Reprocann, requisito indispensable para poder comprar semillas, pero admitió que además prefiere que sus nietos consuman sus flores. “Estaba preocupada por el consumo de alcohol de mis nietos. Ahora no toman y con porro la pasan sensacionalmente. Así que también cultivo para mis nietos. Es un regalo para ellos. Toda la vida fui muy rebelde”, ríe.

Meligene no podía creer vivir este momento. Estuvo al borde de las lágrimas. “Te juro que me emociona, fueron muchos años en la clandestinidad”, dice a Infobae. Al lado suyo, Pablo Pérez, un cultivador histórico de la comunidad cannábica había esperado que abrieran el stand para ser el primero en comprarle las semillas a Facundo pero finalmente le cedió el lugar a Carmen, como buen caballero. “Quería tener el gusto de ser de los primeros en comprar semillas porque esto es histórico y conozco lo que luchó y sufrió Facundo en la clandestinidad”, comenta mientras Facundo y su socio Federico Eichhorn se sacan fotos junto a Carmen.

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“Este presente, que hoy se puedan comprar semillas legales para mejorar el acceso a un producto más seguro, es parte del camino que se inicia en la decisión política de cambiar la reglamentación restrictiva, punitiva, que obstaculizaba el acceso a derechos. Es también producto de una construcción colectiva de la sociedad civil con un Estado presente y empático. Así surge el Reprocann, que es la base para que hoy estemos contando esta historia”, comentó a Infobae, también emocionada, Carla Vizzotti.

Por primera vez se venden semillas y esquejes de cannabis para uso medicinal en la Expo Cannabis en La Rural (Gentileza Expo Cannabis / Jonatan Moreno)
Por primera vez se venden semillas y esquejes de cannabis para uso medicinal en la Expo Cannabis en La Rural (Gentileza Expo Cannabis / Jonatan Moreno)

Un rato después de la compra de Carmen, la ministra de Salud nacional participó de una charla en uno de los escenarios junto a Marcelo Morante, médico a cargo del Registro de pacientes de la cartera sanitaria. Allí, la ministra confirmó que ya son 120 mil los usuarios de cannabis autorizados para cultivar. “Ante esa demanda, necesitábamos garantizar el acceso a semillas”, razonó Morante en el escenario.

Un rato antes, en uno de los escenarios de la Expo, Meligene junto a otro grupo de productores (muchos cultivadores de la vieja escuela cannábica) habían recibido los certificados de autorización por sus semillas y esquejes legalizados a manos del secretario de Agricultura nacional, Juan José Bahillo, Silvana Babbitt y Gabriel Giménez, funcionarios del INASE, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y la diputada entrerriana (FdT) Carolina Gaillard.

Facundo, de 45 años, empezó a cultivar en 1994. Tenía 18. En 2008, cuando este escenario de legalidad era una utopía, se propuso y se imaginó armar un banco de semillas. Primero lo hizo con simientes que pidió por correo de Europa y después buscó nuevas genéticas desde Estados Unidos. Invirtió sus ahorros en eso. Y vivió en la clandestinidad durante muchos años: tener semillas, según la ley de drogas, está penado con hasta 15 años de cárcel.

Lúcia de Souza Madeira, en el centro, junto al primer comprador de sus plantines, Chelo Markous, y Gabriel Giménez, del INASE (Gentileza Fotografía/INASE)
Lúcia de Souza Madeira, en el centro, junto al primer comprador de sus plantines, Chelo Markous, y Gabriel Giménez, del INASE (Gentileza Fotografía/INASE)

Así todo se mantuvo, regaló a sus amigos y a lo usuarios medicinales. “Todavía no caí. Me da hasta vergüenza vender. Me siento muy feliz. Soy la persona más feliz del mundo”, dice. Sus ojos celestes se llenan de lágrimas. La Tropicana “es rica en THC y sabe a un tarta de naranjas”, cuenta Meligene, y explica que su genética viene de una cruza de Tangie con Girl Scout Cookies.

Por resolución ministerial de la ex cartera de Agricultura, desde ayer en la Expo y en las próximas semanas en viveros o grow-shops, se van a poder comprar semillas o plantines de las por ahora nueve variedades permitidas por INASE, siempre y cuando el comprador sea paciente autorizado por el Registro del Programa Cannabis (Reprocann), del ministerio de Salud nacional. Las variedades permitidas son ricas en CBD y THC, las dos moléculas más importantes de la planta para los tratamientos terapéuticos.

“Me genera mucha alegría esto. Se juntan muchas cosas. Normativas que parecen intangibles o que no representan a las organizaciones o al pueblo se alinearon. Es una construcción colectiva, con mirada técnica y política del momento por parte de INASE y con respuestas a la industria”, explicó Gabriel Giménez, director de Articulación Federal del Instituto Nacional de Semillas, quien adelantó que “probablemente” haya 15 variedades aprobadas antes de fin de año “y el año que viene serán muchas más”.

La Expo Cannabis se desarrolla en La Rural, hasta el domingo (Gentileza Expo Cannabis / Hernán Vitenberg)
La Expo Cannabis se desarrolla en La Rural, hasta el domingo (Gentileza Expo Cannabis / Hernán Vitenberg)

Sweed Lab no es el único criadero de semillas y plantines autorizado. La cooperativa Criar es otra. A ella pertenece Lúcia de Souza Madeira, en cuyo stand de la Expo se venden plantines de marihuana también autorizados por el Gobierno. Esta periodista reconvertida en productora, de 44 años y madre de un hijo, tampoco puede creer haber llegado viva a este momento de legalidad.

“¡Increíblemente, está pasando!”, se conmueve la propietaria de Géneticas Arkham. “Poder vender plantas nunca lo imaginé, pero sabia que íbamos en esa dirección. Nunca pensé que sería tan rápido. Es un sueño. Es demasiado emocionante. Fueron muchos años de oscuridad, de ver caer gente detenida. Y ahora ver el stand con plantas, no puedo creer que sea mio. Esto no lo para nadie. Todos vieron que es un cambio cultural, social”, comenta.

Por detrás suyo se iba, a pasitos cortos, y muy feliz, Carmen. Del brazo de su hija y con su blister de semillas.

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