Como consecuencia de la inesperada repercusión que generó su reclamo durante la jornada de protestas contra el Gobierno del pasado jueves, Soledad recibió ayer a los medios de prensa en su casa de Merlo, en la provincia de Buenos Aires, y lamentó la edición de la entrevista que la dejó mal parada ante la opinión pública. Sin embargo, reconoció que ella se expresó “mal” en pleno reportaje: “Dije que no era justo porque 20 mil pesos los gasto en insumos básicos y los otros 5 mil no alcanzan para nada”.
En diálogo con la periodista Sandra Borghi (TN), quien también la había entrevistado la semana pasada, la beneficiaria de uno de los planes sociales que entrega el Gobierno, subrayó que le parece “injusto trabajar tantas horas por 20 mil pesos”, al mismo tiempo que volvió a pedir por un “un trabajo digno”.
“El que no quiere que las organizaciones sociales estén en la calle, cortando rutas y la 9 de Julio, que nos den un trabajo genuino para cubrir la canasta básica”, planteó Soledad, luego de una recorrida por la casa en la que vive junto a su pareja y dos hijos. “Con la plata que nos paga el Estado estoy haciendo la pieza de los nenes”, contó.
Durante el piquete del jueves pasado, Soledad se encontraba cuidando a su pequeña hija mientras dormía sobre un cartón que la aislaba del asfalto. En ese momento, Borghi se acercó a ella, le preguntó por su presencia en la manifestación y ella se mostró indignada por el recorte de los subsidios. “La plata no alcanza para nada, los planes sociales los están cerrando. ¿Qué quieren, que trabajemos de 8 de la mañana a 5 de la tarde por la misma plata que nos pagan? Nos quieren mandar a trabajar a la calle y no es justo, porque toda la vida vivimos trabajando de esto”, se quejó ante la cámara, sin imaginar el alcance de sus palabras. Pero la entrevista fue más extensa de lo que muestra el recorte viral, y ella lamentó el accionar “malintencionado” de aquella persona que se encargó de difundir sus dichos.
“Yo sé que soy una piba que labura. Siempre lucho por estar mejor y por tener un mango. Todo lo que tengo me cuesta”, aseguró la mujer. Y además, admitió: “No está lindo depender del Gobierno”.
Sobre este episodio, Soledad dijo “hubo gente que estaba enojada”, aunque aclaró: “Nunca tuve un problema con la organización ni con mi referente”.
En otro tramo de su alegato, Soledad contó que nunca tuvo un trabajo en blanco. De hecho, se lamentó porque en una oportunidad fue rechazada en una búsqueda laboral debido a que tiene dos hijos y no cuenta con el secundario completo. “Yo tengo que trabajar porque tampoco pretendo que me lo regalen -el subsidio-. Hace 4 o 5 años cobro el plan. Mal o bien, con eso yo pago las cuentas”, valoró.
Al ser consultada por los casos de algunas organizaciones sociales que quitan a sus afiliados de los listados si ellos no asisten a las manifestaciones contra el Gobierno, Soledad negó haber vivido este tipo de situaciones en su agrupación. “Nosotros sabemos que tenemos que ir para apoyar a la agrupación. Vamos todos a decirle al Gobierno que no estamos de acuerdo con algo, por ejemplo con el FMI. No estamos de acuerdo con que nosotros paguemos la deuda que el Gobierno generó”, sostuvo.
Acompañada por sus dos niños, la vecina de Merlo contó que ella hace de todo para que no falte el plato de comida en su casa. “Mis hijos saben que si no estudian, van a terminar cuidando gente grande o yendo a una marcha”, señaló.
Mientras anhela conseguir un trabajo en blanco y terminar los cuatro años del colegio secundario que le quedaron pendientes, Soledad trabaja en el comedero de su barrio ayudando a los que más lo necesitan. Pero sin la correspondiente ayuda del Estado, las tareas se tornan imposibles. “Pedimos a Desarrollo Social que nos baje más mercadería y de mejor calidad para poder hacer las ollas populares en todos lados”, concluyó.
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