Una pareja de hombres tendrán un hijo y la gestante es hermana de uno de ellos: “La decisión nació del corazón”

Matías y Leonardo se conocieron hace 12 años y hace tres meses se casaron. Luego de una subrogación fallida y creer que no podría ser padres, la hermana de Matías se ofreció a llevarlo en su vientre

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Matías, Leonel y Bárbara en el casamiento de la pareja (leisymati)
Matías, Leonel y Bárbara en el casamiento de la pareja (leisymati)

Desde hace cinco meses, Matías Pulido y Leonel Videtta sienten que caminan sobre las nubes. Comprender que su historia de amor -nacida hace 12 años- comenzaba el camino para convertirlos en una familia los cambió para siempre, modificó sus prioridades y les devolvió el deseo de luchar por un mundo mejor. También los unió aún mas a Bárbara, la hermana de Matías, que se ofreció para ser la gestante de Bastian Lorenzo, el bebé de la pareja que nacerá en junio.

Luego de dos tratamientos de fertilización fallidos, la mujer les dijo a su hermano y cuñado que quería ser quien los ayudara a cumplir el sueño de ser padres. “Fue una decisión nacida desde el corazón”, reconoce. “No podemos explicar con palabras lo que significa semejante acto de amor”, admiten los hombres que se conocieron en 2009 durante una reunión de amigos de clases de teatro y que se casaron hace tres meses.

“Nos unen los mismos valores, los mismos sueños y la búsqueda de una familia en una sociedad en constante aprendizaje y cambios respecto a la aceptación, la diversidad y la inclusión”, asegura la pareja.

La familia de Matías y Leonel celebraron la feliz boda (leisymati)
La familia de Matías y Leonel celebraron la feliz boda (leisymati)

La historia

Hace doce años, la comunicación en Argentina (y gran parte del mundo) era diferente. Nacía Facebook, los mensajes de textos eran de pocas líneas (SMS) y comenzaban a ser pagos desde determinada cantidad de caracteres. El MSN (uno de los programa para chatear más usados) estaba en todas las computadoras y el teléfono fijo seguía en las casas.

Leonel Videtta (36) estudiaba Administración de Empresas en la Universidad de Morón y vivía en zona oeste mientras se animaba a editar su primer libro de género fantástico, la saga Tierra de los Sueños (Oceánica) que fue declarada de interés municipal. El teatro se había convertido en su pasatiempo.

Para Matías Pulido (34), el teatro era parte de su vida y su manera de liberar tensiones desde los 8 años. “Comencé de pequeño para ayudar a mi personalidad a poder exteriorizar los sentimientos y desde entonces se volvió una pasión”, cuenta. Participó en distintas obras de teatro y publicidades e ingresó como cadete en los Bomberos Voluntarios de Echenagucía, en Gerli, a los 15 años.

Fue, justamente, una reunión de compañeros de teatro en la que se conocieron y enamoraron a primera vista. “Teníamos tantos sueños como miedos en común. Todo fue un aprendizaje de deconstrucción, valoración y, sobre todo, acompañamiento mutuo”, admiten. Y el MSN, el SMS y las llamadas telefónicas se repetían a diario. Luego coincidieron trabajando en la Dirección de Ayuda Social del Congreso de la Nación, en oficinas enfrentadas, pero separadas por un pasillo, donde siguen trabajando.

Leonel y Matías em el día de su boda (leisymati)
Leonel y Matías em el día de su boda (leisymati)

Entre ellos todo marcha bien aunque “el afuera” era doloroso. “Nuestra historia se unió entre lágrimas y alegrías, desafíos y maduración personal. Somos una generación intermedia que si bien vive la libertad de un montón de derechos ganados, nació con estructuras y mandatos más arcaicos y tuvo que hacerse paso entre viejas costumbres”, admiten.

Si bien Leonel no sufrió el bullying en el colegio, sí tuvo que demostrar que “podía encarar a muchas chicas, como un tonto concepto de machismo de la época”. Matías, de personalidad tímida e introvertida, padeció las burlas. Al formar pareja se ayudaron.

Siempre tuve un poco más claras las cosas respecto de mi sexualidad y esa seguridad se fue haciendo carne en Leo. Mi familia lo supo antes que la de él y, poco a poco, esa compañía fue sumando mayor confianza en Leo para animarse a dar el paso”, cuenta Matías, mientras que Leonel recuerda que lo contó por email a quienes lo quisieron saber.

Al año y medio de iniciada la relación se mudaron juntos y los planes de casarse no tardaron en llegar. “Lo veníamos hablando hace unos años, pero fue con Invertido (una obra teatral que escribió Leo en 2019) que sentimos la necesidad de dar ese paso”. El plan original era casarse en 2020, pero por la pandemia debieron reprogramar la boda cuatro veces.

Pero, el día esperado llegó y el 7 de diciembre de 2021 se casaron. “Realizamos una ceremonia de los elementos, en donde todos los invitados junto a nosotros debieron vendarse los ojos simbolizando la esencia de lo invisible y entendiendo que el amor trasciende colores, religiones y creencias. Fue muy emocionante”, comparten.

El deseo de ser padres

Matías y Leonel confían que el deseo de ser papás siempre estuvo en ellos. “Lo hablamos y soñamos sin pensar que se volvería realidad de esta manera. Creemos que nuestra misión en la vida es cambiar ciertos paradigmas porque siempre quisimos que la gente que nos rodea pueda ver en nuestra relación una familia, el amor más allá de cualquier sexualidad”, dicen.

Ese sueño cada vez fue más fuerte. Comenzaron a buscar información sobre la subrogación de vientre y Leonel dio con el grupo “Gestación subrogada en Argentina”, en el que conoció a personas que desinteresadamente brindan su experiencia y opiniones. “Allí supe que hay un decreto vigente en la CABA para realizarlo”, dice en referencia a la Disposición Nº 93/DGRC/17.

Las ecografías de Bastian
Las ecografías de Bastian

“Nos fuimos involucrando cada vez más, contando que este no es un proceso ilegal, que es lo primero que dicen. Si bien no hay una ley aún, es posible realizarlo teniendo en cuenta determinados recaudos y con la intervención de distintos profesionales”, detallan y cuentan que los realizaron de forma privada porque no hay prepaga que lo cubra. “Queremos luchar por una ley que no discrimine en este sentido. Nuestro deseo es que todas aquellas personas que deseen ser papás puedan serlo”, anhelan.

Sobre esa disposición, explican: “Si el bebé nace en la Ciudad, debe firmarse un consentimiento informado ante escribano entre los padres procreacionales, la gestante y la clínica de fertilidad; y la disposición vigente permite que los padres procreacionales inscriban al recién nacido. Fuera de la CABA, deben recurrir a la Justicia y esperar a que un juez, o las instancias superiores, lo permitan. Cuando el óvulo es donado no es posible saber de quién es, pero en nuestro caso la fertilización se realizó con nuestro aporte genético”, explica Matías.

Gestante y hermana: cómo fue el tratamiento

Bárbara tiene 42 años y es hermana de Matías, mamá de tres hijos. Saber que su hermano y Leo querían ser padres la movilizó. “Mi decisión de ser la gestante fue espontáneo. Surgió desde mi interior durante un intercambio de mensajes sobre el tema. De pronto les dije: ‘podría ser yo’, fue automático. Lo conversé con mi marido y me dio el apoyo que necesitaba en ese momento. Fue una decisión sencilla, rápida que surgió del corazón”, cuenta Bárbara.

Bárbara es la gestante de su sobrino
Bárbara es la gestante de su sobrino

Todo comenzó cuando una amiga de la pareja, que se ofreció automáticamente, no pasó los estudios de rigor y, por un pequeño detalle en los resultados, la clínica les aconsejó buscar otra gestante. “Luego de un tiempo de angustia y un día, por teléfono, Bárbara nos preguntó si seguíamos con la idea y el sueño de ser padres”, cuentan. En el tratamiento obtuvieron cuatro embriones que se criopreservaron.

Tuvimos tres intentos de transferencias en la pancita de mi hermana y los primeros resultados negativos nos desanimaron y bajonearon porque pensábamos, en nuestro ignorancia, que el proceso era más rápido y sencillo. Fueron casi tres años desde que comenzamos los estudios hasta que obtuvimos el resultado positivo. Recién el tercer embrión comenzó a crecer”, recuerdan los futuros padres.

Para ella, no fue complejo tomar la decisión ni explicárselos a sus hijos. “A los más grandes (de 16 y 15 años) se los dije enseguida, pero esperé un poco para contarle al más chico, de 7 años, ¡y su reacción fue increíble!: ‘¿Voy a poder jugar con el primo?’, preguntó. Desde que iniciamos todo esto, mi mente y cuerpo estuvieron preparados para comprender que iba a llevar adentro mío al hijo de mi hermano y, ahora, viéndolos proyectar su vida como una familia es hermoso. ¡Estoy muy feliz de ser parte!”.

Bárbara durante una de las ecografías de Bastian
Bárbara durante una de las ecografías de Bastian

Bárbara piensa en el futuro y en qué le diría a su sobrino: “Le diría que fue hermoso y extraordinario llevarlo conmigo y que sea parte de mi vida durante 9 meses. Le diría que me sentí feliz de cuidarlo y protegerlo hasta que lo recibieron sus maravillosos papás a quienes les agradezco todo cada día. ¡Gracias por dejarme cuidar su tesoro más preciado!”.

Más que entusiasmados, Matías y Leonel confían que “las prioridades comienzan a cambiar” y que por ahora, “la espera, desespera”. Mientras tanto preparan el cuarto que desde junio ocupará Bastian y le escriben un libro de recuerdos.

“Queremos contar nuestra experiencia para que quienes estén pensándolo, no bajen los brazos. Es un tratamiento que lleva tiempo y los buenos resultados no siempre serán en un primer intento, pero desde que lo decidan comenten y expliquen ese deseo de ser padres en su círculo íntimo”, sugieren y agregan: “Además, no cuesta nada comparado con los tratamientos del exterior que sí son excesivamente costosos. Nosotros somos personas de clase media y cada día debemos decidir prioridades en los gastos. Debemos elegir si vacacionamos o terminamos una refacción de la casa, por ejemplo”.

*Quienes deseen consultar a Matías y Leonel, pueden escribirles al perfil de Instagram @leisymati

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