Quién es el piloto de las osadas acrobacias aéreas que sorprende a los turistas de la Costa

Descubrió el amor por los aviones con apenas 9 años. Hizo carrera como piloto privado y comercial. Se formó en el universo de las piruetas, pionero en la Argentina. Hoy anima los días de los veraneantes

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Jorge Malatini  gira sobre el eje de su avión dejando ver las playas de Mar del Plata
Jorge Malatini gira sobre el eje de su avión dejando ver las playas de Mar del Plata

Vértigo. Eso es lo que genera ver cómo cae la avioneta en forma de tirabuzón, dibujando líneas blancas en el cielo despejado de la Costa Atlántica. La impactante maniobra que desafía las leyes de gravedad deja sin aliento a los turistas que disfrutan de un día de playa. Ya lo conocen pero no se cansan de ver sus piruetas.

“El avión es famoso. Pero a mí pocos me conocen la cara”, dice Jorge Malatini, el célebre piloto de acrobacias que lleva más de dos décadas entreteniendo a los veraneantes en su Pitts-S1-11b de 300 caballos, que puede alcanzar 320 kilómetros por horas.

A los 9 años en su pueblo, Carlos Casares, Malatini, descubrió los aviones. “El vecino tenía una avioneta para hacer las fumigaciones. Quedé impactado. Me dejaba ir todos los días a limpiarla”, le cuenta a Infobae.

Decidido, antes de terminar la escuela primaria, que en los aviones estaba su futuro. Fue banderillero de las fumigaciones. Después viajó a estudiar a Luján, pero volvía cada fin de semana para saciar su adicción a los aviones. Y apenas cumplió 17, con el dinero que había ahorrado, se lanzó a su sueño: la aviación. “Mi padre murió cuando yo era muy chico y me crió mi madre, que era enfermera. No teníamos mucho. Con lo que trabajé pagué mi primer curso para piloto privado. Siempre supe lo que me hacía feliz”.

Jorge Malatini haciendo acrobacias en la costa

El aire es donde Malatini se siente más cómodo. Lleva más de 45 años volando y otros 34 realizando acrobacias. Antes de conocer el universo de las maniobras se formó como piloto comercial. En 1980 entró a Aerolíneas Argentinas y fue piloto de la línea de bandera hasta 2009. “Cuando empecé con los vuelos internacionales a los Estados Unidos, descubrí las maniobras que permitían volar el avión en cualquier posición. Tenía apenas 22 años, y en Argentina no existía la disciplina... enloquecí”.

Después de siete años de entrenamiento en Wisconsin, Estados Unidos, se animó a presentar sus piruetas. Pionero en el país fue parte de las primeras competencias, que lo consagraron como el número uno en 1988, 90 y 91.

En 2022, Malatini, baila por los cielos con maniobras vistosas como el tonel o roll, que consiste en girar el avión sobre su eje, sube, baja, vuela invertido… “Security first”, repite (la seguridad primero). “Me acostumbré a administrar riesgos y tomar decisiones. Los accidentes no son la falta de entrenamiento sino la falta de cuidado. Hay una sola oportunidad para una buena presentación”

Además tiene otras licencias: paracaidista, aeroaplicador, instructor de vuelo, piloto de planeador, de helicóptero, de ultralivianos, parapentes, de línea aérea, de remolcador de planeadores, de combate contra incendios... ”Esto es una pasión. Cuando no estoy volando, voy a algún club o hangar para estar cerca de un avión”.

Por su expertise Jorge es contratado para ser parte de festivales e inauguraciones de las competencias más importantes del país: Fórmula 1, Rally Dakar, Turismo Carretera. La lista sigue. Los fierros y los aviones siempre estuvieron muy vinculados. Malatini voló con grandes corredores de su época, “salvo Reutemann”, aclara.

Jorge desde su avión (@jorgemalatiniairshows)
Jorge desde su avión (@jorgemalatiniairshows)

-Contame qué mirás desde el aire...

-La playa, el campo y la gente. No puedo tampoco ponerme a contemplar los paisajes sino sería una irresponsabilidad. Estoy pendiente de lo que me marca el avión. Cuando el piloto maneja un auto no va mirando el cordón de la ruta, va mirando adelante. Esto es igual, te olvidás del elemento y vas mirando referencias de reojo.

-Los curiosos se enloquecen cuando te ven pasar. ¿Te han pedido maniobras?

-Mucha gente no me conoce la cara pero tiene mi teléfono. Entonces cuando me ve pasar, me llama... estoy en vuelo, no puedo atender. Me dejan un mensaje pidiendo que les regale otra pasadita.

-¿Cómo se entrena uno para ser piloto de acrobacia?

-Con un coach y un director de vuelo que corrige por radio la secuencia. Se hace un plan, un análisis y una metodología. Estuve siete años estudiando, y lo que hago en la Costa me sirve para tener mis habilidades entrenadas.

-¿Este deporte requiere mucha habilidad?

-Es como aprender andar en bici, salvo que no tenés un oportunidad para caer.

Durante una de sus presentaciones aéreas, que duran entre 15 y 20 minutos (Crédito: Rodrigo Almaraz)
Durante una de sus presentaciones aéreas, que duran entre 15 y 20 minutos (Crédito: Rodrigo Almaraz)

- ¿Es una actividad accesible?

-Todo lo que trabajé lo ahorré para comprarme mi primer avión antes de tener un 0 kilómetros. Una buena máquina que te permite hacer las piruetas que quieras arranca en 50.000 dólares y puede superar los 350.000.

-¿La gente disfruta de los vuelos de bautismo?

-Al que está temeroso, lo seducimos para que pueda volar; si no se relaja, se baja. Siempre voy regulando la intensidad de menor a mayor. El 95% de los que hacen vuelos de bautismo bajan contentos, pero transpirados. ¿Cuánto sale? 20.000 pesos.

-Te apodaron “El Loco”. ¿Te sentís así?

-Poder volar un avión en cualquier posición para muchos implica una locura, para mí es una pasión. Soy el dueño del aire.

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