El día que Carlos Santana invitó al escenario a Alejandro Lerner y un custodio casi arruina todo

Se conocieron un día antes del derrumbe de las Torres Gemelas en los Estados Unidos. El argentino compuso un tema que al mexicano le encantó y lo incluyó en su álbum “Shaman”. Volvieron a encontrarse y Santana lo invitó a sumarse a su show

Compartir
Compartir articulo
Puro talento. Alejandro Lerner junto al compositor mexicano Carlos Santana
Puro talento. Alejandro Lerner junto al compositor mexicano Carlos Santana

Hay momentos en que el mundo cambia para siempre.

Así como en la vida de todos existen instantes que quiebran la línea recta de nuestro derrotero.

Después está el destino, el Tao o como quieras llamarlo.

Digamos, es verdad que hoy conociste una persona que va a torcer tu porvenir, pero si eso te jugará a favor o en contra, solo lo determinará el tiempo. Esa magnífica convención humana en la que todos estamos de acuerdo.

El 11 de septiembre de 2001, apenas iniciado el nuevo milenio, ya quedarían sobradas pruebas de eso que afirmaban los viejos maestros acerca de que todo comienzo de milenio es desesperadamente caótico. Era algo incomprobable a fines del siglo pasado, pero que confirmamos a la luz de los hechos.

Supongo que todos los que estábamos nos acordamos dónde y cómo recibimos la transmisión en vivo de la caída de las Twin Towers.

De manera tal, entonces, que todos más o menos tenemos presente en nuestro cerebro en qué andábamos ese día. Ese 11 de septiembre de 2001.

Algunos estaríamos en lo habitual, lo de siempre, mientras otros vivirían uno de esos momentos inolvidables de los que hablaba al principio.

Alejandro Lerner, por ejemplo, estaba viviendo uno de esos instantes que cambian todo para siempre: conocía a Carlos Santana, quien había decidido incluir un tema de Lerner en su próximo disco, que titularía, casi premonitoriamente, “Shaman”.

En algunas religiones, el Shamán o Chamán es una persona que puede controlar las influencias del bien y del mal. Así puede detectar, controlar y sanar enfermedades varias, graves, casos de mala suerte y hasta entuertos amorosos. En esas religiones, claro, como todo.

Santana es capaz, desde su música, me consta, no diría sanar, pero sí mejorar notoriamente una situación por demás desagradable, motivada por conflictos humanos, hasta lograr revertirla por completo. Transformar esa porquería en uno de los mejores recuerdos.

No quiero hacer de esto una columna periódica de autoayuda, así que voy a lo que me trae.

Alejandro Lerner es para mí como un limpiaparabrisas, se que él va a sonreír con esto que digo. Es uno de esos artistas que se te puede aparecer de un lado y cuando volvés la vista, sale del otro, o está en la parte más alta, cuando no se te aparece oblicuo.

Es genial poder generar esa imagen en la mirada ajena.

Todo terreno.  El músico argentino es una máquina de crear buenas canciones. 
J.Sciulli/WireImage
Todo terreno. El músico argentino es una máquina de crear buenas canciones. J.Sciulli/WireImage

Un todo terreno, un iniciado en todos lados. Sobre todo en la música.

En los 80′s estaba muy de moda, tanto en las radios como en las otras plataformas de difusión de discos, el término crossover, refiriéndose a esos músicos que podían pasar de liderar el ranking de canciones de rock a surgir un par de semanas después en el primer puesto de soul. O aparecer en AOR (adultos) hasta sostenerse un tiempito en el de canciones pop.

Algo que confirmaba varias sospechas. La primera es que esas listas eran conceptualmente una estupidez superlativa, en segundo lugar eran bastante inconsistentes y tercera, demasiado manejables.

De ahí que hoy ya no existan.

Pero en esos años no solo eran material de consulta, sino de programación de radios enteras. Trabajé mucho tiempo en una que inventaba sus propios rankings internacionales, donde subíamos a tipos como Ian Dury o Lou Reed en los primeros puestos para difundirlos con algún fundamento.

En fin.

Alejandro es un crossover, ciertamente. Nunca necesitó acomodarse con nadie, entraba solo por algún agujero desconocido a los tracklist de cuanto medio de comunicación estuviera funcionando, como si siempre hubiese estado ahí.

Delicias de un tipo encantador.

Retomando la historia, el 10 de diciembre de 2001, Alejandro estaba con Santana, Carlos Santana, como Bond, James Bond.

Santana, Bond, Polanski, Jagger, Darín, Picasso, Lerner, esos sujetos que por ser únicos no necesitan mostrar el documento en ningún lado.

Con Lerner coincidimos por primera vez en el show de Santana de 1973, en el viejo gasómetro de San Lorenzo, en Avenida La Plata.

Obviamente, nunca nos vimos ahí, pero con el tiempo, un día hablando de vaya a saber qué, supimos que ambos, pre adolescentes criados por hippies de los 70 ́ s, nos habían llevado al show. Así que Santana fue siempre tema de conversación entre nosotros.

30 años después, Santana lo llamó a Lerner. Recuerdo que después de la agradable sorpresa inicial, me pregunté como todos: ¿qué estaba haciendo Lerner con Santana?

Lerner, said: “conozco a Santana desde hace como 20 años. La primera vez que lo vi en persona fue el 10 de septiembre del 2001, un día antes del atentado a las Torres Gemelas. No sé bien qué evento había en el Staple Center, ese estadio gigante, ahí nos sacamos nuestra primera foto, pero no podría decirte qué había ese día. Él tocaba ahí, entonces me invitó a charlar. Santana estaba buscando canciones. En los Estados Unidos, cuando un artista que no es autor está empezando un proyecto le piden a los compositores que le son afines que manden temas. En esos momentos yo estaba trabajando bastante en USA, así que me pidieron una canción. Me junté con dos compositores: el alemán Klauss Derendorf y el francés o belga Jibb. Ellos son autores, productores, así que nos sentamos a trabajar. El primer tema que hacemos es “Hoy es adiós”, que grabó Carlos...”.

“Él se fue con el invierno

El se ha ido a trabajar

Él dijo que volverá.

Pero el tiempo pasó.

No preguntes por qué

Él ya no regresó a nuestro hogar.

La frontera marcó su destino final

Y a mis brazos jamás volvió.

Hoy es adiós

Mañana, quizás.

Sé que tu vas a volver

Hoy es adiós

Mañana, quizás.

No hay fronteras en nuestro querer

Ya ha pasado un nuevo invierno

Desde que te vi marchar.

No hay un mundo mejor que el nuestro”.

Alejandro sigue: “Nos pusimos a trabajar en la canción con estos productores. El estudio donde la grabé por primera vez, donde estaba el micrófono, era como un ropero. De verdad, no era más grande que un placard. Un lugar pequeño, mínimo, donde pusieron el mic y empecé a cantar “Hoy es adiós”, pero le puse todos los huevos, aunque casi ni había aire. Le puse todo el corazón... la pista sonaba bien, eso sí. Se la mandaron a Carlos y al tiempo me llaman para decirme que me quiere conocer porque le encantó la canción por el sonido y la interpretación. Nunca le dije que la grabé en un ropero, ¿viste? Finalmente, la canción fue parte del disco “Shaman’'. Lo conocí cuando él ya había escuchado el tema ese 10 de septiembre de 2001, en el Staple Center. Me dice: " hermano, ¿cuándo te vienes de gira conmigo?”, me dijo eso, ¡imagináte!

Le digo: ‘maestro, cuando usted quiera toque la trompeta y ahí voy a estar’. Al final se hizo todo, se cumplió, salió “Shaman” y “Hoy es adiós” tuvo repercusión. Y me invitó a salir de gira por los Estados Unidos, donde hicimos 14 ciudades, después salimos para Centroamérica, llegamos a Argentina...”.

Se pierde en el relato la precisión su elegante entrada el sentimiento, la pasión misma. Cuando se habla de Santana pasan estas cosas.

Alejandro Lerner ocupará muchas valiosas páginas cuando dentro de mucho se escriba la historia musical de este pintoresco lugar.

De chicos era imposible no cruzarse con él, teniendo en cuenta que empezó su carrera a los 15 años en el piano en el primer disco de León Gieco, después integró Reino de Munt con Raúl Porchetto. Duró poco, así que pasó a Soluna, con Gustavo Santaolalla apenas disolvió Arco Iris. Alejandro no había llegado a los 18 todavía. Digo, si este fue el comienzo, con ese vértigo creativo, bien vale un ensayo aparte lo que siguió.

Allá lejos en el tiempo. Lerner junto al grupo Soluna. Crédito Discogs.
Allá lejos en el tiempo. Lerner junto al grupo Soluna. Crédito Discogs.

Solo diré esto: si vosotros entraís al sitio de canciones de Carlos Santana, cliqueás donde dice Collaboration, podraís comprobar que “Hoy es adiós” ocupa uno de los lugares del podio en las preferencias de los seguidores, superando en el gusto popular temas como “Smooth” que Santana hizo con Rob Thomas o “Corazón espinado” a dúo con Maná.

“Su destino final

Y a mis brazos jamás volvió

Hoy es adiós

Mañana, quizás

Sé que tu vas a volver

Hoy es adiós

Mañana, quizás

No hay fronteras en nuestro querer

Vuelve hijo mío, aquí te esperamos.

Hoy es adiós, mañana quizás

Sé que tu vas a volver

Hoy es adiós, mañana quizás

No hay fronteras en nuestro querer.

Hoy es adiós

Mañana, quizás”.

Carlos Santana siguió tocando “Hoy es adiós”, cuenta Lerner. “Tiempo después de esa gira volví a Los Ángeles. Santana tocaba en el Gibson Theatre, hablé con el management: “che, decile a Carlos que estoy en LA”. Me contestan sí, Carlos te quiere ver, así que manda los tickets con estacionamiento, además de los pases para estar detrás del escenario. Mandó hasta la credencial. Fui al show con mi esposa y otra pareja de amigos, nos sentamos entre el público, en la platea, nadie me había dicho nada y yo quería ver el recital, nada más. Te juro Bobby que nunca cuento esto, pero el tipo en un momento dice: ́señoras y señores, quiero invitar a un queridísimo amigo, talentoso artista argentino, con ustedes Alejandro Lerner!....’. Yo estaba sentado en la platea, con un sombrero, campera, así nomás, una campera de cuero porque era invierno, y la credencial acá adelante. Salté de la platea, fui corriendo por el pasillo hasta el escenario y en el borde del había un tipo enorme cruzado de brazos. Me ve llegar y se me para adelante, entonces le dije amablemente, señalando a Carlos: ´Me está llamando a mí ...´ ¡Imaginate la cara del gringo mirándome, como diciendo ‘sí, sí, justo a vos te está llamando Santana´! Miramos los dos y Carlos estaba con el brazo extendido esperando que yo entrara por algún costado del backstage, suponiendo que estaba todo organizado para que yo subiera… Pero nadie me avisó eso...

- Y…, ¿subiste?, le pregunté a Lerner.

No, yo miraba al tipo señalándole a Santana, le mostraba mi credencial que decía grande ‘Alejandro Lerner’, mientras le decía ‘está diciendo ¡Alejandro Lerner, yo soy Alejandro Lerner!, ¿me podría ayudar a entrar al escenario?’. El tipo me pone las dos manos atrás y me tira para el escenario; entré por adelante, ¿entendés? Todo el público miraba la escena... Subí y cuando llegué a su lado, Carlos me abrazó. Ahí empezó a sonar la canción, me acomodé en el micrófono y empecé a cantar “Hoy es adiós” de la manera más inesperada... Esto que te estoy contando fue hace 18 años atrás, no me acuerdo exactamente.”.

De todo esto que conté hay precuela, que obviamente es un merecido repaso acerca de una de las más prolíficas carreras de un rocker argentino, junto a la de Gustavo Santaolalla, las que más lejos ha llegado, mundialmente hablando. Pero también hay secuela: la aparición reciente de “Puro sentimiento”, segunda colaboración Santana/Lerner, que estará presente en el próximo lanzamiento internacional del nuevo disco de Alejandro.

Continuará…

P.D. : Continuará mucho más. Lo aseguro.

SEGUIR LEYENDO: