Tenía una vida exitosa pero no era feliz: cambió de profesión para ayudar a otros y sanó

Gaia Bidin (26) combinó el mundo de la moda de lujo por el health coach, se transformó en una guía de salud. Tuvo que pasar por tres colapsos nerviosos para renunciar a su vida armada y empezar de cero. Hoy fusiona el fashion y el abordaje holístico

Compartir
Compartir articulo
Gaia en plena sesión de Health Coach
Gaia en plena sesión de Health Coach

Con una energía arrolladora, Gaia Bidin (26) no paraba un minuto. Hace dos años, el cuerpo le pasó factura: tuvo varias crisis de ansiedad y luego depresión. Ese diagnóstico fue el inicio de un proceso largo y profundo que la llevó a un cambio de vida. Hoy le cuenta a Infobae que aquello que pareció un traspié fue la chance de una vida más sana: “Estoy agradecida de haberlo vivido, porque vi la oportunidad frente a la crisis. La debilidad me hizo más fuerte, y me permitió crecer”.

Hace seis meses que Gaia estrenó título. Se convirtió en Health Coach -una guía que ayuda a alcanzar estabilidad física, psíquica y emocional- certificada en salud y nutrición holística por el Institute for Integrative Nutrition (New York). Pero para acompañar a otros, primero debió autosanarse.

Su paso por la moda en marcas de lujo la llevó a tocar fondo
Su paso por la moda en marcas de lujo la llevó a tocar fondo

Si bien es argentina -porteña para ser más exactos-, su padre Daniel era italiano, por eso vivió en Milán hasta los seis años. Luego se acostumbró a estar entre ambos países. “Siempre estuve en contacto directo con la capital del diseño. A los 15 años estaba decidida, y opté por estudiar producción integral en la Escuela Argentina de moda”, explica como el inicio de todo.

Gaia lo tenía todo organizado, una vez con el título en mano se mudaría a Londres para seguir formándose en el rubro, además de conseguir otro idioma. “Siempre fui muy autodidacta, y a la vez auto exigida, en ese momento no lo veía como algo malo...”, recuerda.

Pero la vida tenía otros planes para ella. Su padre se enfermó de cáncer de hígado, luego falleció por una mala praxis durante una cirugía. Ricardo llegó a tratarse con novedosas terapias relacionadas con la medicina ancestral y ese fue el primer acercamiento de Gaia con este tipo de abordaje de la salud.

La vida siguió, la joven entusiasta no paró de crecer en el universo de la moda de la mano de grandes referentes y marcas internacionales. Esto la llevó a seguir una especialización en marketing de diseño en Italia.

Otra vez, otro cimbronazo en su vida. ”Previo a mudarme a mi madre le había detectado un tumor en la médula ósea que estaba bajo control, en un estudio de rutina los estudios médicos no fueron favorables, así que emprendí la vuelta a casa para acompañarla”.

Lo que vino después no fue sencillo para la familia tanto a nivel físico como emocional. “Si bien no era la paciente, estar al lado de ella fue sumamente angustiante y repercutió de lleno en mi vida”. Gaia depositó toda su ansiedad en su carrera profesional. “Para no pensar o mantener la mente ocupada trabajaba sin parar a un ritmo poco saludable. Me nombraron traveler retailer de una multinacional beauty. En poco tiempo obtenía premios, reconocimientos laborales. Cada vez viajaba más, ganaba más dinero... y necesitaba más para sentirme mejor”, recuerda.

Como contraparte de ese “éxito” aparecieron los desórdenes alimenticios, crisis migrañosas, la dificultad para conciliar el sueño y los ataques de pánico. “¿Qué hacía para controlarlo? Tomaba psicofármacos. Cada vez rendía menos laboralmente. No solo eso, no disfrutaba nada de lo que lograba. Me sentía vacía”, se lamenta.

Tocar fondo

Una mañana mientras estaba en horario de oficina sintió que la cabeza le iba a explotar del dolor. Era otra nueva crisis, esta vez acompañada de hipertensión. Debió ser hospitalizada de urgencia. Estaba sufriendo un colapso nervioso, el tercero... y el último. “Me desperté en una cama de un hospital con miedo, sintiéndome sola …sin encontrarle sentido alguno”.

Hoy Gaia mira a la distancia y reconoce no solo el estrés laboral, sino también el que tiene que ver con situaciones personales, mientras recomienda el alimento primario -como define en su rol de especialista-: el descanso, la actividad física y profesional, las relaciones socio afectivas y la nutrición.

Era hora de parar. De esta manera, se propuso cambiar de verdad. “No fue una decisión fácil. Tenía mucho miedo, no me animaba”, recuerda.

Finalmente, un poco antes de la llegada de la pandemia renunció a su trabajo estable y optó por estudiar health coaching. Recibida, llegaron los primeros consultantes, y la satisfacción de ayudar a otros. La premisa del programa es respetar la individualidad de cada uno, con un enfoque integral para lograr metas y objetivos. “Es un viaje que se emprende hacia el bienestar. Se incorporan técnicas para bajar el estrés, canalizar la ansiedad y entender los procesos naturales. Después viene el alimento secundario que es un complemento para lo otro, no sirve de nada tomar jugo de apio si los otros aspectos de nuestras vida no están en equilibrio”, reconoce.

Brinda consejos por sus redes @Gaiabidin. En la foto usa Blueblockers, los lentes para blockear la luz azul de las pantallas. nociva para la salud
Brinda consejos por sus redes @Gaiabidin. En la foto usa Blueblockers, los lentes para blockear la luz azul de las pantallas. nociva para la salud

En pos de la salud

Gaia no trabaja sola en Buenos Aires, tiene un equipo interdisciplinario de médicos de confianza a los cuáles recomienda según cada abordaje solicitado.

Además de sus consultantes, esta mirada hacia la vida impactó de manera positiva en todo el vínculo familiar. “Mi mamá incorporó varios aspectos de mi coaching a su día a día con resultados positivos. Mi novio también, y mi abuelo de 88 años, que es vegetariano de toda la vida, me pide consejos. Lo mejor es que siga haciendo ciclismo, le digo”.

Gaia y su madre que  aún está transitando el mieloma múltiple
Gaia y su madre que aún está transitando el mieloma múltiple

Entre la moda y lo holístico

Si bien el universo fashion quedó a un costado, Gaia, pudo compartir su conocimientos con empresas de belleza que se preocupan por mejorar el bienestar tanto de sus clientes como de sus empleados. “Los asesoro de manera virtual. Fue una linda manera de reconciliarme con esa parte de mi vida, y poder generar una transformación positiva”.

SEGUIR LEYENDO: