El heroísmo de las mujeres en la defensa de Buenos Aires durante la segunda invasión inglesa

El 7 de julio de 1807 se produjo la rendición de las tropas británicas al mando de Whitelocke. El rescate de Isabel Gutiérrez, Manuela Correa y Bernarda Villalva, tres mujeres invisibilizadas por la historia que dieron su vida defendiendo la ciudad ante el ataque inglés hace 215 años

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La imagen de los combates cuerpo a cuerpo en las calles de Buenos Aires. Detrás se observa el Convento de Santo Domingo, donde se refugiaron los últimos británicos.
La imagen de los combates cuerpo a cuerpo en las calles de Buenos Aires. Detrás se observa el Convento de Santo Domingo, donde se refugiaron los últimos británicos.

El 7 de julio de 1807, las tropas del teniente general Robert Whitelocke se rinden en Buenos Aires ante el ultimátum del flamante virrey Santiago de Liniers. Desde 48 horas antes, el 5 de julio, el pueblo en las calles de la capital del Virreinato del Río de la Plata se defendió a sangre y fuego del invasor británico que quería tomar la ciudad, en un episodio que la historia llamó “La Segunda Invasión Inglesa”.

Ya en 1806 al mando de Beresford la ciudad había caído durante 46 días, hasta el 12 de agosto en que se produjo la Reconquista encabezada por el francés Santiago de Liniers. Luego de la capitulación inglesa su comandante y oficiales fueron trasladados prisioneros a Luján; Liniers se hizo cargo de la comandancia militar ante el rechazo popular a que el virrey Sobremonte retornara a Buenos Aires por su cobarde conducta huyendo a Córdoba apenas sonó el primer disparo enemigo, sin olvidarse de llevar a sus parientes y amigos, junto con los caudales públicos y sus joyas. Por lo que el virrey debió trasladarse a la Banda Oriental.

Croquis del plan  de ataque británico a la ciudad, el 5 de julio de 1807 (Tomado de la Versión Completa del Juicio al Teniente General Whitelocke)
Croquis del plan de ataque británico a la ciudad, el 5 de julio de 1807 (Tomado de la Versión Completa del Juicio al Teniente General Whitelocke)

Mientras tanto los invasores no se quedaron quietos, recibieron refuerzos y procedieron a intentarlo nuevamente, pero esta vez con Montevideo como primer objetivo, ciudad fortificada y bien pertrechada que, sin embargo, por la ineptitud del virrey cayó en febrero de 1807 como también Maldonado y Colonia. El ataque a Buenos Aires era solo cuestión de tiempo.

Nuevamente el invierno porteño fue testigo del desembarco “pirata” en las costas sureñas de Quilmes y La Ensenada las tropas invasoras fueron haciendo pie -aunque en terreno pantanoso- para ir sobre la ciudad. Evitaron el enfrentamiento en el Puente de Gálvez y cruzaron el Riachuelo por el Paso de Burgos -hoy Puente Alsina/Uriburu- y se acercaron a los suburbios de la ciudad produciéndose encuentros violentos desde el día 2. A la madrugada del día 5 tomaron la Plaza del Retiro y se desplegaron por la calles de la ciudad rumbo a la Fortaleza.

En la segunda invasión inglesa todo el pueblo de Buenos Aires salió a las calles en su defensa. En la primera, en cambio, los británicos la conquistaron sin disparar un solo tiro.
En la segunda invasión inglesa todo el pueblo de Buenos Aires salió a las calles en su defensa. En la primera, en cambio, los británicos la conquistaron sin disparar un solo tiro.

La muerte en las calles y en las casas

No fue fácil el camino… Los regimientos de voluntarios los esperaban en cada cruce de calles con barricadas y fosos. Desde las azoteas el pueblo armado los recibió con todo tipo de proyectiles que fueron mermando las filas y la moral inglesa. Se luchó casa por casa y es allí donde se producen la mayoría de bajas civiles que, como lo grafican los asientos en las defunciones que figuran en los libros parroquiales, fueron “asesinados por los ingleses”.

Y son precisamente estas partidas de defunción las que estudiamos para rescatar a los héroes anónimos que dejaron sus vidas defendiendo su hogar y su ciudad aquella jornada. Como escribió Julián Segundo de Agüero, Cura Rector de la Iglesia de La Merced al margen de su libro de defunciones - “En este día acaeció la famosa derrota de 12000 ingleses por los vecinos de Buenos Aires”.

Santiago de Liniers, protagonista de una trágica historia. Héroe de las invasiones inglesas, virrey popular y contrarrevolucionario que pagó con su vida el defender al  rey español.
Santiago de Liniers, protagonista de una trágica historia. Héroe de las invasiones inglesas, virrey popular y contrarrevolucionario que pagó con su vida el defender al rey español.

Son los registros de la Inmaculada Concepción, La Piedad, La Merced y Montserrat los que se pueden consultar hoy día para conocer a los “muertos en la guerra”. No todos fueron identificados, muchos fueron sepultados anónimamente como por ejemplo: “Once cadáveres cuyos nombres y apellidos se ignoran y que fueron muertos en sus casas” en La Inmaculada; “Tres hombres adultos muertos en la guerra de quienes no se pudieron dar razón de quienes eran” en La Merced, otros tres en la misma parroquia que vestían uniformes de Arribeños “en aquel día, porque tal era la confusión y consternación en que nos hallábamos” completa Agüero como excusándose. Otros tres negros (sic) que fueron sepultados en el cementerio de esta Santa Iglesia. En La Piedad, se sepultaron 25 cuerpos “de limosna” como N.N., más cuatro hombres muertos por los ingleses en el campo. O en Montserrat “siete difuntos muertos en las Quintas, incluso dos negros”.

Dentro de los civiles y soldados muertos en acción y de quienes conocemos la identidad, muchos de ellos eran solteros pero la mayoría eran casados y dejaron viudas y huérfanos para los que el Gobierno otorgaría pensión y homenaje póstumo imponiendo sus apellidos a las calles de Buenos Aires en 1808 (que perduraron en su mayoría hasta 1822).

John Whitelocke estuvo al frente de los efectivos ingleses. Sus desaciertos en el  campo de batalla motivó que fuera juzgado y hallado culpable por la derrota en Buenos Aires.
John Whitelocke estuvo al frente de los efectivos ingleses. Sus desaciertos en el campo de batalla motivó que fuera juzgado y hallado culpable por la derrota en Buenos Aires.

Tres heroínas y mártires de La Defensa

Pero quisiera detenerme en un punto porque hoy es imprescindible hacerlo para llevar justicia a la memoria invisibilizada de la mitad de la población, es decir, las mujeres…

Se ha escrito bastante sobre la participación femenina en las invasiones, colaborando en la Reconquista y en La Defensa. Acompañando a sus maridos e hijos, atendiendo heridos, etc. Se resalta con justicia las actuaciones de Manuela Pedraza (La Tucumanesa), Martina Céspedes y Juana Francisca de Aguirre.

Sin embargo, hoy quiero destacar y dar a conocer los nombres y apellidos de tres mujeres que dieron su vida y que son prácticamente desconocidas para la historiografía sobre las invasiones británicas. Ellas son:

Isabel Gutiérrez Humanes, esposa de Isidro Lorea, reconocido vecino que perdió la vida el día 9 de julio a resultas de las heridas recibidas defendiendo su casa (vecina a La Piedad). Su viuda, herida de bayoneta, falleció luego de dar testamento el 23 de julio de 1807, posiblemente por la infección. Su recuerdo y mención están atados a la muerte de su marido, como una anécdota. Su partida de defunción nada dice sobre la causa de su muerte, la conocemos de sus propias palabras en su testamento.

Manuela Correa, esposa de Joaquín Pecurtú, “murió violentamente el día dos de julio y fue enterrada al día siguiente en el cementerio de la Iglesia”. Si bien no lo dice fehacientemente, podemos inferir que la causa tuvo que ver con el avance de los ingleses.

El acta de defunción de Bernarda Villalba.
El acta de defunción de Bernarda Villalba.

Donde no hay duda alguna es en la siguiente defunción asentada en Montserrat donde los asientos son encabezados por la leyenda “Muertos en Guerra”. Allí, entre los hombres identificados y anónimos encontré que:

“El siete de julio de mil ochocientos siete falleció Bernarda Villalva, muerta de bala, casada con Juan de la Cruz Espinosa y se enterró en el Campo Santo con oficio rezado.”

Le sigue la partida de Pedro Zavala luego de la cual, el cura de Montserrat cierra la nómina con la siguiente frase: “Hasta aquí los muertos en la guerra”.

Es decir que, a pesar que no se especifique “muerta o asesinada por los ingleses” como en otros casos, no puede obviarse o pasar por alto que está integrando esta lista de “muertos en la guerra” y a causa de una bala.

¿Quién era Bernarda Villalva? Aún no lo sabemos con certeza, seguimos buscando esos datos que sumen piezas a su historia.

¿Por qué fueron invisibilizadas? Tampoco lo sé, lo que sí sé es que sus nombres saldrán hoy a la luz y serán reconocidas sus actuaciones y quizá algunas calles llevarán sus nombres.

A la vista de los documentos se escribe la historia, rescatemos a Bernarda Villalva, Manuela Correa y a Isabel Gutiérrez Humanes como heroínas de La Defensa luego de 215 años. Nunca es tarde.

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