"Dijo que iban al médico y se llevó a mi hija": el dramático relato de una argentina residente en Perú y la denuncia contra su ex pareja

Cecilia Brest denunció que Walter Gorosito, también argentino, secuestró a la hija de 4 años que ambos tienen en la ciudad de Lima

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Cecilia Brest y su hija Alma
Cecilia Brest y su hija Alma

Cecilia Brest lleva una semana sin Alma. La última vez que tuvo a su hija con ella fue el lunes 9 de septiembre. Ese día, Walter David Gorosito, el padre, pasó a buscar a la nena de 4 años por la casa de su madre, en el barrio de Barranco, Lima, capital de Perú, donde la rosarina de 30 años vive y trabaja desde hace tres meses. El hombre, también argentino, le dijo que llevaría a la chiquita al médico. Nunca fue. Y nunca regresó.

Brest está desesperada. Hace ya ocho días que no sabe nada de su única hija. Gorosito no le responde mensajes ni le atiende el teléfono. Buscó a Alma por toda Lima; fue a la Policía, a la Justicia, habló con el cónsul argentino de la capital peruana, y viajó a Cusco llevada por un dato. Sin embargo no encontró más rastro que la imagen de las cámaras de seguridad de un hostel limeño donde se lo ve salir con su hija.

De acuerdo al relato de la mamá de Alma, la nena se convirtió en un elemento de extorsión, el objeto de cambio de Gorosito. "El tiene problemas para asumir nuestra separación, me había amenazado con que me la iba a sacar si no estábamos más juntos. Y lo hizo. Estoy desesperada, ya no sé qué hacer", comenta Cecilia a Infobae, todavía en Cusco, minutos antes de volver a la capital del país. Brest suena ausente, como en el trance del estado de shock.

Brest, Gorosito y Alma se mudaron a Perú hace tres meses, pero 30 días después de llegar la pareja se rompió. Según cuenta la mujer, al papá de su hija le costó ("le cuesta") asumir que la relación había llegado al lugar a donde casi toda relación llega: el final. La historia de amor comenzó en el mismo lugar donde se desintegró. "Nos conocimos viajando en Cusco", recuerda Cecilia.

Walter Gorosito (a la izquierda) tiene 32 años y podría haber vuelto a la ciudad bonaerense de Chacabuco
Walter Gorosito (a la izquierda) tiene 32 años y podría haber vuelto a la ciudad bonaerense de Chacabuco

Ya separados, ella convencida y él todo lo contrario, ambos consiguieron trabajo. "Al muy poco tiempo de llegar nos separamos, desde ese tiempo siempre le permití ver a Alma, sólo que tenía problemas para asumir la separación", remarca su ex pareja, que se dedica a dar apoyo a las mujeres de las comunidades amazónicas Awajun y Wampis con talleres de arte, de huerta, "para las personas de ahí porque no tienen recursos". En las fotos que comparte se ve a Alma compartir momentos con niños de esas comunidades.

Gorosito vio siempre a su hija, asegura Brest. Incluso ya cuando él se había puesto violento. "Viví situaciones de violencia física y verbal, por eso nos separamos. Todo adelante de Alma. Había recibido amenazas de que me la iba a sacar si no estábamos juntos. Pero el lunes pasado vino y me dijo que me mostraba otra cara y yo le creí y me dijo que la llevaba al médico por una lastimadura en el oído. A la tarde lo empiezo a llamar y había apagado el teléfono. Fui al centro médico y me dijeron que nunca habían estado ahí", relata.

No obstante, Brest está segura que él no sería nunca violento con su hija: "Es incapaz de lastimar a la nena. Pero no tener noticias de ella, que no sé dónde está, si tienen para comer, se me pasan un montón de cosas. El es un tipo que no tiene conciencia, duerme en la calle, hace cosas así, y la nena no tiene ropa".

La mamá de Alma denunció el hecho en la Policía Nacional del Perú (PNP), aunque al principio, contó, no le quisieron tomar la denuncia, y la Justicia peruana abrió un expediente y ordenó a todas las zonas de frontera a que estén atentos.

El alerta emitido por la Policía Nacional del Perú
El alerta emitido por la Policía Nacional del Perú

Además, certificaron la tenencia a nombre de Cecilia y dieron aviso a Interpol. Alma vestía "casaca azul, pantalón verde claro y zapatillas blancas", según consta en el reporte emitido por la Dirección de Investigaciones contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de la PNP.

Brest agradece el apoyo que recibe en Perú de las autoridades de ese país y las argentinas. "Me están ayudando un montón, con Interpol, con la Policía de búsqueda de personas. Cerraron las fronteras, mandaron el aviso, pero las fronteras son muy endebles", detalló.

Infobae intentó comunicarse el último lunes con el cónsul argentino en Lima Pablo Prósperi y con el embajador en Perú Jorge Yoma pero no obtuvo respuesta. Los mensajes a sus WhatsApp no fueron respondidos.

La jueza de familia Solina Maybee Apaza Bejar de Cusco, especializada en violencia familiar, reconoció "actos perturbatorios como acoso, amenazas" y que existen "indicios suficientes de actos de violencia contra el grupo familiar".

A la magistrada, según consta en fallo al que tuvo acceso Infobae, Brest le contó que el 9 de septiembre en la plaza de Barranco ella y Gorosito discutieron, que él la empujó, le dijo "hija de puta" y "pelotuda". "Me tiró al piso indicándome que era incapaz de tener a mi hija (…) también me repitió que iba a suicidarse", declaró la mujer, que contó que en un momento de la discusión él se calmó, le dijo que sería incapaz de llevarse a su hija, que solo iban al médico y ella le creyó.

Las evaluaciones médicas del equipo forense de la Corte Superior de Justicia de Cusco no mostraron lesiones en el cuerpo de Cecilia y las pericias psicológicas detectaron un "nivel de conciencia conservado", por lo que Brest es "consciente y plenamente responsable de sus actos".

Brest (abajo, en el centro) en la comunidad indígena donde trabaja
Brest (abajo, en el centro) en la comunidad indígena donde trabaja

"La evaluada conforma una familia disfuncional con inadecuados niveles de comunicación y relación de pareja, se evidencia historia de maltrato psicológico por lo descrito en la entrevista", dice la jueza.

Según la "Ficha de Valoración de Riesgo en Mujeres Víctimas de Violencia de Pareja" Cecilia se encuentra en "riesgo severo".

A pesar de todo eso, Brest fue al hostel donde se hospedaba Gorosito en Lima. Le dejaron ver las cámaras pero, según ella, no se quisieron involucrar. "Andá a saber qué les dijo él. Sabiendo que podía verla cuando quisiera. Fue a propósito. El tiene problemas de adicción y es violento. Tiene denuncias hechas por otras parejas en Bariloche", asegura Cecilia.

Unos turistas que lo habían ayudado a subir mochilas al taxi le contaron a ella que él venía diciendo que iba a Cusco. Así que ella viajó hasta la antigua capital del imperio inca pero no obtuvo rastros.

Allí denunció el hecho ante la Justicia y también ante un canal de televisión local. "Quiero que esté bien, no quiero estar separada de ella. No tengo manera de comunicarme, fui hasta el hospedaje donde estaba, no colaboraron. El no está bien psicológicamente, estoy desesperada como madre", dijo a un noticiero local y le habló a cámara: "Te pido que recapacites, no tenés que seguir lastimándola, ella no tiene nada que ver".

Alma tiene 4 años
Alma tiene 4 años

Walter Gorosito tiene 32 años y es oriundo de Chacabuco, no figura en redes sociales ni en la guía telefónica de la ciudad bonaerense. Y una de las más firmes sospechas de Cecilia es que el hombre esté regresando al pueblo, a la casa de los otros abuelos de Alma.

O quizá ya regresó. De ser así habrá sido por tierra, porque en los aviones no hubo registro del paso de padre e hija. Brest llamó a la casa de los padres de Gorosito pero dice que le cortan. "Para mí lo encubren porque él no tiene dinero para moverse", arriesgó.

Por momentos parece que Brest no da magnitud al hecho que denuncia y en otros su voz suena con una desesperación calma que estremece. "Alma se lleva bien con el papá, pero todo el último tiempo era manipulada, él se ponía violento, lloraba, la ponía en mi contra, le decía que yo la estaba separando de su papá, nunca pudimos llegar a un acuerdo. Ella es muy apegada a mí, nunca estuvimos separadas", se lamenta.

Cecilia está convencida de que la actitud de Gorosito es contra ella y no contra su hija. "Es una manera de hacerme pagar la decisión de separarme", dice entre sollozos, pero sigue su discurso final, con la fortaleza de toda madre: "No tendría que haber confiado, tendría que haber estado presente, me quiero matar, no pensé que iba a hacer una cosa así".

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