La alerta que nadie escuchó: 89 días antes del naufragio el capitán informó sobre fallas y problemas en el ARA San Juan

El 14 de agosto de 2017, el capitán de fragata Pedro Fernández alertó a sus superiores que una válvula no cerraba correctamente y que fallaba el sistema de propulsión. El informe del comandante del buque que hoy puede explicar qué le pasó al submarino

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7 de noviembre maniobras de prueba de evasión de lancha antisubmarina en Ushuaia
7 de noviembre maniobras de prueba de evasión de lancha antisubmarina en Ushuaia

El 14 de Agosto de 2017, es decir 89 días antes de la desaparición del ARA San Juan, el comandante del buque, capitán de fragata Pedro Fernández, alertó a sus superiores sobres las fallas y los problemas que había tenido el submarino en la patrulla anterior desarrollada entre el 1 y el 10 de julio de ese año.

Como ya informó Infobae, al buque de guerra también le había ingresado agua a través del sistema de snorkel ya que, al parecer, la válvula de ventilación ECO 19, que debería haber estado cerrada pero habría tenido un problema técnico, quedó abierta y el agua de mar cayó sobre las baterías, lo mismo que el fatal 15 de noviembre del año pasado.

A un año de la "implosión" del buque, en el juzgado federal de Caleta Olivia, a cargo de la jueza Marta Yáñez, aún tratan de dilucidar si se podría haber evitado la desaparición de los 44 tripulantes y del único submarino en operaciones, si la Armada y el ministerio de Defensa hubiesen tomado las medidas necesarias para solucionar lo que resaltó el oficial en su informe.

Está claro que si las autoridades hubiesen cumplido con las recomendaciones de la empresa alemana constructora del navío, y no se dejaban vencer sus controles en dique seco, los marinos estarían con vida porque según ese manual el ARA San Juan no podría haber estado navegando.

La síntesis apretada del informe del comandante del buque es el siguiente:

* "A partir del quinto día de navegación y al momento de querer propulsar en etapa I para comenzar la exploración en él área de patrulla, falló el sistema de propulsión, entrando recién en el tercer intento. Esta falla se mantuvo en toda la navegación. Se propulsó en Etapa II, semiautomático con mínimas revoluciones. Antes de tomar la enfilación para ingresar al puerto se produjo una falla total del sistema quedando la unidad momentáneamente sin propulsión. Posible falla del interruptor de potencia Q 24″.

Por si no se comprende: los motores no funcionaron ¿Puede el lector imaginar si esto ocurrió el fatal día con un mar embravecido, como indica el parte meteorológico, con olas de hasta 5 metros, con el submarino en superficie o realizando snorkel -tomado aire- y con una válvula abierta, la ECO 19 por la que ingresaba agua?

Fernández también escribió y no le prestaron atención:

*"Durante el sexto día de navegación con el buque en maniobra de snorkel se produjo el ingreso de agua de mar al ventilador de batería de proa (…) La única posibilidad es la falla de estanqueidad en la válvula E 19″. Esto figura en la página 7 del documento secreto y confidencial que ya había publicado este medio.

Es decir, y vale repetirlo, cinco meses antes de la posible falla terminal del buque sucedió exactamente lo mismo que se reportó el 15 de noviembre en la última comunicación. Es muy posible que Fernández haya querido decir que la válvula de ventilación tuvo un problema para cerrase correctamente, algo que nunca se solucionó.

*"A partir del séptimo día de navegación se detectó una disminución en los niveles de aceite en los reservorios del sistema hidráulico, siendo de aproximadamente 50 litros diarios".

Pero esto no es todo. El comandante Fernández solicitó expresamente que se dejara de enviar al submarino y a sus tripulantes a realizar inteligencia sobre los buques pesqueros extranjeros porque era muy peligroso para la integridad de la nave.

*"Por las características diferentes de esta patrulla de control de mar donde el 90% de los contactos realizan pesca de arrastre y aleatoriamente caen en su contrarrumbo, se corre el riesgo de que el submarino en su afán de acercarse quede encerrado y puede enredarse con sus artes de pesca".

Ninguno de sus dos superiores inmediatos, contraalmirante Luis López Mazzeo y el capitán de navío Claudio Villamide, lo escuchó. Al contrario, le ordenaron lo mismo: realizar inteligencia. Esto significaba sacar fotos y filmar a esos pesqueros y a los del sistema de defensa de Gran Bretaña, como informó de manera exclusiva Infobae.

Sumado a todo esto, el ARA San Juan tenía una limitación para sumergirse de apenas 100 metros por la falta de controles en dique seco.

¿Negligencia, imprudencia, corrupción, desidia, inoperancia?