La Justicia Federal de Salta confirmó ayer que los restos encontrados en Oruro, Bolivia, no son compatibles genéticamente con los de María Cash, la joven argentina que desapareció en 2011 cuando viajaba por el norte argentino.
La diseñadora de indumentaria fue vista por última vez en Salta el 8 de julio de 2011 y desde entonces nada se sabe sobre su paradero. Sin embargo, el hallazgo de un cráneo en una ruta cercana a la ciudad de Oruro plantó la posibilidad de que esos restos pudieran pertenecer a la joven.
Dos odontólogos, el salteño Pablo Medina y el entrerriano Oscar Heit, estaban a cargo del estudio de la dentadura del cráneo a partir de las fotografías de la joven. Se sometió al cráneo a una antropometría del mentón y pómulos y se realizaron extracciones de cabello para hacer los análisis correspondientes de ADN.
Finalmente, el fiscal federal Eduardo Villalba confirmó que los restos no corresponden a la joven y que la causa sigue, como hace casi siete años, en foja cero. Sin embargo, trascendió que no fue una sorpresa para el fiscal, porque los datos del entorno de la escena del hallazgo no indicaban que pudiera tratarse de la joven.
A pesar de que el abogado salteño de la familia, Pedro García Castiella, había indicado que existían "altas probabilidades" de que los restos fueran de la joven, la madre, María del Carmen, les bajó el tono a las declaraciones y se mostró menos esperanzada: "No creo que sea mi hija".
María Cash se tomó un micro desde Retiro a Jujuy el 4 de julio de 2011. Esa fue la última vez que la vio su familia. Cuatro días después, las cámaras de seguridad del ex peaje de Aunor, en el acceso a la ciudad de Salta, tomó las últimas imágenes de la joven con vida. En 2014, su padre Federico Cash falleció en un accidente automovilístico cuando viajaba a Jujuy para encontrarse con individuos que aseguraban haber visto a su hija.
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