
En los reportes diarios que brindó el Ministerio de Salud desde el inicio de la pandemia en la Argentina, la tasa de positividad se posicionó como un termómetro de la transmisión del COVID-19 en la población nacional. Un reciente estudio realizado por científicos argentinos de todo el país dejó en evidencia que existió subregistro. Es decir que hubo más contagios que los casos reportados. En ese punto, señalaron que en los menores de 15 años, por cada infección confirmada otras 33 no se diagnosticaron.
“Estos hallazgos demuestran la tasa altamente significativa de infradiagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 e indican que el papel que juegan los menores en la transmisión de la infección también podría ser importante”, advirtieron los expertos. Al tiempo que resaltaron que, “como factor de riesgo adicional para adquirir la infección, encontramos que no haber concluido la educación primaria, ser trabajador informal y compartir vivienda con más de cinco habitantes, son condiciones que elevan el riesgo de infección”.
De qué se trató el estudio que evidenció que hubo más casos que los reportados
Realizado por Daniel Schonfeld, del Centro Diagnostico San Jorge (Puerto Madryn, Chubut); Hugo Fernández, Sergio Arias y Magali Wettstein, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Dr. Emilio Coni” (Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán”, Santa Fe); Julio Ramírez, de School of Medicine Louisville, (Kentucky, EEUU); Denisse Acosta y Vilma Rodríguez Calvo, del Hospital de Puerto Madryn (Chubut); Julián Becerra, Marcelo Vaccaro y Roberto Neme, de la Subsecretaria de Atención Primaria (Puerto Madryn, Chubut); Teresa Strella, de Epidemiologia del Ministerio de Salud (Rawson, Chubut); y Daniel Pérez-Chada, de la Universidad Austral, Hospital Universitario Austral, medicina pulmonar (Pilar, Argentina), este estudio logró poner en cifras aquello que se estimaba.

El estudio se desarrolló en la ciudad de Puerto Madryn, entre el 3 de marzo y el 17 de abril de 2021, y consistió en un “análisis transversal, sero-epidemiológico y de base poblacional”. Para poder determinar cuál fue la tasa de subregistro, es decir cuántos de los infectados no se notificaron en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), los científicos analizaron a 987 personas, las cuales fueron divididas en 4 grupos etarios: de 0 a 14 años (1), 15 a 39 (2), 40 a 64 (3) y 65 o más (4).
Para conocer si estas personas se infectaron, se les tomó una muestra de sangre por punción de la yema del dedo. Al tiempo que para tomar conocimiento de la demografía, el nivel socioeconómico, el nivel de educación, las comorbilidades y síntomas sugestivos de COVID-19 se les realizó un cuestionario.
La población analizada estuvo compuesta por un 63,5% de mujeres, mientras que la edad media fue de 34,5 años. Asimismo, señalaron que, mediante las encuestas, lograron detectar “convivencia con 3 o más personas en el 67,3% de la muestra. Casi 1 de cada 4 personas incluidas en el estudio tenía 5 o más convivientes (23,5%), mientras que el 40,0% de los casos estudiados vivía en una casa de dos habitaciones, y el 13,6% reportaba una sola habitación en el hogar”.

“Combinando estas variables, encontramos que el 4,3% de las personas encuestadas vivían en condiciones críticas de hacinamiento (más de 3 personas por habitación), y casi el 70% no estaban hacinados (2 personas por habitación)”, advirtieron en el estudio.
Más contagios que los registrados
Según los científicos, este estudio reveló una “tasa de seroprevalencia del 39,2% en la población general”, siendo que “a la fecha de cierre de nuestro estudio, solo el 9,3% de la población tenía diagnóstico confirmado”. Esto se traduce en que por cada contagio reportado, otros tres no fueron diagnosticados.
Mientras tanto, en los menores de 15 años esta cifra fue extremadamente superior, ya que “la positividad fue del 47,1%”, siendo que solo “el 1,4% fueron reportados”. Es decir que, por cada caso de COVID-19 confirmado, otros 33 no fueron diagnosticados. “Estos hallazgos demuestran una tasa altamente significativa de subdiagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 e indican que el papel que juegan los menores en la transmisión de la infección”, aseguraron los científicos argentinos. Ante estos números alarmantes, los expertos advirtieron que las diferencias con otros estudios podrían estar basadas en las metodologías aplicadas o en los momentos de la pandemia.

“Un hallazgo importante de nuestro estudio es que la mayor seropositividad se encontró en el grupo de menores de 15 años (47,1%)”, resaltan los expertos. Al tiempo que destacan que, en este grupo etario, encontraron que “cuatro de cada cinco casos positivos no tenían diagnóstico previo, a pesar de que más del 60% había presentado al menos un síntoma de la enfermedad”. “Este hallazgo indica que debemos aumentar nuestras habilidades clínicas para detectar la infección en este grupo etario a fin de disminuir el riesgo potencial de transmisión”.
En palabras de los científicos nacionales, el predominio de la infección en este grupo etario puede deberse a que, “al ser un grupo con baja morbimortalidad, la búsqueda de seroprevalencia no se realiza de manera regular. Sin embargo, puede ser una factor de transmisión no identificable en el hogar o en la escuela”. Vale aclarar que al momento de realizar este análisis, la vacuna contra el COVID aún no estaba avalada para ellos.
Por otro lado, los expertos resaltaron como factor de riesgo adicional para adquirir la infección otros aspectos sociales. “Encontramos que no haber concluido la educación primaria, ser trabajador informal y compartir vivienda con más de cinco habitantes, son condiciones que elevan el riesgo de infección”, afirmaron. Por lo que destacaron que “el riesgo de infección aumenta con la cantidad de personas que viven en una casa”. “Vivir con niños podría ser un riesgo de propagación de COVID-19″, resaltaron. Aunque aclararon que, debido a la aparición de variantes, estos datos expresados “podrían quedar obsoletos con la evolución de la pandemia”.

Cuáles fueron los síntomas comunes o más notificados
Párrafo aparte son los síntomas reportados por los afectados que no fueron registrados o diagnosticados. En este punto, los científicos argentinos señalaron que “la anosmia (69,1 %) y la disgeusia (69,4 %) fueron los síntomas más frecuentes entre los casos reactivos”, es decir en los positivos. En tercer lugar se ubicó la fiebre con el 60,3% y los síntomas gastrointestinales se ubicaron en el 15%.
De los casos positivos, “el 30,7% informó estar asintomático durante el período de estudio”, aunque entre los síntomas “más frecuentes en más del 30% de los casos”, los expertos enumeraron: la fatiga (53,2%), el dolor muscular, la congestión nasal (53,1%), el dolor de garganta (49,6%) y la anosmia. Es decir que “uno o más síntomas relacionados con la infección por COVID-19 fueron reportados por el 59,2% de las personas encuestadas”.
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