¿Es desmedido el contagio por coronavirus en la Argentina?

Desde marzo, desde la visión de la psicóloga Solana Ini, se ha generado la fantasía de que toda persona, por más saludable que se vea, es una posible amenaza que puede transmitir virus

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¿Es elevado el número de casos COVID-19 positivos que se informa todos los días en Argentina? (AFP)
¿Es elevado el número de casos COVID-19 positivos que se informa todos los días en Argentina? (AFP)

Liliana, madre de dos niños, relata: “tomamos los recaudos por precaución ya que a mi criterio no hay información clara sobre la transmisión del virus; sólo pedimos comida que se pueda calentar antes de consumir”. Carola, madre de tres niñas, confiesa, “los primeros veinte días estaba con pesadillas, respiraba aliviada cada mañana si me levantaba sin síntomas. Ahora, por momentos, siento miedo cuando voy al supermercado, si estoy mucho tiempo en la fila me agarra taquicardia, tengo miedo de contagiarme”.

La cantidad de mensajes contradictorios que han circulado, parece haber dejado a algunas personas en un estado de confusión, incertidumbre y miedo exagerado.

Según los datos del último Boletín Epidemiológico de Argentina, en el acumulado de enero a fines de junio, del total de personas que han tenido síntomas de infecciones respiratorias, sólo 2 de cada 10 han tenido COVID y 8 han padecido alguna otra infección respiratoria. Sin embargo, desde el 3 de marzo, mucha gente teme de modo desmedido al contagio; como si el 100% de la población fuese portadora del nuevo coronavirus.

En los últimos seis meses y según datos del Ministerio de Salud de la Nación, sólo 2 de cada 10 han tenido COVID y 8 han padecido alguna otra infección respiratoria (Maximiliano Luna)
En los últimos seis meses y según datos del Ministerio de Salud de la Nación, sólo 2 de cada 10 han tenido COVID y 8 han padecido alguna otra infección respiratoria (Maximiliano Luna)

¿Es peligroso cruzarse con una persona saludable?

Según la Organización Panamericana de la Salud, “si bien hay personas que pueden transmitir el virus de la COVID-19 en las 24 o 48 horas anteriores a la aparición de síntomas, no parece que se trate de un importante factor de transmisión”. Esto significa que el contagio por parte de personas pre-sintomáticas es poco frecuente.

En la misma línea, la Organización Mundial de la Salud asegura que “los datos recopilados a partir de los informes de rastreo de contactos por los Estados Miembros indican que es mucho menos probable que las personas con infección asintomática transmitan el virus en comparación con las que presentan síntomas”.

Un estudio publicado por la US National Library of Medicine, evaluó el poder de contagiosidad de un portador asintomático entre 455 contactos. “Los 455 contactos fueron excluidos de la infección por SARS-CoV-2; la infectividad de algunos portadores asintomáticos de SARS-CoV-2 podría ser débil”. “El resultado de este estudio puede aliviar partes de la preocupación pública sobre las personas infectadas asintomáticas”.

Según la OMS “la principal forma de propagación de la COVID-19 es a través de las gotículas respiratorias expelidas por alguien que tose o que tiene otros síntomas como fiebre o cansancio”.

Según la Universidad Johns Hopkins, Argentina presenta 191.302 casos confirmados por COVID-19 (Foto: Franco Fafasuli)
Según la Universidad Johns Hopkins, Argentina presenta 191.302 casos confirmados por COVID-19 (Foto: Franco Fafasuli)

¿Es elevado el incremento de casos COVID-19 en la Argentina?

Entre la semana 21 hubo un promedio de 1.116 casos nuevos por día de Neumonía + Enfermedad tipo Influenza y 1.432 casos nuevos por día de COVID. Sin embargo, dentro de los casos de COVID se estima que hay un 30% de personas sin síntomas. Como no hay registro de los asintomáticos del resto de los virus, correspondería -para obtener una comparación equitativa- restar ese porcentaje. Descontando los asintomáticos, los casos nuevos de COVID diarios promedios de esa semana darían un estimado de 981.

Con lo cual, no se observan variaciones significativas en el número de incremento diario de casos durante la semana del 13 al 20 de junio entre la nueva enfermedad y el grupo de las ya existentes (ETI + Neumonía que son causadas por distintos microorganismos).

En 2019, durante la semana 21, sin aislamiento, hubo un promedio diario de 5780 nuevos casos de Neumonía y Enfermedad tipo Influenza. Es importante tener en cuenta, que durante el año pasado la notificación de casos era inferior ya que no había una campaña que fomentara la consulta ante síntomas leves.

Los Bosques de Palermo concentran una gran cantidad de personas durante los fines de semana, entre grandes y niños (Thomas Khazky)
Los Bosques de Palermo concentran una gran cantidad de personas durante los fines de semana, entre grandes y niños (Thomas Khazky)

El temor desmedido al contagio

Según explicó a Infobae Marta Gaglia, profesora de Biología molecular y Microbiología “normalmente, los investigadores determinan las características de un virus a partir de una combinación de estudios experimentales altamente controlados en modelos animales y observaciones epidemiológicas de pacientes. Pero dado que el SARS-CoV-2 es un virus nuevo, la comunidad de investigadores apenas comienza a realizar experimentos controlados. Por lo tanto, toda la información que tenemos proviene de la observación de pacientes que estaban infectados de diferentes maneras, tienen diferentes condiciones de salud subyacentes y son de diferentes edades y ambos sexos. Esta diversidad hace que sea difícil sacar conclusiones firmes que se apliquen a todos a partir de solo datos de observación.

La muestra poblacional donde se realizan las observaciones, arrojará resultados erróneos si no es heterogénea y representativa del total población. Por ejemplo, si se desea indagar cuántas personas obesas hay en un país, hay dos aspectos que van a influir en los resultados: qué se entiende por obesidad y en dónde se realiza la medición. Si bajo la definición de obesidad se incluye a quienes tienen 4 kilos de más y además, se va a medir a los consultorios de los dietólogos, se obtendrá una cifra elevada. Por otro lado, si se compara esa cifra con la de un período anterior donde se definía como obesa a una persona cuyo peso corporal era superior a 15 kilos, se percibirá un incremento del número de casos producto de este cambio de medición.

Para evaluar el grado de contagiosidad de esta enfermedad ocurrió algo parecido. La definición de caso se amplificó (incluyendo a personas con infección de las vías aéreas superiores y a asintomáticos). Por otro lado, las primeras observaciones provinieron básicamente de Italia donde el contagio masivo ocurrió principalmente en personas mayores, en geriátricos y los decesos ocurrieron en un 99% de personas con enfermedades subyacentes. Todos estos factores podrían haber provocado una sobreestimación tanto de la contagiosidad como de la letalidad del virus. Esta sobreestimación pudo haber originado un temor desmedido.

La nueva normalidad en el microcentro porteño (Erica Canepa/Bloomberg)
La nueva normalidad en el microcentro porteño (Erica Canepa/Bloomberg)

Según la OMS, en Italia un 6% de la población posee enfermedades respiratorias crónicas. Además, advierten por ejemplo que la exposición al amianto provoca fibrosis pulmonar (asbestosis) y mesotelioma.

Las infecciones en pulmones son más frecuentes en invierno y en presencia de factores como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), al igual que otros problemas crónicos como diabetes o asma.

Con lo cual se ha confundido probablemente en marzo, -ante el shock causado por la catarata de noticias apocalípticas-, el poder letal del virus con el delicado estado de salud de la población longeva de Italia.

El rumor que se popularizó en marzo acerca de que los niños “asintomáticos” habían sido los responsables de contagiar a sus abuelos en Italia, fue descartado con la información adquirida. Según la Organización Panamericana de la Salud, “para COVID-19, los primeros datos indican que los niños se ven menos afectados que los adultos y que las tasas de ataque clínicas del grupo de edad de 0 a 19 años son bajas. Otros datos preliminares de estudios sobre la transmisión en el hogar realizados en China sugieren que los niños se infectan de los adultos, más que al revés”.

La polémica respecto a los contagios y los niños suma un nuevo capítulo (EFE/Carlos Ortega)
La polémica respecto a los contagios y los niños suma un nuevo capítulo (EFE/Carlos Ortega)

COVID vs VSR

Dentro de los virus respiratorios que ya circulaban en nuestro país se encuentra el VSR. Según la Asociación Española de Pediatría “El VRS (virus sincicial respiratorio) es un virus altamente contagioso, que puede sobrevivir hasta 7 horas en superficies no porosas”. Es responsable de la bronquiolitis en niños pequeños y de neumonías en personas mayores.

Si se observa el Boletín Epidemiológico de 2019, los grupos más afectados por el virus sincicial respiratorio habían sido los menores de 3 años y las personas mayores. Esto da a pensar que, tanto los pequeños (que aún no pueden contener la saliva y se llevan manos y objetos a la boca), como los grupos de edad avanzada (que tienen un sistema inmune más débil), son los que más se contagian. Respecto al COVID, la OMS destacó que más de la mitad de las muertes registradas en Europa eran personas que vivían en residencias para mayores”. Uno de los hábitos de comportamiento más frecuentes de las personas mayores que residen en geriátricos es que no salen de allí (no circulan), utilizan espacios comunes y cerrados durante la mayor parte del día y conviven extensas horas en grupos.

Según la Asociación Española de Pediatría, “en los niños mayores y en los adultos la infección por (virus sincicial respiratorio) puede ser asintomática o manifestarse simplemente como un resfriado común. Sin embargo, en los pacientes inmunocomprometidos de cualquier edad la infección puede revestir suma gravedad”.

El VSR y el COVID tienen en común que pueden ser detectados en infecciones respiratorias agudas y en portadores asintomáticos. Pero, a diferencia del COVID (que no afecta a niños), el VSR se estima que causa la bronquiolitis y las muertes de 500 niños pequeños en nuestro país anualmente.

El VSR y el COVID tienen en común que pueden ser detectados en infecciones respiratorias agudas y en portadores asintomáticos (Shutterstock)
El VSR y el COVID tienen en común que pueden ser detectados en infecciones respiratorias agudas y en portadores asintomáticos (Shutterstock)

Las epidemias

Ver un incremento de casos de infecciones respiratorias desde el inicio de otoño hasta fines de primavera en hemisferio norte y en hemisferio sur no sería algo novedoso para los epidemiólogos. Además, durante la primavera es común que las personas desarrollen estados alérgicos. Según la bioquímica doctora Roxana Bruno, “en todas las personas que padecen afecciones de las vías respiratorias, como procesos alérgicos, rinitis, sinusitis, asma, EPOC, fibrosis quística, los fumadores y los que viven en ciudades con alto grado de polución aérea, el sistema inmune de las mucosas está exigido, y por lo tanto, estos pacientes tienen mayor susceptibilidad de sufrir resfríos por coronavirus y afecciones por los otros virus respiratorios, porque ya hay una inflamación crónica en las mucosas, con lo cual, su barrera natural se encuentra vulnerable”.

Respecto a los denominados “brotes” o re-brotes que son noticia últimamente, el doctor Alberto Curci, explica que “todos los años, tanto en escuelas como en geriátricos, hay un alto aumento de infecciones respiratorias, (se enferma un niño y a la semana se enferman cinco más, hasta contagiarse todo el curso), sin embargo, este fenómeno no pertenecía al mundo de las noticias ni era denominado “brote”.

Muchos fenómenos que sólo conocían los médicos, al ser notificados por primera vez a la población general, pueden causar una percepción distorsionada.

Es recomendable quedarse en casa y respetar lo que ordenen las autoridades de cada país, pero no es necesario experimentar pánico.

(*) La autora es licenciada en Psicología, ex directora de Proyectos de Nielsen Company, productora y redactora de contenidos. Colaboración/supervisión: médico especialista en Gestión de Salud, Dr. Alberto Curci.

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