Qué producen las drogas en el cuerpo cuando ya pasó el efecto

ESTIMULANTES

Los estimulantes, al ingresar al cuerpo -inyectados, inhalados o bebidos- se absorben en el estómago, van al torrente sanguíneo y llegan al cerebro. Como principal efecto aumentan la actividad cerebral poniendo a la persona alerta, con profusión de ideas y la hacen más sociable. Van al corazón y las arterias y aumentan la frecuencia cardíaca.

También dilatan los pulmones y toda la parte respiratoria, provocando el ingreso de una gran cantidad de aire, que da una sensación de placer. Por otro lado, también exacerban el deseo sexual. Los efectos de la cocaína sobre el sistema nervioso central son explicados por el aumento de dopamina y serotonina en el sistema límbico, la parte del cerebro que regula los instintos sexuales, el hambre, la memoria y las emociones. De igual forma, el resto de los efectos se explican por el aumento de noradrenalina: midriasis -la dilatación anormal de la pupila con inmovilidad del iris-, hipertensión arterial, taquicardia, arritmias, hipertermia, temblor, convulsiones y sudoración.

El éxtasis, por su parte, atraviesa con facilidad la barrera hematoencefálica -una barrera que, de todas formas, es bien difícil de sobrepasar-, y afecta directamente al hígado. Sin embargo, una parte se excreta a través de la orina, sin metabolizar.

Anfetaminas:

Se trata de una droga sintética muy fuerte con efecto estimulante y altamente adictiva usada para fines médicos pero comercializada también ilegalmente. Debido a que son estimulantes, estas pastillas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial pudiendo dañar la salud cardíaca permanentemente.

Las anfetaminas están en la orina de uno a tres días, aproximadamente 12 horas en la sangre y hasta 90 días en el pelo

Cocaína:

La cocaína es un alcaloide estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro, los riñones, el corazón y el hígado. Tiene efectos de euforia, energía y de ampliación de sensaciones visuales y auditivas. Puede disminuir el apetito y la necesidad de dormir, perjudicando a largo plazo la salud del consumidor.

Los indicios de esta sustancia en la orina persisten de tres a cuatro días, de uno a dos en la sangre y hasta 90 días en el pelo.

Éxtasis:

El éxtasis (también llamado MDMA) es una sustancia con efecto estimulante y de euforia pero a largo plazo produce ansiedad, agitación y comportamiento imprudente.

El éxtasis permanece de tres a cuatro días en la orina, de uno a dos en la sangre y hasta 90 días en el pelo.

Metanfetaminas:

Al igual que la anfetamina, la metanfetamina aumenta la actividad y el habla, disminuye el apetito y produce una sensación general de bienestar. Sin embargo, la metanfetamina difiere de la anfetamina ya que en dosis similares, son mayores los niveles de metanfetamina que entran al cerebro, convirtiéndola en una droga estimulante más poderosa con efectos más duraderos y dañinos sobre el sistema nervioso central.

Los rastros de esta droga en la orina permanecen de tres a seis días, de 24 a 36 horas en la sangre y hasta tres meses en el pelo.

ALUCINÓGENAS

El problemas de las sustancias alucinógenas, sobre todo las más fuertes, es que mientras dura el efecto y después de finalizado, sus peores consecuencias pueden impactar en la mente. El LSD, particularmente, actúa casi de manera exclusiva en el cerebro cambiando la percepción de la realidad. Puede incluso llegar a producir algo que se llama la despersonalización del individuo, es decir, cuando la persona ya no se sabe qué es realidad y qué es ficción.

En cuanto al cannabis, sus efectos pueden ser divididos en dos grandes grupos: los que actúan sobre la psiquis y otros que actúan sobre los órganos del cuerpo. Al ser consumido mayormente en forma de cigarrillos, su absorción es rápida. Además de los efectos sobre el sistema nervioso, se puede observar una elevación de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, mientras que la temperatura corporal desciende. El THC -su principal componente psicoactivo- es apenas soluble en agua y una vez absorbido es distribuido a órganos y tejidos, especialmente los que tienen concentraciones significativas de materia grasa, penetrando rápidamente en el cerebro y cruzando la barrera hematoencefálica y fetoplacentaria.

El THC puede persistir en el cuerpo durante mucho tiempo y la acumulación puede prolongar e intensificar los efectos con consumos repetidos, provocando a veces un efecto no deseado. El THC afecta al funcionamiento del sistema nervios, el aparato cardiovascular, aparato respiratorio, sistema inmune y sistema reproductor así al aumentar los sentidos y alterar la percepción del tiempo. Al mismo tiempo que da una sensación aumentada de bienestar, cierta euforia, relajación y alivio de la ansiedad, en el sistema cardiovascular, produce un aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial.

En el campo fisiológico se puede producir vasodilatación de los vasos corneales y conjuntivales, lo que transforma a los ojos rojos y puede producir aumento de apetito y boca seca, con ocasionales crisis de mareo y náuseas. En el aparato respiratorio, como con cualquier cosa que se fume, es perjudicial. Además, en el sistema inmune, los consumidores crónicos presentan cierto grado de inmunosupresión, haciéndose más susceptibles a infecciones o enfermedades.

Cannabis:

La marihuana es un psicotrópico obtenido de la planta Cannabis sativa que se consume con efectos recreativos y medicinales. Es una de las sustancias ilegales más consumidas en todo el mundo con efectos tranquilizantes, de relajación y de amplificación de los sentidos aunque puede aumentar la euforia y causar paranoia.

El THC (tetrahidrocannabinol), responsable de los efectos, permanece en la orina de siete días a un mes, casi dos semanas en al sangre y hasta 90 días en el pelo.

LSD:

El ácido lisérgico es una sustancia semi-sintética alucinógena que aunque no produce adicción es altamente tóxica. Las alucinaciones pueden durar hasta 13 horas y traer problemas psicológicos a largo plazo, además del riesgo de inflingirse alguna herida durante los efectos.

Al ser tomado, el LSD va al estómago y por la sangre sube al cerebro. Ahí principalmente actúa sobre una hormona neurotransmisora que se denomina dopamina y ataca al pensamiento visual y la sensación de riesgo. Es una droga de enorme potencia y poder alucinógeno, se absorbe en 60 minutos, manteniéndose en sus niveles máximos durante 3 horas. Se distribuye rápida y eficazmente y es metabolizada en el hígado antes de ser eliminada, por lo que también puede producir riesgos hepáticos.

La primer fase de efectos, la somática o física, ocurre tras la absorción de la droga y consiste en la estimulación del Sistema Nervioso Central y cambios en el Sistema Nervioso Autónomo predominantemente de acción simpaticomimética (hipertermia, midriasis, taquicardia, hipertensión, hiperglucemia, vértigo, estupor y náuseas). La fase sensorial o perceptiva se caracteriza por distorsiones sensoriales y pseudoalucinaciones y es el efecto buscado por los consumidores. Pero la fase psíquica, que representa el máximo efecto de la droga, consiste en cambios de humor, desorganización del proceso de pensamiento, percepción alterada del tiempo, despersonalización, alucinaciones y episodios sicóticos.

En la orina permanece de uno a tres días, en la sangre de dos a tres horas y en el pelo hasta tres días.

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