Manuel Garrido, ex fiscal anticorrupción: “Hay un montón de pillos que se esconden detrás del lawfare”

A horas de una posible condena a la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa de la obra pública, Infobae habló con el abogado que se animó a investigar a todos los gobiernos

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Justicia Abierta. Entrevista al ex fiscal anticorrupción Manuel Garrido

Manuel Garrido es abogado, profesor universitario, Presidente y Director Ejecutivo de Innocence Project Argentina, una ONG que busca liberar a inocentes condenados por error o por corrupción. Fue diputado nacional, Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas y jefe de la Oficina Anticorrupción, desde donde denunció e investigó al menemismo, a la Alianza y al kirchnerismo en casos resonantes como los sobresueldos, las coimas del Senado, Skanska y el presunto enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner. En 2009 renunció a la fiscalía especializada denunciando que el Procurador General, Esteban Righi, le había recortado sus funciones.

- Manuel Garrido, ¿quién sos?

- Como dice alguna de mis redes sociales, soy un abogado de las causas perdidas.

- ¿Qué quiere decir eso?

-Tanto cuando trabajaba como acusador de casos de corrupción (que en la Argentina difícilmente llegan a obtener un resultado favorable desde el lado de la condena) como ahora que defiendo personas inocentes condenadas por error… Sí, hago eso.

-¿Y no te frustra saber que son causas perdidas?

-Me frustra ver las falencias que tienen los sistemas judiciales.

-Y en relación con la corrupción, ¿sentís que cambió algo desde aquellos tiempos a ahora?

-Está cuestionado que la corrupción es un tema que lesiona la democracia.

-No está bien visto luchar contra la corrupción.

-Han logrado, de alguna manera, descalificar la necesidad de combatir la corrupción. Hoy en día parece que luchar contra la corrupción es un mandato derivado del Consenso de Washington, que es parte solo de la lucha política contra el enemigo, contra el adversario.

-¿Qué es de derecha luchar contra la corrupción?

-Que es de derecha porque viene del Consenso de Washington…

-¿Es de derecha luchar contra la corrupción?

-Mirá, yo creo que no. Sí creo que grupos de derecha utilizaron el tema de la lucha contra la corrupción para capitalizar determinadas situaciones y cuestionar o limar algunos gobiernos democráticos de signos políticos distintos.

-¿Pensás que hubo persecución política? ¿Se usó la corrupción para perseguir a adversarios políticos? ¿Existe el lawfare?

-Sí, existe el lawfare, claro. Se utilizó la Justicia. Hubo una judicialización de la política y se utilizó en muchas ocasiones. También creo que hay un montón de pillos, corruptos, delincuentes que se esconden detrás de la etiqueta del lawfare para, de alguna manera, cuestionar investigaciones que son reales y para tapar hechos de corrupción que son reales. Al haberse deslegitimado la credibilidad en el funcionamiento del Poder Judicial, entonces no queda claro cuándo es lawfare y cuándo realmente hay un hecho de corrupción real. Y eso me parece que es un problema porque ese discurso deslegitimador, que está basado en casos reales de lawfare, de abusos y violaciones de derechos de los acusados…

-Pero violaciones de derechos de los acusados hay todos los días en la Argentina en infinidad de causas penales. Vos lo sabés muy bien por tu defensa de inocentes. Entonces, ¿por qué a eso no lo llamamos lawfare?

-Porque el lawfare de alguna manera se asocia con una utilización política. Pero te quiero decir que me indigna mucho lo que hace la política, que solo ve las causas judiciales o los problemas judiciales cuando afectan a las personas que están involucradas en la política. Veo a los abogados de los ricos y poderosos y de los políticos poderosos quejándose de las formalidades del procedimiento, quejándose de la restricción de la libertad anticipada, de las demoras de la Justicia.

Y yo me la paso litigando casos de personas que les rechazaron de manera absolutamente arbitraria sus recursos, que los condenaron sin pruebas, que hace 17 años están presos siendo inocentes. Y la verdad que me indigna cuando la política solo mira su ombligo.

Momento épico

-¿Cuál dirías que fue tu momento épico, tu mejor gol?

-Por ahí tengo algunos golcitos más que un gol. El trabajo en la Oficina Anticorrupción. Creo que por lo menos yo lo valoro personalmente como una muestra de que se puede investigar corrupción de manera independiente, no ser tibio, no esconderse, ni ir para atrás.

-Investigaste a todos.

-Sí, sí.

-¿La gente te lo reconoce?

-(Se ríe) No, no. No sé, por ahí alguno que me siga.

-Pero te quedás con eso.

-Mirá, uno lo hace porque le gusta hacer eso y porque tiene un compromiso, no porque está esperando la palmadita en la espalda.

La pregunta inconstitucional

-¿Te fue mal en política?

-Sí, me fue muy mal (risas). Y sí porque la fuerza política de la que yo participé como legislador decidió un camino con el que yo no estuve de acuerdo y terminé yéndome. Y, además, también siendo candidato de otra fuerza política que mantenía esa propuesta y a la que le fue pésimo. O sea, el pueblo decidió que yo no era bueno para la política porque votó otra cosa. Y bueno, me parece que son las reglas de juego.

-¿Te ofrecieron algún cargo desde el kirchnerismo en estos años?

-(Se ríe) No. No, no.

-Después de tu paso por la Oficina Anticorrupción, ¿no te quieren ni ver, decís?

-Y bueno, es lógico, ¿no? También por la manera cruenta en la que yo me fui de la función de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.

-¿Y qué sentiste después? Vos te vas porque Righi te recorta tus poderes en la PIA para investigar la corrupción y después se termina yendo cuando Amado Boudou lo presiona públicamente en una conferencia de prensa en el marco de la causa Ciccone.

Garrido denunció e investigó al menemismo, a la Alianza y al kirchnerismo en casos resonantes como los sobresueldos, las coimas del Senado, Skanska y el presunto enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner
Garrido denunció e investigó al menemismo, a la Alianza y al kirchnerismo en casos resonantes como los sobresueldos, las coimas del Senado, Skanska y el presunto enriquecimiento ilícito de Néstor y Cristina Kirchner

-Todos tenemos un límite de aguante de cosas. Seguramente llegaron a su límite. Y él se fue de una manera muy acorde con un perfil político. Una renuncia muy, muy medida.

-No como la tuya.

-No como la mía.

-La tuya fue ruidosa.

-Sí, sí, tal cual.

infobae

La reforma

-¿Qué hay que hacer con la Oficina Anticorrupción? ¿Cerrarla?

-Yo sé que vos la querés cerrar.

-Sí, yo la cerraría. ¿Vos qué querés hacer?

-Mirá, nosotros en realidad cuando estábamos en la oficina ya proponíamos que se le diera más independencia. El problema ahora es que después de Laura Alonso, de la catástrofe de Laura Alonso y de la catástrofe de Félix Crous, es muy difícil volver a poner en valor un órgano que tiene que ser creíble.

-¿Laura Alonso y Félix Crous fueron una catástrofe para la oficina?

-Son claramente militantes partidarios que hacen un trabajo partidario.

-¿Entonces hay que cerrarla?

-El problema es que si vos la cerrás no tenés ningún órgano.

-Y si igual no tenés ningún órgano.

-Bueno, pero por eso: si vos cerrás la Oficina, tenés que crear otra cosa.

El temazo

-¿Qué va a pasar con la causa de la obra pública? La causa Vialidad. ¿La van a condenar, no la van a condenar?

-Y puede ser que la condenen porque si llegaron a esa instancia… Ese contacto, que por lo menos es dudoso. El contacto de los jueces con ciertos representantes de otros partidos políticos…

-Lo del fútbol en la quinta Los Abrojos.

-Y es bastante difícil de justificar.

-Pero eso pasa todos los días en el Poder Judicial.

-Que jueguen al fútbol los jueces y los fiscales sí, pero ¿justo en la quinta de Macri? ¿No había otro lugar para ir a jugar?

-Más allá de la discusión sobre la recusación y los jueces, ¿cómo ves el caso en cuanto a la corrupción en la obra pública?

-Yo creo que la corrupción en la obra pública…

-¿Existió?

-Vos lo sabés mejor que yo. Claro que existió corrupción en la obra pública. Lo que veo más dudoso es cómo responsabilizar a la Presidenta de la Nación sobre esos hechos de obra pública. Pero creo que la imputación va más allá. Dice que ella estaba al tanto y que digitó todo. Eso dice la acusación: que la Presidenta digitó todo poniendo a determinados funcionarios para que hubiera corrupción en la obra pública.

-¿Y vos creés que eso no fue así o es difícil probarlo?

-No sé si estará probado. Esa sería la cuestión acá, si está probado o no está probado. Porque es un juicio penal.

-¿Es difícil probar una asociación ilícita?

-Y sí, sí, claro que es difícil, sobre todo este tipo de asociación ilícita. Porque si vos te estás basando en indicios en los cuales el indicio es la designación en un cargo público y vínculos de amistad entre funcionarios públicos… entonces parece no suficiente.

-¿Pero te parece que solo son indicios? ¿Toda la información que hay en cuanto a cómo se asignaba esa obra pública, la concentración de la obra pública en Santa Cruz, que ganaba fulanito, que fulanito tenía relaciones comerciales a través de Hotesur y Los Sauces…?

-Eso prueba que hubo hechos de corrupción. Lo que no sé es si eso te alcanza para probar que la Presidenta digitaba todo esto.

-¿Y qué, lo hacían al margen de ella? ¿Lázaro Báez tenía negocios con ella y hacían cosas que la beneficiaban sin que ella lo supiera? ¿Todos lo demás operaban para beneficiarla, pero ella no digitaba eso?

-No, bueno, habría que ver si están probados esos beneficios. No sé si es suficiente el peso de la prueba que hay para alcanzar la prueba necesaria para un juicio penal.

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