Cristina Kirchner busca saber quién organizó y financió el intento de asesinato en su contra

La jueza Capuchetti ya ordenó levantar el secreto bancario de los implicados y esclarecer de qué vivía el grupo que está acusado de haber querido matar a Cristina Kirchner. La vicepresidenta hará su primer pedido en el expediente esta semana

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Cristina Kirchner, al salir de su casa al día siguiente del ataque (foto Gustavo Gavotti)
Cristina Kirchner, al salir de su casa al día siguiente del ataque (foto Gustavo Gavotti)

A más de dos semanas del ataque contra la vicepresidenta que buscaba asesinarla, la Justicia tiene a cuatro detenidos y una gran incógnita: quiénes más estuvieron detrás de la organización para matar a Cristina Kirchner. De eso se tratará la primera irrupción en el rumbo de la causa que hará la querella. A través de su abogado, Juan Manuel Ubeira, la vicepresidenta reclamará una serie de medidas de prueba con el fin de profundizar las respuestas sobre quién financió el atentado. “Esto es una organización primaria que debe tener algún tipo de conducción superior”, sostiene el abogado que representa a CFK. “Si hay una mano detrás de esto, queremos saber cuál es la mano que guía a esa mano”, agrega.

La jugada se plasmará en los primeros días de esta semana en una presentación ante la jueza María Eugenia Capuchetti. La querella cree que aquí hubo una asociación ilícita que llevó adelante distintas acciones previas antes de concretar el ataque contra la vicepresidenta. Y aunque en principio Nicolás Gabriel Carrizo, el autodenominado jefe de los copitos, aparezca en esta instancia como un posible organizador del atentado, la sospecha es que acá hay más hilo que tirar.

La posible vinculación de la agrupación Revolución Federal, que ya fue denunciada en el expediente por la propia AFI esta semana, es otra de las puntas que la querella quiere profundizar. Brenda Uliarte, acusada junto a su novio de haber atentado contra la vida de Cristina Kirchner, escribió en sus redes sociales que había participado de una protesta realizada frente a Casa Rosada el 18 de agosto pasado. Después lo borró. el mensaje decía: “#18 a presente. Fui a la marcha, faltan más personas, tenemos que ser muchos gritando para que nos escuchen”.

Posteo de Brenda Uliarte
Posteo de Brenda Uliarte

En su página de Facebook, el 19 de agosto, la agrupación posteó: “Dudaron de nosotros? Siganse riendo Kumpas. Esto fue ayer #18A en Casa Rosada. Los vamos a perseguir, van a tener miedo de salir a la calle. El robo y la corrupción en Argentina va a dejar de ser gratis, por las buenas o por las malas. Se rieron cuando eramos 5, 10, 20, 40 y cuando somos 100. Esto recién empieza”. El mensaje termina diciendo: “Vengan a buscarnos y verán las consecuencias. #VanACorrer”. Cuando ocurrió el ataque a CFK y Brenda fue detenida, la agrupación dijo que no reconocía a Brenda como una de las personas que se movilizaban con ellos. Y también hizo público en sus redes que luego del intento de homicidio habían recibido mensajes adjudicándose el atentado. Explicaron que lo hacían público porque sospechaban que querían vincularlos al caso por su forma de manifestarse.

Antes de ser querellante en la causa y de que incluso ocurriera el atentado, el abogado Ubeira advirtió que a Cristina Kirchner la podían matar. Fue durante su participación en el programa Caníbales, de C5N, en donde es columnista. Ocurrió el día después del incidente con las vallas que había instalado en la puerta de la casa de Cristina Kirchner por orden de la Policía de la Ciudad y que generó las movilizaciones de simpatizantes hacia la esquina de Juncal y Uruguay, de Recoleta. “Esto termina mal (...) Lo que más me preocupa es la seguridad personal de Cristina Fernández (de Kirchner) porque matarla ahora sería un logro... tengo temor por la vida de la vicepresidenta de la Nación porque estos animales cuando van en la escalada, no paran”, dijo.

El rol de la custodia de la vicepresidenta quedó bajo la lupa de la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, aunque los hombres que debían encargarse de su seguridad declararon como testigos en la madrugada posterior al hecho. Carrizo también había declarado como testigo y después quedó imputado. En declaraciones a radio La 990, Ubeira afirmó que a su criterio no hay nada que reprochar al personal de seguridad de CFK. Sin embargo, deslizó que uno de los blancos en los que hará la foco la querella será en el rol de la Policía de la Ciudad los días previos. Cree que los atacantes se movieron con tranquilidad porque sabían que no les iba a pasar nada.

Por lo pronto, la jueza federal María Eugenia Capuchetti ya ordenó levantar el secreto bancario de los detenidos. El foco inicial está en puesto principalmente en Brenda Uliarte, la joven novia de Fernando Sabag Montiel. Los celulares secuestrados en la causa tenían aplicaciones de Mercado Pago. Se está buscando saber si a través de ese mecanismo recibió dinero que podría estar relacionado con el atentado. Quieren saber si por afuero del flujo cotidiano, alguna persona le depositó fondos fuera de la habitualidad.

De hecho, en su diálogo con su amiga Agustina Díaz, ya detenida, Brenda hablaba de concretar el plan el homicidio e irse del país. “Tengo algo de money, conocidos”, responde la joven detenida. Incluso, cuando Brenda cuenta que mandó a alguien a matar a la vicepresidenta y la amiga le preguntó cuánto le había costado, Brenda afirmó que nada porque “él también está recaliente con lo que está pasando. Te juro que la voy a bajar”.

Brenda Uliarte al ser detenida
Brenda Uliarte al ser detenida

Brenda, de 23 años, trabajaba vendiendo “copitos” de azúcar. Y también exhibiéndose en distintas páginas de contenido sexual. Incluso, según declaró Nicolás Carrizo en su indagatoria, al día siguiente de conocer por primera vez a Brenda y Sabag Montiel, la pareja apareció de nuevo por la casa con la excusa de que se habían olvidado una campera. En realidad, no se habían olvidado nada.

Resulta que Brenda se quería acostar con Checho (otro copito) porque él le iba a pagar 10.000 pesos. Yo en el momento en que estaban en el acto con Checho en su pieza, yo me quede teniendo una charla con” Sabag Montiel, aseguró.

Según se indicó inicialmente, la joven le había depositado algo de plata a Sabag Montiel a través de Mercado Pago. En el allanamiento a la casa de Sabag Montiel, se encontraron dos tarjetas de Mercado Pago MasterCard a nombre de Brenda Uliarte y una tarjeta de débito UALA también a nombre de ella. Cuando la detuvieron a ella, en la noche del 4 de septiembre, tenía en su poder: dos billetes de diez pesos y uno de 20. Y después monedas: tres de diez pesos, una de cinco, y tres de un peso. En total: 78 pesos. Además, una moneda de dos pesos uruguayos.

Sabag Montiel, en tanto, trabajaba con la venta de copitos. Tenía el ingreso que le quedaba del alquiler de la vivienda de su madre en el barrio de Paternal, que rondaba los 60 mil pesos. Alquilaba un monoambiente en San Martín por 15 mil. También tenía tres autos en estado de casi abandono. Antes había trabajado como remisero, pero según cuentan en el local faltaba siempre. Sabag Montiel “se dedicó gran parte de su vida a ser chofer de automóviles de alquiler -dijo el hombre que le alquilaba la casa apenas fue detenido-. No es una persona de completo buen vivir, ya que el mismo muchas veces se dedica a negocios pocos claros, los cuales podrían ser ilegales”. Al ser detenido, le secuestraron anillos, el celular roto y 26 pesos en monedas.

Fue por eso que llamó la atención cuando los investigadores se encontraron con los diálogos entre Brenda Uliarte y Sabag Montiel que planeaban alquilar un departamento en la zona de Recoleta para tener una buena vista de la vivienda de CFK, el entorno y estudiar los movimientos. En esos diálogos, se sostuvo que la pareja ya preparaba llevarle una seña al responsable de la inmobiliaria para entrar en el departamento.

Gabriel Carrizo, al momento de ser indagado
Gabriel Carrizo, al momento de ser indagado

Según Gabriel Nicolás Carrizo, el autodenominado jefe de los “copitos” que también quedó preso en la tarde del miércoles cuando se presentó en los tribunales de Comodoro Py 2002 para recuperar el celular que había entregado cuando declaró como testigo, Sabag Montiel se le acercó hace tres meses en una fiesta y, después de algunas charlas, le contó que estaba desempleado. El le ofreció trabajar vendiendo algodones de azúcar.

En la indagatoria explicó que a cambio de 600 pesos los vendedores se llevaban un palo de 50 copos que él producía y salían a vender. Relató que no sabían donde los vendedores iban pero que ocasionalmente él les recomendaba donde hacerlo. Cuando le preguntaron por sus ingresos mensuales, respondió que un mes bueno puede tener 70 mil pesos; uno malo, 50 mil pesos. “Depende mucho del clima, lo que gano, un buen día, siempre dentro del fin de semana, puedo ganar entre 12000 y 15000 pesos, un día de lluvia nada. Mis días fuertes siempre fueron viernes, ,sábados y domingo. Tiene mucho que ver el horario en el que salga, todo tiene que ver”. Y a eso, dijo, había que descontarle que le pasaba dinero a la madre de uno de sus hijos.

Sabag Montiel
Sabag Montiel

Sabag Montiel y Brenda Uliarte quedaron procesados como coautores del delito de homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa. La jueza ordenó embargarlos por 100 millones de pesos a cada uno.

En la causa también está presa Agustina Díaz, amiga de Brenda, de 21 años, que está terminando el colegio y vive con sus padres y su abuela. Agendada en celular de Brenda como “Amor de mi vida”, la Justicia salió a buscarla por los diálogos con la novia de Sabag Montiel en donde charlan de los planes de matar a la vicepresidenta. “Mandé un tipo para que la mate”, afirma. En la indagatoria, la joven aseguró que sólo le seguía la corriendo, que nunca pensó que era en serio y que le preguntó de “chusma” por qué el arma había fallado. Pero más allá de sus explicaciones, Capuchetti rechazó excarcelarla y estudia las pruebas en su contra.

A Carrizo, en tanto, la jueza lo ubica en un rol de planificación del atentado y de le achaca haber otorgado un arma calibre 22 que finalmente no se usó para el intento de homicidio. Eso surge de los mensajes de su teléfono, en donde dice: “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”. “Cristina tiene miedo. Salió mal pero tiene miedo” o “Mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional, Andrea. Estuvo muy cerca. Falló el arma. No lo entiendo. Andaba bien”.

“Estoy viva por Dios y la Virgen”, dijo Cristina Kirchner en su primera reaparición pública, a dos semanas del ataque.

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