Video: así son las tareas de demolición del petit hotel de María Julia Alsogaray

La funcionaria menemista compró el inmueble en 1991 y lo desalojó en agosto de 2009, luego de que quedara firme su condena. Las sospechas, los mitos y las polémicas alrededor de un edificio emblema de la década del noventa que ya no está

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En Junín 1435, en el seno del barrio porteño de Recoleta, entre las calles Peña y Pacheco de Melo, se levantaba un edificio de fachada de corriente estilística francesa adornada con una imponente puerta de madera. Fue sede de un lujoso petit hotel que perteneció a la funcionaria menemista María Julia Alsogaray hasta agosto de 2009. Hoy una grúa levanta los restos que quedaron tras su demolición.

La maison fue destruida. Queda el polvo de un inmueble emblema de la corrupción menemista y símbolo de la década del noventa. En 1991 lo había comprado para restaurar por completo mediante fondos ilícitos obtenidos desde su cargo como funcionaria pública. La propiedad, con un profundo estilo neoclásico, tenía seis plantas, pisos de roble de Eslavonia, baños de mármol de Carrara y herrajes de bronce, salón de baile de 120 metros cuadrados y un patio de influencia andaluza. El inmueble tiene más de 900 metros cuadrados.

Una imagen de la lujosa propiedad de la funcionaria menemista
Una imagen de la lujosa propiedad de la funcionaria menemista

En 2001, le embargaron el petit hotel cuando fue procesada por el ex juez Juan José Galeano por supuesto enriquecimiento ilícito. Sin embargo, Alsogaray continuó viviendo con su hijo menor durante ocho años: en 2008 quedó firme su condena y en agosto de 2009 debió desalojar la vivienda luego de que se concretara el remate. El comprador identificado fue Ricardo Palermo, que pagó $3,6 millones en representación de Ricardo Lurje, apoderado de la empresa Mabaju S.A., que había sido creada seis meses antes de la subasta. La adquisición levantó suspicacias en el mercado inmobiliario: sospechan que el empresario estaba vinculado a la ex funcionaria, incluso la sigla de la firma tiene cierta semejanza con el nombre María Julia.

Los rumores suponían que, en realidad, el edificio nunca había dejado de pertenecer a la condenada por enriquecimiento ilícito y administración fraudulenta. María Julia había comprado tres departamentos del edificio lindero para unirlos y edificar dos departamentos para sus hijos. La leyenda sostiene que ambos inmuebles se conectaban por una puerta secreta. A pesar de estar deshabitado, los vecinos aseguraban ver plantas con vitalidad, lo que podía suponer que recibía visitantes regularmente.

La dirigente que ocupó varios cargos durante las presidencias de Carlos Menem murió en septiembre de 2017. Por entonces, el petit hotel ya estaba tapiado. El gobierno porteño había habilitado su demolición a pesar de ser una construcción de comienzos del siglo XX: aclaró que no disponía de ninguna protección patrimonial. De todos modos, el abogado Juan Manuel Di Teodoro presentó varios amparos para evitar su destrucción y explicó que para obtener la autorización de demolición del inmueble se presentó una numeración diferente: en lugar de Junín 1445, su verdadera ubicación, se usó el número 1445, que corresponde al edificio vecino.

"El Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales de la ciudad de Buenos Aires (CAAP) no trató el tema del inmueble, fue algo irregular convalidado por el Gobierno porteño. Trataron el pedido de demolición y la protección arquitectónica del edificio de al lado. Es un lugar que simbolizaba parte de la corrupción de la década del 90. Y es inexplicable que la depredación del negocio inmobiliario siga prevaleciendo sobre los derechos de los ciudadanos", declaró el abogado en diálogo con Infobae.

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