"La barra brava es un grupo criminal que hay que extirpar como si fuera un tumor", sostuvo el director de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos del Ministerio de Seguridad, Guillermo Madero, en la Cámara de Diputados. El Gobierno volvió a insistir para que se sancione la ley anti barras.
Tras haber fracasado su aprobación en diciembre, el proyecto que busca erradicar a los grupos criminales de los estadios comenzó ayer a recibir testimonios de los participantes en el plenario de comisiones de Legislación Penal y Deportes.
A fines del año pasado la Cámara de Diputados había aprobado en general el proyecto sin embargo se decidió devolver el tema a comisión luego de que entre legisladores no lograran acordar determinados artículos durante el debate en particular. Semanas atrás, en el inicio del año legislativo el debate del proyecto en las comisiones culminó entre insultos y acusaciones. Desde Cambiemos apuntaron a la oposición: "Está evidenciado quiénes no quieren el proyecto". El kirchnerismo respondió en voz de Daniel Scioli: "El Ejecutivo ha puesto un gran énfasis en el agravamiento de las penas", manifestó el ex gobernador resaltando la importancia de "los aspectos preventivos".
Para superar las diferencias y que el tratamiento del proyecto no culmine en un fracaso como el año pasado, el funcionario del ministerio de Seguridad instó a "evitar la grieta". Madero sostuvo: "El problema más grande de la violencia en el fútbol tiene que ver con la barra brava vinculado al crimen organizado", y agregó que para "extirpar" de los estadios "primero lo tenemos que tipificar".
"Las barras crecieron al calor del poder en forma transversal. Los 'trapitos' son el negocio de la Policía corrupta y la reventa es el negocio de las terceras líneas. Los barras están relacionados a narcotráfico, armas, trata, bancos y secuestros", expresó Florencia Arietto, especialista en violencia en el fútbol quien también participó de la exposición.
Reconocida por su labor como ex jefa de Seguridad del Club Atlético Independiente, Arietto apuntó a que "la connivencia de los barras con la historia política argentina es transversal".
Marcelo Elizondo, titular de la Superliga, participó de la discusión y se refirió a la necesidad de indentificar la identidad de las personas que concurren a los partidos. "En nuestro fútbol nos encontramos con un montón de gente adentro del estadio y no tenemos la información de quiénes son, a diferencia de lo que sucede en otro países o de la experiencia del Mundial de Rusia. La conducta de las personas podría ser diferente si supiéramos quiénes son".
En representación de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) estuvo Marcelo Achile, quien manifestó su disconformidad sobre uno de los puntos del proyecto que establece sanciones para los directivos: "No somos nosotros quienes tenemos que legislar. Pero si partimos de la base de defender a los clubes en general, para que los clubes funcionen son los dirigentes los que ponen el esfuerzo en cada región del país".
El origen: el frustrado River – Boca
La fallida final de Copa Libertadores entre River y Boca que se terminó definiendo en Madrid fue el disparador del proyecto anti barras. Aquella tarde en la que el micro que trasladaba a los jugadores del Xeneize fue apedreado por un grupo de violentos hinchas del Millonario en el ingreso al Monumental dejó en evidencia las fallas de la organización y del sistema de seguridad.
La iniciativa establece penas por agresión o intimidación, portación y tenencia de armas, financiamiento de las barras bravas, reventa de entradas, generación de avalanchas, entorpecimiento de los traslados y también apunta al negocio de los "trapitos", y castiga el enriquecimiento ilícito de los dirigentes de los clubes.
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