A fines de 1990, en medio del gobierno de Carlos Menem, Franco y Mauricio Macri le brindaron una entrevista televisiva al periodista Bernardo Neustadt donde se refirieron a la llamada "patria contratista".
En esa época, el Presidente tenía apenas 30 años y su padre 59. Se presentaron en el programa "Tiempo Nuevo" e intentaron defenderse de las "falsas acusaciones" que circulaban en los medios y en la opinión pública.
"Los empresarios han tenido que administrarse durante mucho tiempo con reglas de juego confusas que permitían, quizás, algunos aprovechamientos y errores", aseguraba Franco mientras pedía erradicar esa forma de hacer los negocios. "Ese concepto, esa modalidad tiene que desaparecer con estos cambios profundos que el país está enfrentando", remarcaba sin titubear.
El concepto de "patria contratista" comenzó a instalarse en la Argentina a mediados de los 70 para definir un grupo de grandes empresas proveedoras del Estado que se enriquecieron gracias a los negocios con la obra pública. El Grupo Macri era señalado como parte de ella.
Consultado sobre su opinión al respecto, un joven Mauricio Macri con bigotes decía: "Me siento involucrado porque estoy en ese sector que mal llaman la patria contratista. Nunca nadie es culpable por sí solo de lo que pasa. Son las reglas de juego en las cuales uno se tiene que desenvolver".
Mientras que Franco aclaraba que si había "voluntad política" se podían llegar a erradicar esos beneficios a determinadas empresas. "Basta que las nuevas reglas se basen en licitaciones transparentes y que los concursantes sean empresas responsables. Queremos la transformación del país y queremos que el país cambie", aseguraba.
Pero al final de la entrevista, un inexperto Mauricio Macri que daba sus primeros pasos como administrador de las empresas de su padre, hizo un comentario que generó la burla del propio Neustadt.
Para el actual Presidente, la forma de terminar con la patria contratista era que los empresarios participaran de licitaciones enfocadas en la concesión: "Que el empresario haga la obra y a su riesgo le cobre al usuario".
Rápido de reflejos, el periodista se mofó de sus dichos y levantó su tono de voz para preguntarse: "¿Me hablan de riesgo empresario? ¿Son caraduras? ¿Hablan de riesgo empresario en la Argentina?"
"Sí, por supuesto", respondió Mauricio.
"Doctor, tómeme la fiebre", remató Neustatd.
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