Anécdotas y secretos de los candidatos contados por los que más los conocen

Ex compañeros, amigos, hermanos, hijos, ex profesoras, hablaron con Infobae de los políticos por fuera de la política

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Elisa Carrió, Cristina Kirchner, Martín Lousteau y Florencio Randazzo
Elisa Carrió, Cristina Kirchner, Martín Lousteau y Florencio Randazzo

Un hermano que recuerda una noche extraña, una monja que reta a una alumna coqueta, un compañero de colegio que filma una película de terror, una hija que comparte un gusto, un amigo y una tradición que ya lleva 20 años, un hombro en el momento más difícil. Anécdotas de los políticos por fuera de la política, contadas por los que estuvieron ahí.

Elisa Carrió: el momento más difícil

Elisa Carrió y Alicia Terada (Diario Chaco)
Elisa Carrió y Alicia Terada (Diario Chaco)

Cuando una joven Alicia Terada, hoy diputada nacional por Chaco, se acercó el último cuatrimestre de 1978 a la vitrina de la facultad de derecho de la Universidad Nacional del Nordeste, en Corrientes, a ver con quién coincidía en sus últimas cuatro materias para proponerle estudiar con ella, el nombre que leyó fue Elisa María Avelina Carrió.

"Ella siempre fue muy linda, esas mujeres que como quien dice, 'se daban vuelta para mirarla'", recordó Terada, a la que Carrió llama en el afecto y la intimidad "La Japo", por la descendencia de la chaqueña. Sin embargo, esos últimos meses de facultad se vieron empañados por un hecho inesperado que tocó muy de cerca a la precandidata de Cambiemos en la Ciudad.

"Yo en esa época había perdido a mi papá y trabajaba en el bar 'La Estrella', que él había fundado con mi tío. Ella adaptaba sus horarios para estudiar juntas", dejó saber Terada. En esos años Lilita salía con un compañero de la facultad de ambas. "Fue un accidente de tránsito, los chicos venían en un auto y ese auto chocó y fallecieron su novio y tres chicos más", contó sobre uno de los momentos más difíciles que le tocó enfrentar a una joven Carrió, quizás la política que menos habla de su vida privada. "Ella estaba muy angustiada en esa época, yo trataba de contenerla".

Sergio Massa: una mesa sin políticos

Sergio Massa junto a Malena Galmarini y sus dos hijos, Mili y Toto
Sergio Massa junto a Malena Galmarini y sus dos hijos, Mili y Toto

Desde hace ya varios años, el precandidato de 1País Sergio Massa adoptó una costumbre casi impensada: la noche antes de la elección, en su mesa no se sienta nadie relacionado a la política. A excepción de su esposa, Malena Galmarini, funcionaria en Tigre y heredera de una historia militante.

"Se convirtieron en una especie de cita obligada el día antes de cada elección, son nuestros amigos de toda la vida", le confió a Infobae Malena, que prefiere no nombrar a los que participan para "resguardar su intimidad" pero que asegura "no tienen nada que ver con la política".

"Le pusimos 'Crinfil' al grupo porque los encuentros se nos estiran muchas horas, es una especie de 'Creamfields' pero popular. Sergio hace asado para todos y repartimos quién trae lo demás", detalló y amplió sobre la razón de hacer una previa sin políticos: "Porque nos relajamos, nos divertimos y porque no especulan con el resultado del día siguiente".

Cristina Kirchner: contra las reglas

Cristina Kirchner joven y Marta Rabino
Cristina Kirchner joven y Marta Rabino

Cristina Elisabet Kirchner nació en La Plata en 1953. Fue ahí en la "ciudad de las diagonales" que la ex presidente hizo 4to y 5to año de Nuestra Señora de la Misericordia, un colegio de monjas, ya interesada por esos años en la política, pero todavía alejada de la militancia.

"No todos los alumnos quedan en la memoria de los profesores, pero ella quedó", comentó Marta Susana Emilia Rabino, de 75 años, su maestra de catequesis cuando Cristina tenía apenas 16. Hoy Marta es Madre Superiora del colegio Nuestra Señora de la Misericordia del barrio porteño de Flores, por esas cosas de la vida la misma institución en la que tomó la comunión Jorge Mario Bergoglio.

Cuando Infobae le consultó a la hermana Rabino por Cristina, empezó aclarando que era una "alumna excelente", aunque recordó que rompía las reglas seguido: "El problema era que venía toda pintada y eso iba contra las normas del colegio, ellas tenían un uniforme, no podían maquillarse". Cada vez que pasaba la escoltaban al baño y la obligaban a lavarse la cara. Cada vez que salía, ella volvía a pintarse.

Esteban Bullrich: director de cine under y poeta

A la izquierda de la foto, Esteban Bullrich; y a la derecha, Christian Lanusse
A la izquierda de la foto, Esteban Bullrich; y a la derecha, Christian Lanusse

Si hay algo que impacta de Esteban Bullrich la primera vez que uno lo ve son sus 2,02 metros de altura. Los mismos que de alguna forma lo pusieron cerca del que todavía es uno de sus mejores amigos, Christian Lanusse, su compañero en la fila, el otro "alto" de su camada en el Saint Leonard's de Vicente López, de donde egresó en 1987.

El ex compañero definió al Bullrich adolescente como "un emprendedor", un autodidacta al que un día encontró aprendiendo a tocar la guitarra por sus propios medios y que ya en quinto grado había filmado "una película de terror" usando como conejillos de indias a otros de la clase. "Mitad terror y mitad comedia era, trataba de replicar trucos típicos de ese tipo de películas y terminaba causando gracia", recordó sobre la incursión del precandidato de Cambiemos en el cine under.

En esa misma línea no pudo evitar mencionar otra de las intervenciones artísticas de Bullrich, una de las facetas aún desconocidas del ministro de Educación y Deportes de la Nación: "A los 20 años escribió un libro de poesía, lo editó e hizo lo mínimo que podía hacer, se lo regaló a sus amigos y a todas las chicas que le habían inspirado esos versos".

Martín Lousteau: cartas a Londres

Martín y María Lousteau en Londres (1994)
Martín y María Lousteau en Londres (1994)

En 1993, el precandidato en la Ciudad por Evolución Ciudadana, Martín Lousteau, tenía 23 años. Apenas recibido viajó a Inglaterra a hacer un master en el London School of Economics and Political Science, que lo tuvo 3 años y medio afuera del país. Vivía en un departamento que compartía con otros tres estudiantes y dormía en el cuarto más chico.

"Nos mandábamos cartas escritas. Yo no tenía ni mail en esa época y él tenía un sistema de la Universidad a través del que le mandaba un mail a un amigo suyo que los recibía, los imprimía y me los mandaba por fax o yo los pasaba a buscar por su trabajo", recordó María Lousteau, en diálogo con Infobae, sobre la intrincada logística de mensajes que a 11.129 kilómetros de distancia -dice- la acercaron más que nunca a su hermano.

"Yo siempre siento que ese viaje de Martín nos unió muchísimo, porque con un hermano acá tenés como una relación cotidiana, pero con la distancia empezás a tratar los temas con mayor profundidad", contó María, que un año más tarde viajó con amigas a Europa y compartió algunos días con su hermano en Londres, donde durmió en esa habitación diminuta de su departamento de estudiante. Pasaron el año nuevo de 1994 juntos en Bath, al norte de Inglaterra, la primera vez que notó que Martín tenía rulos. Él siguió usando las cartas como un punto de encuentro con su hermana: le había escrito una cuando terminó 5to año y le dio otra cuando le tocó a ella hacer una especialización en el exterior, la que leyó secándose las lágrimas arriba del avión.

Florencio Randazzo: vendiendo en el cementerio

Florencio Randazzo
Florencio Randazzo

"Mi marido siempre le decía a él que 'la calle bien aprendida es mejor que la facultad'", le dijo a Infobae Gladys Campagnon, mamá de Florencio Randazzo, sobre uno de los consejos que su esposo Juan le repetía una y otra vez a su hijo allá lejos y hace tiempo en la ciudad de Chivilcoy.

"Una vez un vecino había armado en un garaje frente a mi casa un puesto de venta de frutas y verduras y Florencio, que tenía 9 años, le fue a decir que él quería encargarse de atender el negocio y vender", repasó Gladys sobre el primer trabajo de su hijo. Otra vez, Juan, al que también le decían "El Flaco", daba clases en el Colegio Industrial de Chivilcoy, cuando de la calle le llegó una voz familiar: "cuando miró por la ventana era Florencio que estaba vendiendo helados en bicicleta con un amigo".

La calle y las ventas parecían ser el pasatiempo preferido de un joven Randazzo que, todavía alejado de la política, mostraba cierta habilidad para los negocios y el sentido de la oportunidad: "Un día estábamos en una quinta con la familia y Florencio se había ido con un amigo a dar una vuelta. Mi marido se empezó a preocupar porque se hacía de noche y no volvían. Cuando apareció le preguntó a dónde estaban, y la respuesta no me la olvido más: 'Fuimos a vender helados al cementerio, papá. Hoy es 1 de noviembre, el Día de los Muertos'".

Daniel Filmus: una costumbre que lleva 20 años

Arriba, de izquierda a derecha: Ignacio Hernaiz junto a Daniel Filmus
Arriba, de izquierda a derecha: Ignacio Hernaiz junto a Daniel Filmus

De todas las actividades que puede tener una secretaria cuando se trata de Daniel Filmus, haya sido en su versión de secretario, ministro, senador o parlamentario, hay una tarea que es ineludible y que superó siempre en importancia a cualquier otra de la agenda, al menos durante los últimos 20 años y sin contar los partidos de San Lorenzo: el fútbol de los lunes.

"Actualmente es Soledad, antes era Mariu, las secretarias de Daniel son las encargadas de llamarnos a todos y organizar los partidos. Siempre jugamos en la cancha del fondo ahí en Atlanta, en la de 6, la que está techada", detalló a Infobae Ignacio Hernaiz, amigo íntimo de Filmus que asegura formar con el primer candidato del kirchnerismo en Capital Federal "una de las delanteras más efectivas de Atlanta de esta última época".

"Es un delantero que tiene olfato goleador y cada tanto, no muy seguido, da un medio giro en un metro cuadrado y mete un puntinazo al ángulo", define futbolísticamente Hernaiz al que, dice, siente como "un hermano". Según Alejandro Dolina, que compartió varios partidos de los lunes, con Filmus existe "cierto respeto ministerial" porque muchos de los que juegan son empleados suyos y "no quieren meter la pata".

Graciela Ocaña: los abuelos de todas

Graciela Ocaña y Cristina Larovere
Graciela Ocaña y Cristina Larovere

A Graciela Ocaña la criaron desde los 6 años sus abuelos. "Nosotras hicimos el secundario en plena dictadura militar, del '74 al '78, era la época que nos revisaban las carpetas, salías a bailar y venía un camión y 'todos contra la pared', era así", contó Cristina Larovere, sobre los años de secundaria que compartió con su amiga, la candidata provincial de Cambiemos.

Larovere define a Ocaña como "la que siempre estaba leyendo" y "de madera" para los deportes. "Imaginate, yo era la deportista del grupo y ella era la intelectual, somos de la época de Sui Generis, Charly García, Spinetta, Serrat", enumera, aunque a la hora de quedarse con un recuerdo de la secundaria elige el de los abuelos de Ocaña, o como dice ella, "los abuelos de todas".

"La casa de ella, que era la de sus abuelos, estaba a tres cuadras de nuestro colegio, el Normal de San Justo y era lo más. La abuela tenía plantas, gallinas, nos hacía comida para todas, me la acuerdo siempre con el bastoncito y el rodetito blanco", repasa Larovere que no duda en afirmar que "si tuviera que elegir una abuela de cuentos, elegiría a la suya".

Matías Tombolini: Cinema Paradiso

Camila y Matías Tombolini
Camila y Matías Tombolini

Camila tiene 16 años y vota por primera vez este domingo en el que su papá, el economista Matías Tombolini, debuta en una elección como primer candidato a diputado por el frente 1País. A pesar de estar acostumbrada a la exposición de Matías, que desde hace ya varios años aparece en la televisión, la adolescente admite que todavía no se acostumbra a verlo en carteles cerca de su escuela.

Puertas adentro, a pesar del día a día y los viajes –una época en la que al economista "le pegó muy fuerte el tema de la cocina y cocinaba todos los días"-, si Camila tuviera que elegir algo que la conecta directamente con su papá, no duda en decir que es el cine.

Las películas son el tema común de los Tombolini. El precandidato de 1País se inclina por los clásicos. "Su favorita es Cinema Paradiso", dice Camila y admite que una de las mejores recomendaciones que le hizo fue La sociedad de los poetas muertos, aunque si a ella le preguntan se queda con El club de la pelea como su film de todos los tiempos. Tarantino, un fetiche compartido por padre e hija.

Eduardo "Bali" Bucca: misterioso presagio

José y Eduardo “Bali” Bucca
José y Eduardo “Bali” Bucca

A Eduardo Bucca, el apodo de "Bali" se lo puso con 2 años su hermano José. "A él le gusta que le digan así", se defiende el mayor de los Bucca a 38 años de la ocurrencia que marcó para siempre al intendente de Bolívar.

Mucho antes de la política e incluso antes de la facultad, "Bali", el primer candidato a diputado de Florencio Randazzo en estas PASO, fue un apasionado de los deportes. Compitió en torneos de tenis, llegó a jugar un set con Guillermo "El Mago" Coria en un amistoso y además es maratonista. Vino a Capital Federal a estudiar medicina, carrera que también siguió José, y de la que se recibieron casi en simultáneo.

Vivieron juntos, estudiaron juntos y hasta compartieron guardias. Una noche José le pidió a "Bali" que lo cubriera y nunca más se olvidó de ese día: "Fue una guardia complicadísima, muchos descompensados, un accidente con una víctima fatal, que no lo conocía; esto fue antes de que él fuera ni siquiera concejal, y el tipo lo mira a los ojos y le dice: 'vos vas a formar una linda familia, vas a tener un gran futuro político, pero…". Y hubo un tercer presagio, que el mayor de los Bucca prefirió no compartir con Infobae.

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