Una investigación asegura que en la sede de Madres de Plaza de Mayo se guardaban pistolas, ametralladoras y granadas

En un extenso relato, el periodista Martín Caparrós, repasa la relación entre Sergio Schoklender y Hebe de Bonafini desde que se conocieron en la cárcel hasta que se desató el escándalo de por el desvío de fondos de Sueños Compartidos

Compartir
Compartir articulo
Otros tiempos: Hebe de Bonafini y Sergio Shoklender, en las épocas en que eran inseparables
Otros tiempos: Hebe de Bonafini y Sergio Shoklender, en las épocas en que eran inseparables

A comienzos de los 90, en un pozo oculto en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, la organización comandada por Hebe de Bonafini guardaba "armas de todo tipo, pistolas, ametralladoras, granadas" y explosivos plásticos. "Me acuerdo del lugar donde teníamos guardadas las cosas, que era un pozo en el sótano de la universidad: la ubicación final la conocíamos dos o tres compañeros y Hebe, y nadie más", sostuvo Sergio Shoklender en diálogo con el escritor Martín Caparrós, según el extenso relato publicado por un matutino ibérico en el que repasa la relación entre la líder de Madres y el abogado condenado en 1984 por asesinar a sus padres.

"Visto ahora es un delirio; en los noventa, en plena época del menemismo, parecía la única salida lógica: había que generar una resistencia", le añadió Shoklender.

De acuerdo con la versión del hombre condenado por parricidio y procesado por "defraudación a la Administración Pública", el acopio de armamento tenía como objetivo alimentar el "foquismo" en el país, "enviando compañeros a formarse con las FARC en Colombia, con los zapatistas en Chiapas, y que después esos compañeros pudieran venir con alguna formación y comenzar un trabajo, digamos, foquista en algún lugar". "Ese era el único modelo posible, no veíamos otra salida", sostuvo Shoklender.

La titular de Madres de Plaza de Mayo junto al dictador cubano Fidel Castro
La titular de Madres de Plaza de Mayo junto al dictador cubano Fidel Castro

En esos años noventa, cuando las Madres se quedaban sin fondos para financiar el funcionamiento de las organización, "salían a recaudar", "como en los viejos tiempos".

—¿Qué querés decir? ¿Cómo eran los viejos tiempos?—, preguntó Caparrós.
—Y choreo [asaltos]. En negocios, en supermercados más bien. Tratábamos de que fuesen lugares que representaran más la concentración oligárquica, no en la farmacia de la esquina— respondió Shoklender.
—Pero nunca firmaron sus acciones.
—No, no. No, porque era temprano.
—¿Temprano?
—Sí, era temprano para que saliera a la luz una organización que no tenía un referente político todavía.

Entre los planes del grupo que Caparrós refiere en la nota publicada por El País de España, se encontraba el secuestro del almirante Eduardo Massera, del que luego desistieron por decisión la propia Bonafini.

Shoklender y Bonafini se habían conocido en los '80, cuando ella visitaba presos políticos en la cárcel de Caseros y él cumplía la condena por el asesinato de sus padres. Sin embargo, no fue hasta principios de la década siguiente que la titular de Madres se acercó al joven parricida. Ambos se fascinaron mutuamente: "Imaginate lo que fue tenerla ahí, que ella me quisiera conocer, me diera bola", recordó Shoklender, mientras que, consultado sobre por qué Bonafini quiso conocerlo, respondió: "Creo que fue la rebeldía. Encontrarse con un tipo que no se doblegaba ante nada. Todo el tiempo puteando, peleando todo el tiempo. Y en esa época yo ya era un cuadro político revolucionario formado, me faltaba el fusil y estaba todo".

Cristina Kirchner junto a Hebe de Bonafini
Cristina Kirchner junto a Hebe de Bonafini

La amistad entre Schoklender y Bonafini se forjó entre rejas: se conocieron a principios de los 80, cuando él cumplía una condena por haber asesinado, junto a su hermano, a sus padres Cristina Silva y Mauricio Shoklender, y ella visitaba presos en la cárcel de Caseros.

Bonafini continuó su amistad con Shoklender hasta los inicios de la segunda década del siglo XXI. Antes, por sugerencia de Fidel Castro -que le mandó a decir por Hugo Chávez que apoyara al nuevo presidente- estrechó relaciones con Néstor Kirchner a poco de que éste asumiera la presidencia, y a pesar de que meses antes lo había calificado como "la misma mierda que todos los demás".

Recién en 2011, ya bajo la presidencia de Cristina Kirchner, se rompieron los lazos: la líder de Madres echó a Shoklender de Sueños Compartidos, una especie de empresa constructora que funcionaba bajo la fachada de una fundación y desde donde manejaban millones de dólares estatales para viviendas que nunca fueron construidas. El resto es historia conocida: en mayo de este año, ambos fueron procesados por el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi, quien detectó la desaparición de unos $200.000.000.