A partir de 1870, las personas que trabajaban en los predios rurales o haciendas del valle del Chillón empleaban el ferrocarril para llegar a las playas de Ancón durante el verano. También lo empleaban para trasladarse a Lima, donde cumplían asuntos personales o participaban en actividades recreativas con sus familias.
En los días de descanso, ocupaban los vagones de segunda clase, dado que los espacios de primera eran exclusivos para la aristocracia limeña. Durante los meses de verano, este sector privilegiado viajaba con frecuencia a Ancón para disfrutar de sus playas.
Si bien este medio de transporte facilitaba el acceso a destinos recreativos, su uso no se limitaba al turismo. Los hacendados también recurrían al ferrocarril para trasladar su producción agrícola y ganadera. Por ejemplo, los productores de azúcar del valle de Comas y Carabayllo empleaban el tren para llevar sus productos al mercado local.

El medio de transporte empleado por trabajadores y hacendados fue el Ferrocarril Lima-Ancón. En 1870, comenzó a operar con una extensión de 42 kilómetros y una trocha de 1.435 metros. A finales de ese mismo año, se amplió hasta Chancay, aunque este tramo fue destruido durante la guerra con Chile.
Ferrocarril Lima–Ancón llegó hasta Chancay, pero el tramo final fue destruido
Los principales beneficiados con el Ferrocarril Lima-Ancón fueron los inversionistas del valle dedicados a la producción de caña de azúcar, no los trabajadores de las haciendas ubicadas en los centros poblados de San Pedro, Ancón, Puente Piedra e Infantas. Como se mencionó anteriormente, estos empleados viajaban a Lima o Ancón para fines recreativos, aunque no lo hacían con frecuencia.
En el libro ‘Iglesia y educación: Historia de los colegios. Presentación de María y Jesús Obrero de Comas’, de Santiago Tácunan Bonifacio, se señala que el ferrocarril “había revalorizado el precio de los predios rurales o haciendas del valle del Chillón”.

Sobre este asunto, el portal web Turismo en Ancón indica que la hacienda Pro, en 1860, tenía un valor de 142.946 pesos y 3 ½ reales, sin considerar la mano de obra recientemente emancipada. Para 1871 —un año después de la inauguración del ferrocarril— su precio había aumentado a 172.748.55 soles.
Otro de los beneficios que recibieron los hacendados fue la posibilidad de transportar su producción agrícola y ganadera. Sin embargo, para acceder a esta ventaja, debieron realizar ciertas gestiones. Tácunan Bonifacio, reconocido como el ‘Historiador de Lima Norte’ por las municipalidades de Los Olivos, Comas y Carabayllo, reveló cuáles fueron esas acciones.
“Debían implementar una red ferroviaria interna que comunicara su propiedad con las estaciones de Repartición e Infantas, ambas destinadas exclusivamente para el transporte de productos agroindustriales. No todos lo hicieron debido al alto costo; entre las que construyeron esta trocha ferroviaria se encuentran las haciendas Naranjal, Aznapuquio, Punchauca, Caudivilla, Pro, Comas, Infantas, Chuquitanta, Tambo Inga, Copacabana, entre otras”, contó.

Ahora bien, la ruta Lima–Ancón se prolongó hasta Chancay a fines de 1870. Según el portal web Turismo en Ancón, el propósito era extender el ferrocarril hasta el valle y puerto de Huacho, con ramales que alcanzaran las zonas interiores dentro de su área de influencia.
“Solo llegó hasta el Km 66, en el valle Chancay, con algunas deficiencias en su trazo y recorrido, como la zona de Pasamayo, que resultó siendo muy desagradable por el peligro y temor que generaba”, se lee en la página web citada.

Este tramo operaba con normalidad hasta el estallido de un conflicto bélico. En relación con este tema, el historiador Tácunan Bonifacio escribió lo siguiente en su libro: “Por efectos de la guerra con Chile, la sección de Ancón a Chancay fue destruida y abandonada temporalmente. Una gruesa capa de arena, que enterró algunos sectores de la vía, empeoró aún más su operatividad”.
“El daño fue letal, pues junto a estas dificultades debía considerarse que muchas locomotoras dejaron de funcionar por falta de mantenimiento. En ese sentido, reabrir el tráfico ferroviario implicaba un alto costo, pues se debía reponer y desenterrar las vías, así como sustituir algunas máquinas”, agregó.

Pero, ¿quiénes derribaron parte del ferrocarril? Al respecto, el periodista peruano Aldo Mariátegui dijo que “los chilenos destruyeron el tramo Ancón-Chancay y solo quedó intacto el Lima-Ancón, que funcionó hasta 1964”.
Tras el fin de la guerra, y gracias a la firma del Contrato Grace en 1890, la ruta ferroviaria hacia Ancón pasó a ser gestionada por la empresa Peruvian Corporation Ltda. Esta administración se mantuvo hasta alrededor de 1953, cuando comenzó un largo proceso de reestructuración.
En 1964, la compañía decidió abandonar el tramo hacia Ancón debido a la baja demanda de carga y pasajeros. Los estudios técnicos que evaluaron su posible reactivación arrojaron costos demasiado altos, lo que llevó, en 1965, a desmontar los rieles y desactivar por completo esta línea. Esta situación se mantuvo sin cambios hasta que, el 2 de abril de 1971, durante el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, se nacionalizaron los ferrocarriles que aún estaban bajo control extranjero.

“La Empresa Nacional de Ferrocarriles del Perú (ENAFER-Perú), que luego de algún intento por reactivar la ruta Lima-Ancón o concederla a alguna compañía privada, desistió de su intento. Entre los motivos, figuró la escasa participación de la empresa privada, las negativas recomendaciones de los estudios de factibilidad, el alto costo de operatividad, la escasa capacidad financiera del Estado, el reducido volumen de carga y pasajeros, así como por la presencia de un servicio de camiones que generaba una competencia difícil de enfrentar”, precisó Tácunan Bonifacio.
Finalmente, es pertinente dar a conocer que antes de la guerra con Chile, la estación del ferrocarril estaba en la margen derecha del río Rímac, en el cruce de las calles Tajamar y Cabezas, hoy conocidas como Virú. Luego, por su poca actividad, el Estado decidió moverla a la Estación Desamparados, ubicada al otro lado del río, detrás del Palacio de Gobierno.
El surgimiento de una nueva carretera tras la desaparición del ferrocarril
Tras la desaparición del Ferrocarril Lima-Ancón, se construyó una carretera paralela a la antigua vía ferroviaria, que con el tiempo dio lugar a la actual Panamericana Norte. ¿Y qué ocurrió con ENAFER-Perú?
ENAFER-Perú se encargó únicamente de gestionar los bienes ubicados a lo largo de la antigua ruta ferroviaria. Estos incluían terrenos usados para carga, espacios destinados al almacenamiento de productos y las cuatro estaciones que formaban parte del recorrido: Repartición, Infantas, Puente Piedra y Ancón. Así lo dio a conocer el historiador Tácunan Bonifacio.
La estación ferroviaria más alta de América está en Perú
A 4.818 metros de altura, Ticlio, también llamado abra de Anticona, se alza como un paso montañoso de los Andes peruanos entre los departamentos de Lima y Junín. Se encuentra en el distrito de Chicla, dentro de la provincia de Huarochirí, y es conocido por sus bajas temperaturas y la nieve que cae sobre su terreno desolado.

Además de su clima extremo, llama la atención la existencia de la estación ferroviaria de Ticlio, ubicada en un punto del distrito y perteneciente al Ferrocarril Central del Perú. Situada a 4.829 metros de altitud, esta estación fue durante más de 120 años la más elevada del mundo y aún conserva el título de la más alta de América. Su récord mundial se mantuvo hasta 2006, cuando se inauguraron varias estaciones en el Ferrocarril Qinghai–Tíbet, en China.
El ferrocarril que conecta las ciudades de Huancayo y Huancavelica
El ferrocarril Huancayo-Huancavelica, conocido popularmente como el ‘Tren Macho’, es una vía férrea histórica que aún opera en la actualidad. Recorre 128 kilómetros y conecta las ciudades andinas de Huancayo y Huancavelica, en el corazón de la sierra central del Perú. Su construcción se llevó a cabo durante el mandato del presidente Augusto Leguía.
El apodo de ‘Tren Macho’ nació de una frase que resume su fama: “parte cuando quiere y llega cuando puede”. Esta expresión popular se originó porque, durante muchos años, el tren operó sin una atención técnica adecuada, lo que generó retrasos frecuentes y partidas imprevistas.
Más Noticias
Sindicato y empleador: Causas de los conflictos laborales
El documento detalla que los tipos de desacuerdo laboral se generan por malentendidos o problemas en la comunicación, sobre los roles y las responsabilidades, cuestionamientos sobre liderazgo y gestión, entre otros

Indecopi declara ilegal exigencia de Sunedu para dictar carreras de salud solo en modo presencial: ¿Y las prácticas?
La decisión del Indecopi de declarar como barreras burocráticas las restricciones de Sunedu otorga a las universidades mayor margen de maniobra para definir cómo impartir sus carreras de salud

Perú vs Venezuela EN VIVO HOY: punto a punto por la final del vóley femenino de los Juegos Bolivarianos 2025
La selección peruana sub 19 irá en búsqueda de su revancha para conseguir la medalla de oro en este certamen continental. Sigue todas las incidencias del encuentro

El Congreso retro. La ley retro
Existen graves retrocesos como la eliminación de la “Educación Sexual Integral” (ESI), la cual debe ser sustituida por una “educación sexual con calidad científica, ética y valores”, sin definir qué ciencia ni qué valores

Cencosud cancela la construcción de uno de sus centros comerciales más ambiciosos
El impacto recae directamente sobre la división Cenco Malls, que se ve forzada a descartar un proyecto diseñado para redefinir un sector clave. La inversión prevista alcanzaba los USD 125 millones



