Pachacamac: así es la escultura de arena de casi 2.5 metros en honor al papa Francisco

El papa Francisco falleció la madrugada del lunes 21 de abril en su residencia de la Casa Santa Marta en la Ciudad del Vaticano y su partida conmovió al mundo entero. En medio de las muestras de dolor y homenajes que se multiplican a nivel global, Pachacamac decidió rendir tributo al sumo pontífice de una manera muy especial: a través de una monumental escultura de arena.

Desde tempranas horas del viernes, el artista Andrés García esculpe una figura de casi dos metros y medio de altura que representa al líder religioso en la plaza de Armas del distrito.El homenaje se enmarca dentro de las celebraciones religiosas del Cuasimodo, una tradicional festividad que cada año reúne a miles de fieles en esta parte del país.

“Gracias a la gestión del alcalde Enrique Cabrera, hemos querido rendir este homenaje a un líder tan querido como el Papa Francisco. Pachacámac es un distrito muy religioso, y era importante hacer algo significativo”, comentó García en entrevista en vivo con América Televisión.

La escultura, aún en proceso, muestra un retrato del papa con su característica sonrisa serena, su solideo blanco y la cruz pectoral. Aún se trabajan detalles como el acabado de la gorra papal y la inclusión de una paloma blanca que simbolizará la paz y la trascendencia espiritual tras su fallecimiento.

“Estamos terminando de dar forma al solideo y a la cruz. También vamos a incluir una paloma blanca para simbolizar que ya ascendió. Seguiremos afinando detalles para que todo esté listo el domingo”, explicó el artista, quien resaltó el carácter simbólico de la obra.

La escultura será bendecida este domingo durante la ceremonia central de Cuasimodo, en una jornada que empezará a las 9:00 a.m. y se extenderá hasta la 1:00 p.m. Además, se ha previsto replicar la imagen en la Plaza Cívica de Manchay, donde también se realizarán actos litúrgicos en memoria del pontífice.

Este homenaje artístico se suma a los múltiples actos de tributo que se vienen organizando en diversas partes del Perú y del mundo. Desde misas hasta vigilias, la partida del Papa Francisco ha generado una oleada de reconocimiento a su legado de humildad, defensa de los más pobres y llamado a la unidad.

Con gran expectativa por parte de los fieles católicos, el papa Francisco arribó al Perú el jueves 18 de enero de 2018, poco después de las 4 p.m. A su llegada, fue recibido por una delegación encabezada por el Nuncio Apostólico, monseñor Nicola Girasoli, acompañado del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski y la primera dama, Nancy Lange.

Después de una breve ceremonia en el Grupo Aéreo N° 8, el sumo pontífice abordó una camioneta y emprendió su recorrido por las principales arterias de Lima y el Callao, en dirección a la Nunciatura Apostólica ubicada en Jesús María.

Desde muy temprano, miles de limeños se apostaron en avenidas como Faucett, La Marina, Sucre, Brasil, Guzmán Blanco y Salaverry, ansiosos por verlo pasar y recibir su bendición, aunque fuera solo por unos instantes.

El viernes 19, el papa Francisco viajó a Puerto Maldonado, donde fue recibido con entusiasmo por autoridades locales y niños. Allí, sostuvo un encuentro con representantes de los pueblos indígenas en el Coliseo Regional Madre de Dios y visitó instituciones como el Instituto Jorge Basadre y el hogar infantil Principito. Más tarde, retornó a Lima para reunirse con el presidente Kuczynski y con sacerdotes jesuitas en la Iglesia de San Pedro.

El sábado 20, su agenda lo llevó a Trujillo, donde fue recibido con manifestaciones de alegría por los ciudadanos. En la playa de Huanchaco, presidió una misa masiva ante más de 300 mil personas, resaltando el papel del Evangelio en la vida de los creyentes. Además, recorrió el barrio de Buenos Aires, afectado por el fenómeno del Niño Costero en 2017, y lideró una celebración mariana dedicada a la Virgen de la Puerta.

El domingo 21, en su último día en el país, visitó el Santuario del Señor de los Milagros y la Catedral de Lima. En la base aérea de Las Palmas, más de un millón de fieles se congregaron para recibir su bendición en medio de un intenso calor. El papa recorrió el recinto en el ‘Papamóvil’, marcando así el cierre de su memorable visita al Perú.