Dina Boluarte destaca legado del papa Francisco y dispone que grupo de alto nivel acuda a exequias: “Para siempre en nuestros corazones”

Luego de acudir a la Nunciatura Apostólica, en el distrito de Jesús María, donde firmó el libro de condolencias en memoria del papa Francisco, quien falleció en la madrugada del lunes 21 de abril a los 88 años, la presidenta Dina Boluarte brindó un mensaje a la Nación. Además de ratificar el duelo nacional, anunció el envío de una misión de alto nivel a las exequias del primer pontífice latinoamericano.

“Su legado de amor, justicia y unidad permanecerá para siempre en nuestros corazones. Frente a este lamentable suceso, esta tarde informé al nuncio apostólico que el poder ejecutivo ha decretado duelo nacional y que de la misma manera he dispuesto que una misión de alto nivel participe en las exequias del sumo pontífice”, expresó.

Aunque todavía no se ha oficializado la medida anunciada, a fin de conmemorar el fallecimiento del santo padre, sostuvo que es un día en el que se debe recordar su legado y mensaje de esperanza. “Nos enseñó que el amor verdadero no conoce barreras, que la fe se vive con acciones y que la dignidad de cada ser humano debe ser el jefe de cada sociedad. Su mensaje de esperanza y llamado constante a la fraternidad nos invitan a mirar al prójimo con amor y construir juntos un país y un mundo donde nadie quede atrás”, mencionó.

Asimismo, hizo un llamado a las autoridades a “encontrar en su ejemplo la guía para servir con humildad, con justicia, con unidad” e invocó a caminar “en una sola dirección: la de la reconciliación, integración unidad y la paz”. Destacó que el pontífice siempre estuvo del lado de los más humildes, convirtiéndose en una voz para los olvidados y aquellos que aún esperan justicia. Este compromiso con los más necesitados, según la presidenta, debe ser un ejemplo para todos los ciudadanos y líderes del mundo.

“Que sus enseñanzas nos impulsen a construir un país más humano, inclusivo y solidario, y que su voz nos acompañe en cada paso hacia un futuro guiado en la fe de nuestro señor Jesucristo. Que la paz y unidad que él sembró en el mundo florezcan hoy en cada uno de nosotros. Descansa en paz, santo padre Francisco”, concluyó.

El papa Francisco, cuyo nombre de nacimiento era Jorge Mario Bergoglio, dejó instrucciones específicas sobre cómo deseaba que se desarrollaran los rituales tras su muerte. El pontífice expresó su deseo de que su funeral reflejara la humildad y sencillez que caracterizaron su papado, por lo que realizó modificaciones en los protocolos tradicionales, buscando que su despedida fuera “la de un pastor y no la de un poderoso de este mundo”.

De acuerdo con el Vaticano, uno de los cambios más destacados es que la confirmación del fallecimiento del pontífice ya no se realizará en la habitación donde ocurrió la muerte, sino en una capilla. Además, el cuerpo será colocado directamente en un ataúd de madera con interior de zinc, eliminando la práctica tradicional de utilizar tres ataúdes de diferentes materiales: ciprés, plomo y roble. Durante la exposición para la veneración de los fieles, el féretro permanecerá abierto, pero no se colocará el bastón papal junto al ataúd, como era costumbre en el pasado.

A pesar de los cambios introducidos, las ceremonias funerarias mantendrán los tres escenarios tradicionales: la residencia del Papa fallecido, la Basílica de San Pedro y el lugar de sepultura. Además, se establece que los funerales deberán celebrarse durante nueve días consecutivos, y el entierro tendrá lugar entre el cuarto y el sexto día después de la muerte, salvo circunstancias excepcionales. Estas disposiciones están en línea con las normas establecidas en la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis”, promulgada por Juan Pablo II, que regula los procedimientos tras el fallecimiento de un pontífice.

Otro aspecto relevante de las disposiciones funerarias está relacionado con el tratamiento mediático de la muerte del Papa: No está permitido fotografiar ni grabar imágenes del pontífice en su lecho de muerte o ya fallecido. Tampoco se autoriza la grabación de sus palabras para su posterior reproducción. Estas restricciones buscan preservar la dignidad del Santo Padre y evitar la difusión de imágenes o grabaciones que puedan ser consideradas inapropiadas.