Presidenta del Poder Judicial recuerda encuentro con el papa Francisco: “Tuve la bendición de conocerlo”

El fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el Papa Francisco, a los 88 años en el Vaticano, deja una profunda huella en la Iglesia Católica y en la sociedad global. En un emotivo discurso pronunciado durante una misa en su honor, la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello, resaltó el impacto que dejó el pontífice y recordó que tuvo la oportunidad de conocerlo en su única visita al Perú.

“Quiero compartir con ustedes el privilegio, la bendición que tuve de conocer a un ser excepcional, un padre, un sacerdote que hizo del amor al prójimo un servicio continuo. Nos deja unas lecciones maravillosas que el valor de la dignidad del ser humano, sin excepción alguna, está por encima de todo”, pronunció y detalló que durante su encuentro denominó a los jueces como “poetas de la justicia social” y que es en esa línea en la que deberían trabajar.

“Él quiso construir e hizo una iglesia diferente en la que el respeto y la igualdad fueran los valores y los principios que precisamente Jesús enarboló. Él constituye la esencia de Jesucristo. Por eso no tenemos más palabras que agradecimiento por todo lo que nos deja: un camino de huellas imborrables”, agregó y calificó al máximo pontífice como un “ser excepcional que seguramente será elevado a la categoría de santo”.

Asimismo, destacó el compromiso del Papa Francisco con los sectores más desfavorecidos de la sociedad, a quienes él mismo denominaba “los descartables” e invitó a los asistentes a revisar las cartas y mensajes del Papa Francisco, disponibles en plataformas como YouTube, para comprender mejor su visión y enseñanzas. Según sus palabras, estos mensajes contienen reflexiones profundas sobre la fe y la humanidad, incluyendo una reciente declaración en la que el pontífice instó a no ver a Jesús como una simple escultura, sino como un faro que ilumina los caminos de quienes lo siguen.

“Allí ustedes van a encontrar los mensajes distintos que él ha tenido. [...] Por lo tanto, gracias Padre, por hacer esta misa en honor a él y a ustedes. Repito, muchas gracias por acompañarnos en este día de tristeza para la humanidad, no solamente para quienes somos católicos, sino para el mundo entero. Hemos perdido a un ser cuya ausencia será muy difícil de llenar. Muchas gracias”, concluyó.

A diferencia de algunos de sus predecesores, el primer papa latinoamericano se pronunció en distintas ocasiones sobre las problemáticas en la región. En su visita al país, expresó su preocupación por la calidad de gobernantes que, una vez fuera del Gobierno, enfrentaban prisiones.  En reunión con los obispos y al lado de Juan Luis Cipriani, hoy sancionado por una seria denuncia de abuso sexual, el papa expresó: “¿Qué le pasa a Perú? ¿Qué pasa cuando uno deja de ser presidente y lo meten preso?”, una pregunta que no pierde vigencia pese a haber sido hecha hace más de siete años.

“[Ollanta] Humala está preso, [Alejandro] Toledo está preso (con pedido de prisión preventiva). [Alberto] Fujimori estuvo preso hasta ahora. Alan García está que entro y que no entro”, comentó en aquel momento, hecho que, en un primer momento, generó risas entre los asistentes, quienes al percatarse de que más que una crítica, era un llamado de atención, optaron por escucharlo en silencio.

“La política está enferma, está muy enferma, al menos en América Latina. Hay excepciones, pero en general, está más enferma que sana”, agregó y reflexionó sobre el caso de corrupción de Odebrecht, al cual calificó de “una anécdota chiquita” en comparación con la magnitud de la crisis política.

“El quid pro quo no es la sana negociación política, si no te tapo esto y tú me tapas esto. Hay una crisis por corrupción. Uno llega a una posición y acusa de corrupto al anterior, y los dos tienen algo de razón. […] No descuidemos eso, porque es la dirigencia de nuestro pueblo. Si caemos en manos de gente que solo entiende el lenguaje de la corrupción, estamos fritos”, alertó entonces.