Nace la ruta Sendero Maleño: una travesía entre el mar, la cultura y el valle a tan solo 45 minutos de Lima

En el distrito cañetano de Mala, al sur de Lima, la ruta Sendero Maleño no solo ofrece una alternativa económica para Semana Santa, sino que también permite a los viajeros contribuir al desarrollo de una comunidad comprometida con el cuidado del medio ambiente y la inclusión social

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El Sendero Maleño se presenta
El Sendero Maleño se presenta como una alternativa que combina accesibilidad, cultura y naturaleza, ofreciendo una experiencia completa a un costo asequible. Créditos: difusión

En el distrito de Mala, ubicado a solo 45 minutos de Lima, se está llevando a cabo una transformación turística que combina naturaleza, cultura y sostenibilidad. Según informó el Fondo Ambiental del Perú (Profonanpe), la ruta turística Sendero Maleño: entre mar, cultura y valle ofrece una experiencia única que no solo permite disfrutar de paisajes y tradiciones, sino que también impulsa el desarrollo económico local a través de iniciativas sostenibles lideradas por mujeres emprendedoras.

Con un presupuesto menor a S/100, los visitantes pueden explorar playas, sitios históricos, gastronomía y proyectos ecológicos que destacan por su innovación y compromiso con el medio ambiente.

¿Cómo llegar a Mala desde Lima?

Para quienes deseen visitar este destino, el trayecto desde Lima es sencillo y económico. Según detalló el medio, los viajeros pueden tomar un bus desde el Terminal Terrestre Atocongo, donde operan empresas como Turismo Mala, Flores y Maleño VIP, con tarifas que oscilan entre S/8 y S/10 por tramo.

El viaje tiene una duración aproximada de una hora y finaliza en el centro del distrito. También existe la opción de llegar en auto particular, lo que facilita aún más el acceso a este atractivo destino costero.

La proximidad de Mala a
La proximidad de Mala a la ciudad de Lima es otro de los puntos destacados de esta ruta turística.

Lugares imperdibles en la ruta Sendero Maleño

La ruta Sendero Maleño incluye una variedad de paradas que combinan naturaleza, historia y cultura. Entre los puntos destacados se encuentran:

  • Playa Bujama: Este espacio de arena fina y mar tranquilo es ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Además, cuenta con pérgolas de bambú, paneles informativos y columpios que permiten interactuar con el entorno. El ingreso es gratuito.
  • Playa Barcelona: Con 760 metros de arena dorada y un oleaje sereno, esta playa es un lugar perfecto para la observación de aves como el piquero de patas azules y el zarapito pico curvo. También alberga el sitio arqueológico Barcelona, que conecta a los visitantes con la historia de los antiguos habitantes de la región. El acceso a esta playa también es gratuito.
  • Centro Histórico de Mala: Este recorrido permite conocer la esencia del distrito a través de sus calles, la Iglesia Matriz de San Pedro de Mala y la plaza de armas principal, que destaca por su glorieta oriental, una donación de la comunidad china en agradecimiento por la hospitalidad de los maleños.
  • Valle de Mala: Este espacio agrícola ofrece paisajes únicos y la oportunidad de conocer la producción local de plátanos, uno de los productos emblemáticos de la zona. En el fundo Mi Viejo Querido, los visitantes pueden participar en actividades como la pesca de tilapias y observar un árbol de uvas con más de 100 años de antigüedad. El ingreso tiene un costo de S/5 por persona y debe coordinarse previamente con Jacinta Chumpitaz, propietaria del lugar, al número 937 106 997.
  • Mirador turístico de San José del Monte: Desde este punto, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica del valle de Mala. El mirador incluye un marco fotográfico en forma de alas, elaborado con botellas recicladas, y está conectado a la pista mediante 133 escalones construidos por un grupo de 30 personas, en su mayoría mujeres. A pocos metros se encuentra la capilla de San José del Monte, edificada en 1982 gracias al esfuerzo colectivo de los pobladores.

Cada uno de estos destinos cuenta con paneles informativos que narran su historia y características. Además, se han implementado pasarelas de madera para facilitar el acceso a personas con discapacidad motora, textos en braille, códigos QR con videos en lenguaje de señas e imágenes 3D para personas con discapacidad visual, lo que refuerza el compromiso de la ruta con la accesibilidad.

La ruta se posiciona como
La ruta se posiciona como una opción ideal para quienes desean desconectarse de la rutina sin alejarse demasiado de la capital peruana.

La gastronomía de Mala: un deleite para el paladar

La oferta culinaria de Mala es otro de sus grandes atractivos. Los visitantes pueden degustar platos tradicionales como la Sopa Bruta, un guiso contundente que se acompaña con carapulcra, similar al Manchapecho, con precios desde S/35. En la plaza de armas, los picarones son una opción deliciosa y económica, disponibles desde S/3.

Vale precisar que la ruta Sendero Maleño, iniciativa que cuenta con el respaldo de Profonanpe, fondo ambiental del Perú, y la Compañía Minera Condestable, busca fomentar el turismo sostenible y apoyar a los emprendedores locales.

¿Había usted probado el chifle
¿Había usted probado el chifle maleño? La cercanía de Mala con Lima y la accesibilidad económica de esta ruta la convierten en una alternativa atractiva para los días de descanso durante la Semana Santa.

Turismo con propósito: iniciativas sostenibles que transforman vidas

Uno de los aspectos más destacados de la ruta Sendero Maleño es su enfoque en la sostenibilidad y la economía circular. La asociación Ecodep produce los Chifles Puquchi, elaborados con plátanos locales por mujeres emprendedoras que buscan evitar la pérdida de cultivos y mitigar los efectos del cambio de uso de suelo y la disminución del agua subterránea.

Por otro lado, la asociación Probima se dedica a la producción de biofertilizantes orgánicos Nutriyawar, así como de removedores de grasa y jabones a base de aceite residual. Estas iniciativas no solo promueven prácticas ecológicas, sino que también generan oportunidades económicas para la comunidad.

Además, Mala cuenta con una planta de bioconversión que transforma residuos orgánicos en alimento balanceado para aves mediante el uso de larvas de la mosca soldado negro, un proceso que convierte los desechos en productos de alto valor agregado. Por algo se dice que, en Mala, “nada se bota”.

Con una inversión menor a
Con una inversión menor a S/ 100, los visitantes pueden disfrutar de una experiencia auténtica que combina turismo, sostenibilidad y cultura.